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Pensó que mentir sería la mejor opción. Si nadie sabía quién le gustaba, entonces nadie estaba en problemas. Apenas había dormido, pues su amigo le había abrazado de tal manera que su espalda había quedado torcida y toda la manta estaba sobre el australiano, pero prefería aguantarse que no despertarle para taparse.

La mañana no tardó en llegar y con mucho cuidado se levantó para beber algo de agua y estirarse. Se dirigió al baño más cercano y con cuidado de no hacer ruido, abrió la puerta y la cerró tras entrar. Para su sorpresa, no era el único en el baño.

JiSung estaba hecho una bola dentro de la bañera, probablemente con más dolor de espalda que él, así que decidió despertarle. Acarició su mejilla y sonrió viendo como gesticulaba suavemente comenzando a abrir los ojos.

—Buenos días— rió mirándole con una sonrisa.

JiSung tardó en ser consciente de la situación y de que ya estaba despierto, pero en cuanto volvió en sí, frunció el ceño y se levantó.

—¿Qué hacías ahí metido?— preguntó el mayor viendo como este salía de la bañera.

—No te importa— bufó el más joven mirándose al espejo y apretando las ojeras que tenía.

—Hey, ¿Qué te pasa? Tienes mala cara—preguntó tomando su muñeca,  pero JiSung no lo interpretó de la manera correcta.

—Pues siento no ser más guapo— se soltó de un tirón y después se dirigió a la puerta.

—Ardillita, sabes que a mí puedes contarme lo que sea— el menor apretó los puños y contuvo las ganas de gritarle que se fuera a la mierda en esos momentos.

—No hace falta, veo que ya tienes otra persona con quién hablar.

El mayor borró la sonrisa que tenía y le miró frunciendo el ceño.

—¿De qué hablas JiSung?

—Hablo de Félix... Si estábais saliendo podíais habernoslo dicho a todos... Hubiera sido de mucha ayuda— gruñó abriendo la puerta para salir. MinHo fue más rápido y la cerró antes de que su amigo se fuese, le giró y le miró, para después soltar una pequeña risa—¿Qué te hace tanta gracia?— levantó la mirada para verle y frunció el ceño.

—¿De verdad crees que estoy con Félix?— sonrió.

—Anoche os vi en los sofás de la discoteca... Y luego os fuistes al baño...

El mayor negó sonriendo y suspiró.

—¿Sabías que Félix y ChangBin se han besado?— preguntó mirándole. El menor asintió.

—Sí, estuve con ChangBin después de eso...

—¿Y también sabías que Félix está enamorado hasta las cejas de Binnie y que le dolió que le dijera que no quería hablar con él?— levantó una ceja y sonrió. JiSung balbuceó sin saber qué decir, pues eso le había pillado de sorpresa— yo sólo le consolé y le apoyé... Supongo que tú también lo harías con ChangBin...

—Sí...— el menor jugó con sus manos algo nervioso.

—Tú eres mi Ardillita...¿Lo sabías?— JiSung asintió con la mirada en el suelo— entonces deberías saber que no te cambiaría por nadie y que si empezase a salir con alguien, tú serías el primero en saberlo— le tomó la cara entre sus manos y le miró, obligándole a que le mirase a los ojos.

—Hyung...

—Dame un abrazo anda— sonrió y tiró de él para después hundir su cara en el cuello del contrario.

—Se me ha hecho raro no dormir contigo— soltó el más pequeño, provocando que ambos soltaran una risita.

—A mí también Sungie— respondió— pero esta noche dormiré contigo si eso quieres...

—¿De verdad?— el mayor asintió y ambos sonrieron. JiSung sentía tanta alegría que pensaba que aún estaba durmiendo. MinHo y él solían dormir juntos muchas noches, pero como habían estado enfadados, no habían podido hacerlo, es por eso que el menor se sentía vacío.

—Y ahora me vas a explicar qué hacías en el baño...

JiSung apartó la mirada y negó— ahora no, Hyung...

Y eso bastó para que MinHo lo entendiese todo. Su cuerpo estaba mucho más delgado de lo que recordaba y su cara lucía más demacrada. Además, sus ojeras y su aliento le delataban.

—Bueno, entonces vamos a desayunar, mientras se despiertan los demás, voy a prepararte un desayuno bien completo— entrelazó sus manos y tiró de él hasta la cocina.

—Pero no tengo hambre...— la verdad era que JiSung llevaba sin tener hambre al menos varias semanas, su estómago estaba bien cerrado.

—Me da igual, vas a comer lo que te prepare... No querrás decepcionar a tu Hyung...— le miró sarcástico y sonrió.

JiSung negó y se sentó en la encimera a esperar que la comida estuviese lista.

—Mientras se hacen las tostadas... Podrías darme un masaje en la espalda... Félix me ha tenido hecho un lío en la cama y me duele mucho— se quejó mirándole.

El menor asintió y abrió un hueco entre sus piernas aún sentado en la encimera. MinHo se puso de espaldas a él y se coló entre estas. Las manos del más pequeño se pasearon por los hombros de su amigo, dando ligeros apretones y caricias para relajar la zona.

—Mierda JiSung... Sí... Sigue así— el mayor cerró los ojos y dejó caer su cabeza contra el pecho del contrario. El chico sonrió ante aquellas palabras y siguió trabajando la zona con ganas y energía.

—Luego te daré en la espalda... Ahora deja que te de en el cuello, lo tienes muy tenso— dijo desde arriba mientras masajeaba la zona cada vez con más suavidad, hasta que al final fueron simples y profundas caricias.

El mayor asintió y suspiró aliviado. JiSung dejó la zona de la nuca y acarició la parte lateral y frontal del cuello de su amigo, haciendo leves caricias y mimos en esta. Se acercó por un lado y depositó un beso lento en la mandíbula de MinHo. Este suspiró del gusto y sonrió.

—Sabes que me bastan tus caricias para hacerme sentir mejor que nunca, ¿Verdad?— el menor sonrió y asintió a pesar de que este no le pudiese ver.

MinHo tomó sus manos y las besó con ganas y con ternura mientras miraba hacia arriba para ver la sonrisa boba de su amigo.

Y por primera vez en mucho tiempo, JiSung sintió mucha hambre.

Holisssss, hasta aquí este cap❤ no sé si lo he expresado bien, pero el hecho de que Jisung tenga hambre significa que las palabras de MinHo le están ayudando con su problema de la anorexia ;)

Nos vemos~~~~

Young Wings «Stray Kids»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora