V

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Dean regresó del garaje, había sido un buen día; había logrado reparar dos autos antes del mediodía y luego en la tarde Benny trajo un Chevy del 53, Dean tenía una fascinación poco saludable por los autos clásicos. Entonces, sí, en general, había sido un buen día.

Dean entró a la casa, un par de bolsas de compras en cada mano, y se dirigió a la cocina para preparar la cena. Estaba cortando cebollas para la salsa de los espaguetis cuando una voz profunda detrás de él casi hizo que se cortara los dedos -¿Pasaste un buen rato en el trabajo, Dean?-

El sarcasmo en la voz de Azazel nunca era una buena señal, ni tampoco la leve ira que coloreaba sus palabras.

-Uh... sí, fue bueno gracias- De repente, Azazel estaba contra su espalda, su boca cerca de la oreja de Dean, y Dean dejó caer el cuchillo sobre el mostrador en un intento de ocultar sus manos temblorosas. El hombre se movió tan rápido y tan silenciosamente, especialmente dado su nivel actual de embriaguez; era como un depredador acechando a su presa, y Dean realmente odiaba el papel que desempeñaba en esa analogía.

-Sí, apuesto a que lo hiciste- Azazel hizo girar a Dean para que Dean lo mirara a la cara; Los ojos de Azazel estaban un poco enrojecidos por beber y tenía la boca apretada. Definitivamente no era bueno -Te vi hoy, con ese hombre, Benny, tú ... pequeña perra-

Dean negó con la cabeza. Sí, él había hablado con Benny en el garaje y solo era un buen amigo, además de ser uno de los hombres de Azazel, Dean nunca le había sido infiel a su esposo, nunca.

-¡NO ME MIENTAS DEAN!- Dean saltó ante la furia en la voz del hombre, esta noche no iba a terminar bien para él; solo podía esperar que el whisky hiciera desmayarse a su esposo antes de que finalmente llegaran al dormitorio.

-Después de todo lo que he hecho por ti, después de que volví por ti a pesar de que eres un estúpido sin recuerdos- Dean se estremeció, eso dolió. Había intentado con todas sus fuerzas ser lo que había sido antes, ser lo que su marido quería -No sabes nada, no puedes hacer nada y eres como una carga en mi espalda- Azazel agarró el brazo de Dean con fuerza y lo alejó del mostrador, Dean sabía que tendría magulladuras al día siguiente -Sin embargo, aquí estás regalándote a cualquier imbécil que mira hacia ti- Azazel arrastró a Dean junto con él a su estudio mientras Dean intentaba alejarse del hombre mayor.

-Azazel ... por favor ... yo no ... Lo siento ...- No hizo ninguna diferencia, nunca lo hacía. Azazel estaba celoso de cualquiera que estuviera cerca de Dean; incluso en el hospital apenas había permitido que otra persona viera a Dean, y mucho menos tratarlo, a pesar de las protestas del médico original de Dean.

Azazel arrastró a Dean a la oficina y agarró las esposas de su escritorio. Dean ya sacudía la cabeza y se alejaba. Las esposas irritaron su piel y lo hicieron sentir mal del estómago – Por favor, Azazel, no ... Lo siento, no lo hice..., jamás lo haría...-

Azazel se acercó a él y le agarró la barbilla, obligando a Dean a mirarlo a los ojos, -Sé que no lo haces a propósito cariño, sé que no puedes evitarlo. Siempre fuiste así antes, también, y es por eso que tengo que hacer esto. Tienes que aprender que no puedes simplemente regalarte a nadie, eres mío. Mío ¿verdad? - Los dedos que sostenían su barbilla se tensaron.

Dean dudó por un momento, su mente gritaba -no-, pero en su lugar asintió con la cabeza, sería peor si no lo hacía. Y además él era el marido de Azazel; simplemente no le gustaba la idea de ser propiedad de Azazel también -Bien, saca las manos, sabes qué hacer- Dean sintió como la primera lágrima se deslizaba por su mejilla, antes de que la limpiara rápidamente.

-Pero yo...-

-Dean, podemos hacer esto de la manera fácil o difícil, pero, en cualquier caso, te esposaré a la silla- Dean dudó otra vez antes de dirigirse a la sólida silla de roble frente al gran escritorio de Azazel, colocando sus manos con cuidado sobre el soporte de la silla. Dean se estremeció al sentir que Azazel movía su gran cuerpo a su alrededor desde atrás y su aliento se contraía cuando sintió el primer mordisco del metal contra su piel. Él aguantó la sensación de ardor -Quédate quieto- Dean se detuvo al instante y las esposas se cerraron alrededor de sus muñecas.

Inmediatamente, las rodillas de Dean se rindieron y lo único que lo sostenía era el fuerte brazo de Azazel alrededor de su cintura. Trató de respirar a través de las náuseas que lo recorrían; su miedo al castigo se había vuelto demasiado para él otra vez y su cuerpo había empezado a perder el control.

Azazel dejó que Dean cayera de rodillas en el suelo y cortó la camisa de Dean con su afilada navaja, sin ser lo suficientemente cuidadoso como para detener que la cuchilla cortara la piel desnuda de la espalda de Dean.

El primer golpe sacudió el cuerpo de Dean hacia delante, la hebilla del cinturón se arrastraba dolorosamente sobre su piel expuesta. El segundo y tercer azote fueron menos impactantes, pero igual de dolorosos ya que aterrizaron sobre la primera marca.

-Tú me obligas a hacer esto, Dean. No me gusta, pero debes recordar cuán afortunado eres; Podría haberte dejado en ese hospital cuando me dijeron que no recordabas nada. Podría forzarte a conseguir un trabajo de mierda en lugar de recuperarte y hacerte vivir en esta mansión. Demonios, ¿sabes cuántos de mis amigos han querido pasar una noche contigo? Querían usarte, pero les dije que no. Ellos son mis amigos Dean, pero les dije que no porque eres mío. ¿No crees que merezco un pequeño jodido respeto por darte todo eso y no pedir nada a cambio...? - fue interrumpido por el cinturón que cayó sobre el omóplato de Dean. Azazel tenía razón y las palabras dolían casi tanto como los golpes... casi.

Dean sabía que Azazel tenía razón porque, para su propia vergüenza, había pensado en dejar a su marido innumerables veces. Pero luego recordó que él apenas trajo nada a su matrimonio, con su falta de calificaciones básicas para la escuela secundaria y sin ahorros. Azazel, por otro lado, aunque no tenía negocios cien por ciento legales, era exitoso, respetado, con su propia casa y más dinero de lo que jamás podría gastar. Si Azazel no hubiera estado involucrado con Dean, fácilmente habría sido uno de los solteros más elegibles de la ciudad.

Dean podía ver el desequilibrio todos los días, especialmente cuando su marido se lo recordaba, y solo podía sentirse agradecido de que el hombre no lo hubiera echado a un lado y lo hubiera dejado a su suerte con nada más que la ropa que llevaba puesta. Dean no tenía nada sin Azazel, no era nada sin Azazel, y los siguientes cinco azotes ayudaron a imprimir eso en su doloroso cerebro.

Y además Dean se había casado con Azazel, así que debe haber amado al hombre una vez; no era culpa de Azazel que el cerebro estúpido de Dean no lo recordara. Dean no podía dejar de lado todos esos años de matrimonio solo por unos momentos difíciles, ¿verdad? Dean estaba seguro de que tan pronto como recordara su amor por su marido, mejoraría ... tenía que ser así.

Una hora más tarde y la espalda de Dean estaba en carne viva; la piel en llamas incluso cuando los golpes no caían. Sus gritos se habían calmado en suaves gemidos, y su voz se apagó media hora más tarde.

Dean se tensó cuando sintió una mano gentil sobre su hombro ensangrentado, pero se obligó a relajarse bajo el toque de su marido; no había forma de que pudiera soportar otra golpiza, apenas estaba consciente como estaba -¿Estás bien, cariño?- Dean quería reír debido a la pregunta, a pesar de sus heridas, pero sabía que eso nunca fue una buena idea. Incluso si su esposo no hubiera acabado de destrozarle la espalda y no hubiera estado bebiendo continuamente como lo había hecho, a Azazel realmente no le gustaba que se rieran de él.

Dean solo asintió y suspiró, aliviado, cuando las esposas finalmente se deshicieron. Se aferró al brazo de la silla para evitar que su maltrecho cuerpo colapsara en el suelo -Levántate. Vamos a llevarte a la cama- Dean gimió cuando Azazel lo puso de pie, la piel de su espalda tirando dolorosamente mientras lo hacía.

Azazel llevó a Dean a su habitación y gentilmente lo empujó sobre su estómago en la cama. Dean se mordió el labio nerviosamente, inseguro de lo que su esposo iba a hacer a continuación.

Sintió el antiséptico que Azazel siempre usaba en sus heridas y jadeó, alejándose ligeramente del doloroso contacto. Al principio, Dean había intentado insistir en que no lo necesitaba, pero eso podría empezar una nueva discusión, así que ahora Dean simplemente dejó que Azazel lo curara -Tranquilo, bebé, todo es mejor- Azazel dijo mientras terminaba de untarle la crema y volvía a poner el tubo en el cajón junto a la cama.

Dean enterró su rostro en la almohada mientras sentía los dedos de Azazel trazar su trasero y deslizarse por sus nalgas -Voy a hacerte sentir tan bien ahora. No te preocupes, cariño, estoy aquí- Dean estaba seguro de que eso tenía que ser reconfortante, pero lo único que hizo fue enviar un escalofrío de miedo por su espina dorsal.

Dean mantuvo su cabeza enterrada en la almohada mientras Azazel lo follaba con empujones lentos, duros y posesivos que hablaban de propiedad y derecho. Empujes que cortaban a Dean en formas que el cinturón nunca lo haría.

No me olvides... | DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora