Capítulo 8

73 3 0
                                    

Me desperté con un tremendo malestar en el cuerpo. Me dolía la cabeza horrores y sentía náuseas, sin embargo, me levanté de la cama y me vestí,y, a pesar de encontrarme en ese estado,no me desmayé.

Desayuné y cogí mi mochila dispuesta a irme al instituto pero antes Alan me detuvo.

- Espera, que voy contigo.

- Oh... está bien.

Me acompañó hasta mi taquilla y,en ese momento, miró desafiante a dos individuos que se acercaban.

- Hola mi amor, ¿cómo estás? - dijo un chico alto y rubio con los ojos azules que me hablaba como si Alan no estuviera allí.

- ¿Amor? ¿Me hablas a mí? - pregunté soprendida.

Él y su acompañante me miraron extrañados. Luego,intervino mi prometido.

- Te recuerdo que ya está comprometida. Deja de molestarla.

- ¿Pero qué dices? Déjala tú en paz.

Parecían querer matarse así que intervine. - ¡Parad los dos! Alan, ya puedes irte.

- Está bien, mi amor. - antes de irse me besó en los labios, aunque no me apetecía, no obstante, ese acto incordió a los dos espectadores presentes.

- Pero, ¿a ti qué te pasa?

- Eric, no te enfades. Espera. - dijo su acompañante mientras Alan se iba victorioso.

¿Eric? Me resultaba familiar ese nombre. Por alguna razón me parecía un nombre importante y muy lindo.

- Zafiro, ¿vas ha explicarme qué es todo esto?

- No sé a qué te refieres...

- ¿Cómo que a qué me refiero? - lo miré curiosa. - Soy tu novio, Zafiro. ¿Y ahora de repente te besas con él? Si no lo soportas...

- ¿Cómo? ¿Tu novia? No, creo que te confundes. Él es mi novio y nos vamos a casar.

- ¡¡Qué dices!! - dijo visiblemente enfadado. - ¡¿Pero a ti qué te ocurre hoy?!

-Eric, ¡relájate! Espera. Zafiro, ¿sabes quién soy?

- Pues la verdad...no.

- ¿Te has caído?

- ¿Cómo? - de repente Eric me miró con urgencia.

- Zafiro, dinos, ¿ayer pasó algo?

- Em... - no podía decir nada, Alan me había hecho prometérselo.

- Zafiro,no puedes contarle a nadie que es lo que ha ocurrido. Debes aparentar normalidad.

- ¿Por qué?

- Porque va a haber muchas personas que quieran contarte mentiras para que las creas y así aprovecharse de tu estado.

- Pero...¿quién iba a querer hacer algo así?

- Mucha gente...tú solo confía en mí.

- Chicos,me tengo que ir.

- Ni hablar, señorita. Usted se queda aquí. ¿Qué pasó ayer? - me cuestionó el acompañante de Eric deteniéndome.

- Nada. No pasó nada.

- ¿Y por qué no sabes quienes somos?

- Porque no sois importantes en mi vida, y si os ignoro entenderéis que no quiero estar con vosotros. -me arrepentí al momento de decirlo,pero era lo que tenía que hacer. Aunque, ¿por qué me sentiría así por unos desconocidos?

Mi primer beso (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora