Épilogo

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Juan se había reunido con el profeta, parecía que la amenaza había acabado, así que el pensó que todo ya estaba bien sin embargo quería asegurarse de eso.

Había un pergamino extraño que decían letras y números sin sentido:

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Al final, Juan entró a la sala y dejo el pergamino para después.

El profeta lo esperaba, sentado en un sillón, la sala era grande, estaba llena de profecías almacenadas en tubos, estaba también la profecía más reciente, la de la batalla, para oírlas había un aparato que se pegaba a la oreja y se oían las profecías.

Juan: Entonces, ¿hay una nueva profecía?

Profeta: Oh si, una nueva y al parecer más peligrosa que la anterior, déjame concentrarme y te la diré

El profeta puso los ojos en blanco, pero esta vez reacciono inmediatamente, mala señal, ya que entre menos tiempo se tarde el profeta en decirla, es más precisa y por lo tanto es más posible que se cumpla, entonces el profeta hablo con la voz grave y los ojos blancos.

Profeta(ojos blancos y voz grave): El león caerá, el enemigo lo destruirá, muchas almas de sus cuerpos se quitaran, la sangre derramará y traicionara a la sangre, el mal llegará, los aliados desaparecerán, los enemigos retornarán, la destrucción llegará, el ave con el escorpión se aliará y a los caza fantasmas destruirán y el enemigo supremo regresará

A continuación el profeta cae y alcanza a decirle entre balbuceos a Juan "No puedes detener esto Juan" "Esta vez no"

Juan se preocupa, ayuda a sus amigo a recuperarse y luego se va, pensando en la profecía.

Lo que no sabe es que el mal llegará más pronto de lo que cree

El curioso caso de Leo San JuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora