Un niño.
Un niño con grandes ojos verdes nos miraba desde la puerta de la habitación de Cameron.
Me pare rápidamente de la cama, lo que ocasionó que mi peso me llevará hacia atrás y chocara contra el piso.
<Que gorda me siento en estos momentos>
-auch- susurré y puse una mano en mi cabeza. Volví a mirar hacia la puerta y ahora el niño me miraba con una mano tapando su boca. Ocultando una sonrisa.
Lo mire entrecerrando los ojos.
-¿Estás bien?- pregunto Cameron tendiendome su mano.
Me senté en el piso, ignorando su ayuda y resople.
-Estoy bien, "Cami"- dije burlándome de su sobrenombre. Él me miró con el ceño fruncido.
-¿Quién es ella Cam?- pregunto el niño ahora mirando a Cameron. Él me señaló y alzó las cejas.
-Mi novia- respondió. Los ojos del niño se abrieron más y su boca se abrió formando una "o".
<Ooow, qué tierno y apachurrable>
-¿Ella es tu novia?- pregunto señalandome. Cameron asintió- ¿Ella?- dijo, ahora más cerca, y poniendo su dedo en mejilla. Tome su mano y lo mire.
-si, yo- respondí ya harta. El niño miró nuestras manos y automáticamente se puso rojo. Empezó a mirar a todos lados balanceándose de adelante hacia atrás.
-Cam, tú novia me está tocando- susurró el niño. Tome su cara con la mano libre que tenía y me miró. El contacto duro unos segundos y entonces hizo un puchero- ¡Caaaaaaam!- gritó después de soltarse de mi agarre y salió corriendo.
<Ahora te dedicas a asustar niños. Bien>
Suspire.
Está bien, admito que el rechazo del niño me dolió. Vamos, solo lo toqué. No tengo sarampión ni nada por el estilo. Además, mi debilidad son los niños, me dan ternura y ganas de apachurrarlos.
-Creo que no le agrado- susurré mirando la puerta. Cameron río y lo voltee a ver.
-No. Lo que pasa es que le gustaste- lo mire extrañada- eso que acabas de ver- dijo, señalando la puerta- fue una clara muestra de nerviosismo. Solo lo tocaste y su cara se puso como tomate- sonrió y luego me miró mal- eres el primer amor de Oliver, no te atrevas a romperle el corazón- me regaño tomándome del brazo para pararme.
-¿Perdón? ¿Yo que culpa tengo que le guste a un niño?- pregunte defendiendome.
-Estoy tu culpa por ser así- dijo señalando mi cara y luego mi cuerpo.
-¿Así? ¿Así cómo? No es mi culpa que Oliver tenga tan malos gustos- me defendi, cruazandome de brazos.
-Así de buena- susurró. Lo mire mal y tosió repetidas veces- como sea, vamos abajo, creo que mi mamá ya llegó.
Asentí y bajamos.
Su madre estaba dejando unas bolsas en la mesa de la cocina. Cuando nos vió sonrió.
-Cami, tengo que hacer unas cosas, por favor avanza la comida en lo que yo regreso- pidió, mientras se alejaba y se acercaba a la salida. Cuando se escuchó el golpe de la puerta mire a Cameron.
-No pienso cocinar- admití. Él me miró un rato y luego sonrió.
-¿Perdona qué?- pregunto poniendo una mano en su oído- ¿Quién perdió la apuesta? ¿Quién debe de obedecer a quien durante todo el día?- siguió preguntando. Apreté los dientes y cerré mis manos con fuerza, tratando de no insultarlo ni golpearlo.
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¡No soy un hombre!
Teen FictionTaylor Scott, una chica que creció y se educó durante dieciocho años con sus tres hermanos y su padre, dando como resultado una chica bastante ruda y nada femenina. Demasiado sobreprotegida por todos los varones de su hogar, cansada de ser perseguid...