En tinieblas

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En un bosque desconocido alguien corría con mucho temor, el desconocido viajero dejó atrás los senderos que daban al bosque para internarse en el frío paisaje de árboles, la luna estaba oculta por las tinieblas que cubrían todo, se encontraba en casi completa oscuridad, iba con varios libros en la mano y en una mochila que traía, su ropa estaba sucia y rota, señales de la carrera que había estado corriendo, en su brazo derecho se distinguía un tatuaje de una calavera siendo atravesada por una espada, al parecer iba aterrorizado, en su mano se encontraba un extraño aparato el cual era largo y delgado, con ese aparato se podían hacer muchas cosas, era un aparato que lanzaba hechizos, si sabías como era el hechizo el aparato lo lanzaba, en ese momento el aparato emitía una luz blanca.

En un bosque desconocido alguien corría con mucho temor, el desconocido viajero dejó atrás los senderos que daban al bosque para internarse en el frío paisaje de árboles, la luna estaba oculta por las tinieblas que cubrían todo, se encontraba en c...

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El bosque era muy grande, de día era un hermoso lugar donde mucha gente pasaba, pero de noche, el bosque aterraba, se oían los ruidos de las hojas y las ramas revueltas por el viento, el hombre era de estatura mediana, moreno claro, pelo negro, ojos del mismo color, mentón alargado, nariz aguileña y un bigote fino.

Quería llegar a algún lado pero el bosque era confuso, incluso de día con los caminos de tierra trazados podías perderte, de noche, donde no se veía nada, era aún peor, en la oscuridad en la que estaba, tan solo alumbrado por la luz de la luna, el bosque era muy horrendo, pero esa noche las tinieblas cubrían la luna, no se podía ver nada, con la luz que emitía el aparato tampoco se veía mucho, era apenas una tenue luz en comparación a la oscuridad.

El hombre seguía corriendo, pero entonces, algo en ambiente cambió. Comenzó a hacer más frío, unas flores que estaban cerca se comenzaron a marchitar, luego un río cercano se congelo, el aliento del hombre salió de su boca como vapor a causa del frío, el ambiente se transformó en un ambiente de tristeza, entonces, el hombre supo lo que significaba, gritó y tiró todos los libros, pero ya andaba muy cerca, el inquisidor ya estaba casi llegando al hombre, el hombre tropezó con una roca, muy cerca del río, ahora congelado, varios inquisidores llegaron junto a un hombre, un hombre alto, con túnica roja, bigote italiano, cabello corto y corpulento, el cual habló:

-Vaya, vaya , el pobre Lucas ya no tiene a sus amigos caza fantasmas para que lo salven que pena- se empezó a reír.

Lucas, el hombre que había estado huyendo, trató de atacarlos con su aparato delgado, pero lo inmovilizaron y entonces los inquisidores, se empezaron a alimentar de él, el otro hombre contemplo la escena disfrutando de la agonía, Lucas alcanzó a decir:

-No nos rendiremos, ustedes perderán la guerra, la organización caza fantasmas va a ganar, ustedes los renegados perderán.

El otro solo se río y dijo:

-La hermandad de las tinieblas va a ganar no vamos a permitir que unos tontos nos aplasten, después de todo, tenemos un infiltrado dentro de su organización, bueno tenemos varios, pero este esta en el centro de la organización, te diré su nombre, ya que morirás-

Le susurro algo al oído, Lucas se asombró y alcanzo a musitar un -No puede ser-, luego los inquisidores se tragaron su alma mientras él gritaba y el otro reía.

El curioso caso de Leo San JuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora