Ellos fueron soldados.
Tal vez más que eso.
Bucky despierta entre la oscuridad, perdido después de la caída de Hydra. Miles de recuerdos le acechan, persiguiéndole entre las sombras.
"Sollozaba de dolor, no comprendía nada, millones de imágenes pas...
Lo segundo que sentí, una luz cegadora al abrir los ojos.
Un único pensamiento pasó por mi mente.
Estoy muerto.
Era una respuesta bastante evidente. Pero había algo más, lo sentía cosquillear.
Miles de recuerdos me golpearon, esta vez nítidos, pasando delante de mis ojos.
Murmullos que provenían de la masa de colores desenfocada frente a mi.
Parpadeé al recordar ese recuerdo preciso.
La cura. Había sido congelado hasta encontrar una cura, para liberar mi mente de hydra.
Apreté los ojos y los abrí enfocando mi alrededor. Rostros conocidos y otros no tanto se hallaban ante mí, expectantes. Mi mirada deambuló entre ellos, buscando las respuestas silenciosas que sus cuerpos gritaban silenciosos.
¿Dónde estaba Steve? Todos los presentes iban armados, erguidos y en sus uniformes de batalla. Sus cuerpos desprendían adrenalina, sus manos temblaban sosteniendo sus armas ansiosas por lo que se avecinaba.
Cerré los puños alrededor de la bata que recientemente había descubierto que vestía.
-Dónde está la guerra- Mi voz sonó ronca y oxidada por encima de aquel sepulcral silencio, más como un gruñido animal que como una voz humana.
-Se llama Thanos, está decidido a acabar con toda la galaxia- Me giré hacia esa voz conocida, Romanoff me miraba fría y calculadora, con el pelo ahora de un color ceniza.
¿Cuánto tiempo habría estado dentro de aquella cúpula? Su cara carecía de arrugas, uno, dos o máximo cuatro años habrían pasado.
Inspiré hondo, intentando agarrarme a mi parte consciente mientras todo daba vueltas a mi alrededor. Solté aire bruscamente, siendo sostenido por cinchas sobre mi camilla.
Steve.
¿Estará bien?
La última vez que lo vi después de...
-¿Loki?- Se oyó un gruñido y al mover la cabeza hacia la fuente de este noté que había sido provocado por el dios del trueno. Se veía acabado, con el pelo más corto y un parche en el ojo izquierdo. No era lo único que había cambiado en el asgardiano.
Dolor, todo su cuerpo gritaba sufrimiento. Como un murmullo casi imperceptible en la oscuridad que agita tu cuerpo.
-Mi hermano ya no será un problema.- Aclaró con voz queda.
La guerra había comenzado antes de mi regreso, esta ya se había cobrado víctimas. Esta no entiendía de razones, no discriminaba entre inocentes y culpables.
Una guerra mundial había creado el soldado de invierno, que menos que otra guerra para su final.
-Debeís de estar muy desesperados para pedir mi ayuda. - Dije recordando las palabras del dios del engaño tiempo atrás.
Pasos sonaron decididos contra el mármol. Mi mirada siguió estos hasta encontrarme frente a él.
Solté el aire que no sabía que estaba conteniendo. Seguía teniendo ese aspecto aniñado, esa mirada de ojos azules que buscaban pelea con el fin de defender una causa justa.
Sus ojos preocupados se centraron en los míos. Acercó su mano, depositando un objeto sobre mis piernas, sonreí de lado al sostener la vieja tela militar entre mis dedos.
Le necesitamos, Capitán Barnes.
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Por favor, no me peguéis, reservad vuestros golpes para el epíglogo.
Intenso eh??
Espero que aun así os haya gustado o al menos temblaseis de la emoción.
Han pasado dos años desde el primer capítulo, me duele acabar pero no puedo prolongarlo para siempre.
Mil gracias por vuestro apoyo y esos comentarios que me hacen morir de risa <3
LO QUE QUERÍAIS QUE PASARA VS
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LO QUE PASÓ:
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Bueno mejor me voy...
Recordad! El epílogo y fin. (Bueno tal vez comparta un capítulo especial, PERO NADA MÁS!!!)
