IX

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El dolor era tan insoportable que Castiel apenas podía pensar. El dolor en su rostro era tan grande, que apenas podía estar consiente. Castiel sintió una mano acariciar su cabello y supo que era Dean. Así que hizo lo único que pudo, Castiel lo envolvió con su brazo y lo acercó más. Eso apaciguo un poco su dolor, saber que Dean estaba allí con él.

Pero de repente sintió que Dean se desplomaba junto a él, justo antes de que su esposo se separara de él. Castiel levantó la cabeza, entrecerrando los ojos. Incluso ante la luz tenue, sus ojos apenas podían distinguir las figuras borrosas frente a él.

Castiel gruño, este hombre no solo se había atrevido a alejar a Dean una vez, sino que se lo había llevado por segunda vez. Si él era la razón por la cual Dean no había regresado a Castiel, todos estos años, entonces no habría lugar en la tierra donde pudiera esconderse. Castiel lo haría pagar.

Castiel escuchó una risa cruel sobre él, desde donde todavía estaba agachado en el suelo -Eso es una advertencia, hijo de puta. Ya sé quién eres y será mejor que te mantengas alejado de mí y de mi MARIDO. A no ser que quieras encontrarte en el lado equivocado de una bala- Castiel gimió ante la aguda patada en su abdomen, pero el dolor apenas se registró debido a la agonía que ya recorría su cuerpo. Su cabeza dolía terriblemente.

Castiel oyó un movimiento cerca y supo que ese hombre se estaba llevando a su pareja y, en ese momento, no había nada que Castiel pudiera hacer para detenerlo.

Castiel se puso de pie, en un intento de seguirlo, pero su cabeza no era lo suficientemente clara como para ver algo en la oscuridad de la noche. Así que Castiel cambió de dirección y, por pura suerte, regresó al bar para encontrar a Gabriel.

Castiel se tambaleó por la barra, ignorando los quejidos de los otros clientes, a él no le importaba si esto aparecía mañana en Youtube, no cuando Dean se alejaba más a cada segundo.

-¡Castiel! Dios, hombre, ¿qué diablos te pasó?- Gabriel gritó, la preocupación era evidente en su voz.

-Dean... era Dean, Gabriel...era él- Respondió Castiel, poniendo una mano sobre el hombro de Gabriel para sostenerse. Con la sorpresa y el alivio de encontrar a su pareja con vida, perderlo de nuevo, y luego conseguir una conmoción... Castiel se sentía algo menos que estable.

-Cassie...- Aunque Castiel no podía distinguir la cara de Gabriel, sabía que el hombre le estaba dando la misma expresión de simpatía que siempre tenía cuando surgía el tema de Dean.

Castiel apretó ligeramente el agarre sobre el hombro de su amigo -No Gabriel, no entiendes. Lo vi, lo toqué. Estaba en el callejón, y él... ahora tiene un marido-

-¿Tiene un qué?- Preguntó Gabriel, la ira era clara en la voz del hombre. Gabriel puede haber sido uno de sus amigos que creía que Dean se había ido o que creía que probablemente estaba muerto. Aunque sabiamente, nunca le había expresado ese pensamiento a Castiel, pero obviamente nunca había pensado que Dean los hubiera dejado a todos para vivir una nueva vida con otro hombre -Ese hijo de puta-

-No no- Castiel tuvo que hacer entender a Gabriel, pero estaban perdiendo el tiempo -No, Gabriel, él no me conocía, no creo que supiera quién era yo- Castiel explicó, su voz se llenó de dolor ante la idea de que el amor de su vida no lo conocía, que su esposo se había entregado a otra persona -Parecía aterrorizado cuando lo toqué, yo... Gabriel, no creo que sepa quién es-

-¿Cómo no podría? No pueden simplemente borrar los recuerdos de una persona, Cassie, sería casi imposible- Preguntó Gabriel, algo escéptico, obviamente todavía pensaba que Dean había huido y había dejado a Castiel por otra persona.

-¡Tiene un nuevo anillo Gabriel! ¿Y si ese enfermo le hizo algo? ¿O perdió la memoria debido a un accidente? ¿Crees que esa podría ser la razón? ¿Lo suficiente para olvidarme o peor olvidar quién es él?- Castiel preguntó, el anillo lo había estado molestando desde el momento en que lo vio y no solo porque había reemplazado al de plata que le había dado a Dean, si no por ese hombre.

Castiel casi pudo distinguir la cabeza de Gabriel asintiendo, sus ojos todavía veían un poco borroso -Uhmm... Podría hacerlo, especialmente si Dean sufrió un golpe muy fuerte... Sí, creo que probablemente podría ser- Gabriel hizo una pausa, pasándose una mano por su cabello rubio -¿Crees que es eso? ¿Que este marido suyo sabe quién es Dean y no se lo ha dicho?-

-Sí, maldita sea. Él me golpeó en la cara y noqueó a Dean. Tenemos que perseguirlos, ahora Gabriel- Tiró del brazo de Gabriel, arrastrando al hombre más bajo fuera de su silla.

-Oye, espera, tenemos que limpiarte primero...-

-No, tengo que...-

-Cassie, apenas puedes ver, hombre, no puedes ir detrás de Dean así. Déjame llevarte con Rachel; ella puede sacar todo ese vidrio de tu piel, no puedes permitir que se infecte. Ella puede limpiar tus heridas y estarás como nuevo en un par de horas. Además, nos permitirá calmarnos un poco para que puedas pensar lo suficiente como para hacer un plan-

-No necesitó un jodido plan -Voy a arrancarle la cabeza al bastardo y llevarme a Dean- Castiel gruñó.

-De acuerdo, aunque eso suene increíble y completamente ilegal, ¿cómo vamos a encontrarlos de nuevo?- Gabriel preguntó, el sarcasmo coloreaba su tono.

Castiel frunció el ceño, tanto como pudo con sus ojos hinchados, pero sintió que el resto de su lenguaje corporal probablemente comunicaba sus sentimientos perfectamente a su mejor amigo.

-Bueno. Solo necesitamos reducir la velocidad y pensar por un minuto -¿Viste al bastardo, verdad?- Castiel asintió -Bueno, puedes ir a la estación, aquí en Chicago, y echar un vistazo a la base de datos, ver si está allí para que podamos obtener su dirección. Entonces podemos irrumpir, arrancar cabezas, secuestrar a Dean y todo lo demás- Gabriel agitó su mano en el aire para indicar el resto del plan.

A Castiel le gustaba ese plan, le gustaba mucho.

-Tienes razón, Gabriel, llévame con Rachel. Voy a recuperar a mi esposo, esta noche-

No me olvides... | DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora