Epílogo

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Después de todos los eventos anteriores, por fin podíamos llevar una vida normal. Alan recuperó a su hermana y pudo ser libre. Mi hermano y yo pudimos estar juntos. Y los tres amigos, Lucas, Alan y yo, por fin pudimos estar juntos, apoyándonos por la pérdida de nuestros padres.

Todavía no sabemos muy bien porque tengo ese extraño poder, al parecer aquellos sujetos habían estado investigando a nuestros padres incluso antes de nuestros nacimientos. Tal vez nuestra madre también tuviera aquel poder, sus ojos eran iguales a los míos.

Mientras tanto, no nos preocupamos demasiado, salvo por el hecho de que algún loco se vuelva a interesar por este poder, mas, no me gusta utilizarlo, así que puede que al fin podamos tener una vida normal.

Finalmente, nos mudamos a la ciudad en la que me encontré con Eric, Cristian, Rubí y Diamante. Alan con su hermana y Lucas vinieron conmigo. Ahora vivimos en la misma casas. Casi todos vamos  ser mayores de edad y Lucas ya lo es así que no tendremos que buscar ningún tutor.

Eric y yo hemos hablado mucho. Lo llevamos al hospital. Temíamos que aquel uso de poder tuviera un efecto secundario, mas, todo parece estar en orden.

- Ya sabía yo que eras especial.- me dijo Eric al oído.

- ¿Ah sí?

- Sí, desde la primera vez que te vi.

- ¿Y cómo lo supiste? - dije entre risas.

- Porque esos ojos me hablaron de un alma muy hermosa. Eres una persona que ama y perdona. Eres justa y, simplemente, te quiero demasiado.

- Yo también te quiero.


No sé lo que nos deparará el futuro. No sabemos si un loco volverá a por nosotros, pero, mientras tanto, vamos a vivir tanto como podamos.



***


FIN

Mi primer beso (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora