¡Ataque al globo!

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Los inquisidores empezaron a volar alrededor del globo, rasgando la tela con sus horribles y filosas uñas, un frío extremo se sintió en el globo, también se sintió un ambiente sin energía ni alegría, como si el mundo ya no tuviera suficiente energía para vivir, como un extremo cansancio por la tristeza, uno de ellos extendió la mano podrida, negra, con unas uñas negras.

Las criaturas iban acompañadas de unos extraños que mostraban en su antebrazo derecho un tatuaje de unas tinieblas y sobre ellas una calavera, iban cubiertos con unas mascaras de calavera, volaban, impulsándose por lo que parecía ser una bruma negra y se estaban riendo, Leo no podía entender como aquellas personas podían reír con los horrendos efectos que traía un inquisidor cuando estaba cerca.

Los inquisidores se acercaron a Leo, mientras Leo corría, observó que eran 3 los que acompañaban a los inquisidores, uno de ellos, sacó de su bolsillo lo que parecía ser una globstrat, pero luego se dio cuenta que en la punta tenía una calavera, y era negra en lugar de dorada, esta era un poco pequeña.

Leo se preguntaba que iba a hacer si lo atacaban, él no sabía hacer nada con la globstrat, se suponía que cuando llegaran al refugio iba a aprender.

Un hombre apunto a Leo y gritó -¡Incendiari !-

-Escudus- 

Un escudo se formó alrededor de Leo, Ramón era quien había gritado el encantamiento, unas flamas chocaron con el escudo los extraños comenzaron a lanzar rayos rojos hacia Ramón mientras el gritaba "Desarmus", "Escudus" y otras palabras sin sentido mientras Leo se quedaba pasmado viendo la batalla algunos inquisidores rodearon el escudo, y lo rompieron, uno de ellos agarró a Leo y lo llevó volando, Leo luchaba por zafarse del inquisidor, el inquisidor hacía que Leo chocara con varios objetos, ya que bajaba la mano en donde tenía agarrado a Leo, y Leo chocaba con los objetos que estaban en su camino:

-¡¡Auch!!, ¡espera!, ¡¡no bajes el vuelo!!, ¡Auch!, ¡¡Me duele!!- gritaba Leo.

El inquisidor lo azotó contra una pared y Leo lo golpeó con su globstrat, como había muchos inquisidores, el suelo del globo se congeló, haciendo que Leo, Ramón y los brujos malvados, resbalarán.

Los brujos intentaban lanzar maldiciones asesinas a Leo y Ramón pero resbalaban y las maldiciones se desviaban y les daban a los inquisidores, dado que los inquisidores ya no eran humanos y solo una luz pura podía destruir su podrida alma, no los mataba pero si lo enfurecía y comenzaban a atacar a los brujos, pero entonces del cielo, llegaron humos negros, aterrizaron y se transformaron en figuras humanas, las cuales comenzaron a lanzar chispas rojas, Leo tenía que hacer algo pero no sabía qué, uno de ellos lo agarró de los tobillos y Leo al no tener escape, decidió sacar su globstrat y hacer el único encantamiento que había visto y oído más de 2 veces, aunque no quería matar pero estaba seguro que lo iban a matar si no se defendía, apuntó hacia el hombre:

- ¡¡Mortis!!- grito Leo

El hombre que lo tenía agarrado, fue alcanzado por la luz roja que salió de la globstrat, pero no cayó al suelo sin vida, sino que se quedó en el aire, mientras unas manchas escarlatas cubrían su túnica negra, y cuando Leo agitó su globstrat el hombre se movió, pero entonces, unos brujos gritaron "Nulus" y el hombre cayó al suelo y una mujer con mirada de odio y desdén, alta y con el cabello raído y largo, le lanzó unos cuchillos a Leo, cada vez iban más rápido y ya no fallaban tanto, Leo tuvo que saltar para que su pierna no resultara herida.

Alrededor, comenzaron a llegar más hombres, pero estos no iban enmascarados y Leo reconoció el tatuaje del caza fantasmas en varios de ellos, los otros, comenzaron a atacar y Ramón en medio de la batalla le gritó a Leo -¡¡Leo, corre!!, ¡¡¡los refuerzos han llegado!!!.

El curioso caso de Leo San JuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora