I

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Dean rápidamente apagó la alarma ubicada en la mesita de noche que tenía al costado de la cama, esperando que el sonido no hubiera despertado a su esposo. Salió suavemente de debajo de las sábanas y caminó hacia el baño para comenzar el día.

Dean vio su reflejo en el espejo, encogiéndose un poco por la sombra oscura que cubría su mejilla. Se preguntó si realmente era tan notable como parecía ser para él o si era solo porque sabía cómo había llegado allí lo que realmente la hacía destacar.

Dean esperaba que nadie en el trabajo preguntara al respecto; odiaba mentirles, eran buenas personas, pero no había manera de que pudiera contarle a nadie cómo la había conseguido.

De todos modos, todo había sido su culpa, él había cometido un error y sabía lo que sucedía cuando lo hacía.

Dean se miró el rostro en el espejo, aun después de tres años, este rostro que se reflejaba en espejo le resultaba desconocido; sin pasado que pudiera recordar, Dean se sentía como un fantasma.

Dean miró el anillo de oro que rodeaba su dedo; no podía creer que después de tres años aún no recordara su boda o su vida antes del accidente. Había pensado que vivir con Azazel todos los días, verlo todo el tiempo, desencadenaría algún tipo de recuerdo.

Pero, no, eso no había sucedido y eso lo hacía sentir mil veces peor. Mucho peor que considerarte un extraño, era vivir con uno.

Dean en realidad odiaba el anillo, el color era desagradable y usarlo no se sentía correcto, y aunque sabía que eso era terrible para él, ya que Azazel era su esposo y él se lo había dado, no pudo evitar tener ese sentimiento.

Solo se había quitado el anillo una vez desde que había dejado el hospital; desde que Azazel había reemplazado el de plata con el que había despertado con este dorado. Azazel le había dicho que nunca se lo quitara; él había dicho que el anillo de oro era una reliquia familiar y que estaría muy molesto si Dean alguna vez lo perdiera.

En las primeras semanas, Dean había pensado que usar el anillo, lo ayudaría a obtener algún tipo de recuerdo y ya que estaba tan desesperado por saber quién era él, no se lo había quitado.

Pero después de un tiempo, cuando finalmente aceptó que si la cara de Azazel no podía hacer nada para traer sus recuerdos, supo que una pieza de metal tampoco lo haría. Así que se lo había quitado, se había sentido tan bien quitarse la maldita cosa de su dedo, incluso si solo era por las pocas horas que Azazel estaba en el trabajo.

La noche anterior Azazel había llegado temprano a casa y no había estado... contento al ver que Dean se había quitado el anillo.

Dean había aprendido, o tal vez había vuelto a aprender, algunas lecciones importantes ese día. Nunca debía quitarse el anillo otra vez, bajo ninguna circunstancia.

Dean se tensó cuando sintió que unos brazos le rodeaban el pecho y el estómago, e intentó no hacer una mueca de dolor cuando un duro cofre presionó su magullada espalda -Buenos días mi amor-

-Buenos días, mi amor- Respondió Dean, sonriendo falsamente, fingiendo estar feliz.

Ya lo había estropeado una vez y sus actos todavía hacían que su espalda doliera, así que no iba a arriesgarse a hacerlo nuevamente.

Seguía bastante adolorido por la noche anterior; Azazel no era amable cuando estaba enojado y Dean tenía las pruebas de eso en todo su cuerpo. Tal vez todo esto ayudaría a Dean, para que recuerde mantener su jodida boca cerrada en el futuro.

Pero aunque se había repetido eso mismo infinidad de veces, no podía hacerlo. Algo dentro de él, le exigía rebelarse.

-¿Te reunirás con Alastair está mañana?- Preguntó Dean, esperando distraer a Azazel de cualquier pensamiento de llevar a Dean a la cama; podía sentir la erección de Azazel contra su trasero y no quería hacer eso en este momento o en cualquier otro.

Un agudo dolor atravesaba su trasero, debido a sus "sesiones" de la noche anterior como Azazel las llamaba, e incluso si su trasero no se sintiera de esta forma, realmente no creía poder fingir su placer de la forma en que usualmente solía hacerlo.

El sexo con Azazel nunca se sintió bien e incluso las veces que no había sido golpeado, nunca se sintió correcto. Azazel simplemente no se sentía bien dentro de él. Y Dean sabía que estaba mal, ya que Azazel era su esposo, pero era lo que sentía.

Las primeras veces que habían tenido relaciones sexuales después de haber sido dado de alta del hospital, Dean ni siquiera había sido capaz de ponerse duro, y eso solo había hecho enfurecer a Azazel.

Dean había hecho un esfuerzo sobrehumano para parecer entusiasmado en todos los encuentros futuros, después de que Azazel casi le rompiera la muñeca por no parecer disfrutarlo.

Todo era muy extraño ya que Dean siempre se imaginaba al mismo hombre cuando estaban teniendo sexo y no era alguien que Dean conocía. No conocía a una gran cantidad de personas debido al trabajo de Azazel.

Al ser jefe de la mafia, Azazel no tenía amigos y como Dean era su esposo, Azazel le había dicho que tampoco los tenía Dean, se tenían el uno al otro le repetía siempre.

Dean no había trabajado antes del accidente, por lo que Azazel le había contado, Dean estuvo con él desde muy joven, cuando su familia había fallecido.

A Azazel no le gustaba que Dean viera tanta televisión así que Dean simplemente no sabía de dónde su mente había sacado al hombre misterioso. Dean pensaba a veces que lo conocía, pero cada vez que trataba de alcanzar algún recuerdo, este se le escapaba de las manos.

El hombre misterioso era un poco más alto que Azazel, unos pocos centímetros aproximadamente, pero aun así un poco más bajo que Dean. Tenía el cabello negro, el cual parecía imposible de peinar, pero lo más resaltante de este hombre eran sus hermosos ojos color zafiro.

Dean no necesitaba imaginar nada más, eso solía ser suficiente para hacer el trabajo, pero en sus momentos más tranquilos, cuando solo quería perderse un poco en la fantasía, se imaginaba esos ojos mirándolo con amor. Podía ser una fantasía, pero cada vez que Dean pensaba en ellos, se ponía duro en unos dos segundos.

Ni siquiera podía considerar que el hombre fuera un amante pasado ya que Azazel ya le había dicho que habían estado juntos desde que Dean había salido de la escuela secundaria; que había sido el primer y único novio de Dean. Pero eso no impedía que Dean deseará que su fantasía fuera real.

-Sí- Azazel gimió y besó la nuca de Dean -Tengo una reunión en una hora, así que me tengo que ir. Lo siento, cariño- Dean sintió a su marido apretarse contra su trasero -desearía poder quedarme en la cama contigo todo el día-

-Lo sé, pero tienes trabajo y yo estaré en el garaje con Benny, así que es mejor que nos preparemos- Dean se giró en los brazos de Azazel y ahuecó la cara del hombre, besándolo castamente en los labios –Aunque nos veremos por la noche, ¿verdad?- Con suerte, el ardor y el dolor en su trasero se habrían calmado un poco para entonces.

-Sí, tienes razón, esta noche serás todo mío. Ahora fuera de aquí, antes de que cambie de parecer y cancele esa reunión- Dean casi salió corriendo del baño, con la esperanza de que su esposo no notara su prisa por obedecer su pedido.

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Y aquí esta mi nueva historia, espero me acompañen en este nuevo viaje ;). 

No me olvides... | DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora