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Los mayores dejaron en la cama al más pequeño, quien dormía plácidamente. Se tumbaron los tres bien apretados y dejaron al menor en el medio.

—Parecemos una familia— susurró WooJin entre risas.

—No seas tonto— rió Chan.

—Obviamente yo sería el padre y tú la madre, a veces te comportas como tal— siguió el mayor.

—Deja de decir tonterías, solo me preocupo por ellos— susurró mirando a JeongIn y le colocó el pelo alejado de los ojos.

—Serás un buen padre— sonrió WooJin mirando a su amigo. Chan se sonrojó y siguió acariciando el pelo del más joven.

—No quiero ser un padre como el mío— murmuró con la voz algo quebrada. WooJin le miró y frunció el ceño.

—¿Qué ha pasado esta vez?

—Se divorcian— le miró con los ojos perdidos— mi padre ha preferido quedarse con la casa de Busan que con mi custodia...

WooJin tomó a su amigo de la cara y le obligó a mirarle— él no te merece, no es consciente del hijo que tiene— Chan cerró los ojos y empezó a llorar lentamente— tú no tienes nada que ver con él, yo sé que tú serás el mejor padre que puede haber, sólo deberías oír lo que los chicos dicen de ti— Chan rió cortamente y abrió sus ojos.

—Sois lo mejor que tengo— esta vez fue WooJin quien cerró los ojos y juntó sus frentes sobre la cabeza de JeongIn.

—Y nosotros te queremos como a nadie Chan— ambos cerraron los ojos y poco a poco se quedaron dormidos, pareciendo una auténtica familia.






—Joder HyunJin échate para allá, me estás aplastando— gruñó SeungMin empujando con el culo la espalda de su amigo.

—SeungMin si me sigues empujando voy a terminar en el suelo— le devolvió el golpe y el otro se chocó contra la pared.

—Ahh mi frente— se quejó el dueño de la casa incorporándose de la cama y cogiendo su almohada para darle un golpe con esta a su amigo en la cara.

—No me des— cogió la suya y le devolvió el golpe.

La mayoría de la noche se la pasaron dándose golpes, empujándose y tirándose al suelo por turnos, porque no conseguían ponerse de acuerdo sobre cuánto espacio en la cama correspondía a cada uno.






MinHo dejó caer suavemente a JiSung sobre la cama y le quitó los zapatos para que durmiese más cómodo. Se quitó la sudadera y los zapatos y se tumbó a su lado. Se giró para verle y acarició su frente con un par de dedos.

—Ay Ardillita, si supieras que no tienes que dejar de comer para gustarle a la gente— apartó su flequillo de la cara y sonrió suavemente ante la cara que tenía el más joven al dormir.

MinHo sabía de sobra que JiSung apenas comía para mantenerse delgado, no hacía falta ser muy listo para eso. Y eso no le gustaba nada. JiSung medía 1'69 y pesaba apenas 55 kilos. Siempre le decía que no desayunaba porque no le daba tiempo, pero sabía que solo ponía escusas para que no le dijese nada.

El mayor acarició su mejilla lentamente y le miró.

—No te das cuenta, pero eres perfecto tal y como eres... Y aunque pesases 90 kilos, siempre ibas a ser mi Ardillita— apretó sus ojos para evitar derramar alguna lágrima y los volvió a abrir. JiSung se removió en la cama y se dio la vuelta, dándole la espalda. Poco a poco, notó como empezaba a temblar. La falta de ingesta le bajaba mucho la temperatura corporal, sobre todo cuando dormía. MinHo tomó su sudadera y le tapó, pero al ver que no era suficiente, se pegó a él y le abrazó la espalda, consiguiendo darle algo de calor. Acercó su cara a su nuca y cerró los ojos.

—Solo espero que algún día te des cuenta de lo mucho que me duele que te hagas daño.







ChangBin se removió en la cama de invitados. Había algo que no le dejaba dormir y no sabía de qué se trataba. El calor le empezó a agobiar así que decidió bajar a beber algo de la nevera. No se molestó en ponerse los calcetines sino que bajó descalzo.

Abrió la nevera y sacó una botella de agua fría y bebió una buena cantidad.

—¿No puedes dormir?— esa voz llamó la atención de ChangBin, así que miró en su búsqueda y la encontró procedente del sofá. Allí estaba el nuevo mirándole con una pequeña sonrisa — yo tampoco puedo — se levantó un poco y le miró.

ChangBin nunca había oído una voz tan grave como la del australiano y eso hizo que se quedara fijamente mirándole.

—La verdad es que cuando estoy con gente que todavía no tengo la suficiente confianza me cuesta no sentirme incómodo— continuó le chico al ver que el contrario no respondía.

ChangBin sintió una punzada de culpa por haber sido algo frío con él.

—Sois un grupo grande y ya formado, no quiero molestar— se miró las manos y jugó con estas nerviosamente.

—No molestas— respondió ChangBin y cuando recibió la mirada del rubio y otro escalofrío le recorrió la espalda, apartó la vista— me refiero a que eres amigo de Chan así que no pasa nada... Todo está bien— comenzó a decir cosas sin sentido y se dirigió a la escalera para volver a dormir.

—Gracias ChangBin — respondió el chico con una sonrisa— buenas noches, descansa bien— dijo para luego tumbarse de vuelta al sofá. El mayor giró su cabeza y le miró por encima de su hombro, viendo como el chico tenía los ojos cerrados pero no había borrado la sonrisa de su rostro y eso, hizo que sintiese un cosquilleo en el cuello.

Young Wings «Stray Kids»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora