VI

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Castiel estaba sentado detrás de su escritorio en la oficina, mirando la declaración. La persona había descrito a Dean tan perfectamente que Castiel había estado seguro de que esta vez iba a encontrarlo. Solo que... cuando llegó ahí... todas sus expectativas murieron.

Otra vez.

La decepción era una emoción demasiado familiar para Castiel, después de tres años de búsquedas sin resultados, aunque eso no hacía que cada pequeño fallo fuera más fácil de manejar.

Castiel escuchó susurros detrás de él y supo que los otros agentes de su grupo estaban hablando de él. No sabían mucho sobre Dean, solo que él era el esposo de Castiel y que había desaparecido.

Cuando Castiel se unió al FBI, les había contado lo menos posible sobre su vida; aunque los tiempos habían cambiado, la sexualidad de las personas aún era un tema controversial. Ayudó mucho que no fuera la única pareja del mismo sexo, tanto en el FBI como en su ciudad. Pero por esta misma razón a Castiel no le gustaba ventilar su vida privada.

-¿Encontró otra pista...?- susurró uno de ellos.

-Sí... en Los Angeles-

-¿Y era...?-

-No nada...-

-Pobre tipo...-

-Debería simplemente dejarlo y darse por vencido, el tipo claramente no quiere ser encontrado o está muer...-

Castiel giró en su silla, apenas manteniendo el control de sus manos, que querían desesperadamente golpear la cara de los imbéciles que se atrevían a hablar de Dean en frente de él.

-No está muerto, y ustedes deberían ocuparse de sus propios asuntos. Hago estas investigaciones en mi tiempo libre, utilizando mis propios recursos, así que deberían mantener sus narices alejadas de lo que claramente no les concierne- Castiel se levantó de su escritorio, tirando su silla al suelo, y se fue de la oficina antes de hacer algo que lamentaría.

Estaba totalmente furioso; lógicamente Castiel sabía que no era culpa de su equipo y todos se llevaban muy bien a pesar del distanciamiento de Castiel. Eran buenas personas. Pero sus palabras simplemente le recordaron a Castiel cómo había sido en casa cuando Dean había desaparecido.

Hace aproximadamente 3 años...

***

-Hola Novak, me enteré de que no has tenido suerte en tu búsqueda. Tal vez deberías simplemente aceptar que ha seguido adelante; nunca fuiste suficiente para esa pequeña zorra necesitada- En un instante, Castiel tenía a Uriel contra la pared, el otro hombre jadeando por el fuerte agarre que Castiel tenía sobre su cuello.

-¡No! No puedes hablar de él. ¿Me escuchas? ¡Jamás!- Uriel había estado detrás de Dean desde la escuela secundaria, especialmente después de que Dean le había dado un puñetazo en la mandíbula delante de todo el equipo de fútbol, haciéndolo estrellarse contra el suelo.

Uriel se lo había buscado; siempre estaba inclinándose demasiado cerca de Dean, siempre tratando de imponerse, siempre tratando de tocar a Dean cada vez que caminaba por los pasillos; había vuelto loco a Castiel. Pero Dean le había hecho prometer que no haría nada, si Castiel hubiera atacado a Uriel, entonces podría haber perdido su capitanía del equipo de fútbol y ninguno de los dos quería eso.

Entonces Castiel había observado y esperado... e imaginado una variedad de escenarios donde su puño terminó teniendo un encuentro cercano con la cara de Uriel. Entonces, un día, Uriel le había susurrado algo al oído a Dean y finalmente terminó con lo último de su paciencia, Dean había golpeado la mandíbula de Uriel hasta romperla. Había sido increíble.

Incluso después del incidente, Dean aún se negó a contarle a Castiel lo que Uriel había dicho, probablemente para salvar al otro chico de que Castiel le pateara el trasero.

Pero desde entonces, Uriel dejo de tratar de obtener a Dean y empezó a molestarlo, siempre lo menospreciaba, menospreciando su inteligencia; era totalmente estúpido ya que Dean era una de las personas más inteligentes que Castiel haya conocido. Pero Uriel estaba humillado y dolido, por lo que se concentró tratar de hacerle la vida imposible a Dean.

- ¿Cuál es el problema, Castiel, tienes miedo de que yo tenga razón?- Castiel se asombró, no solo este hombre era un idiota, sino que era increíblemente estúpido; Castiel podría ser más bajo que Uriel, pero era más fuerte que él y ambos lo sabían. Uriel era un jodido idiota si quería enfrentarse a Castiel.

Pero Castiel estaba totalmente de acuerdo con pelear en ese momento; podría ayudar a aliviar parte de la frustración de otro día de búsqueda fallida.

-Realmente no sabes cuándo callarte, ¿verdad?- Castiel gruñó en la cara del otro hombre, de la forma que Castiel sostenía a Uriel, ambos parecían tener la misma altura.

-Simplemente estoy diciendo lo que todos piensan; Dean siempre fue demasiado para alguien como tú y era solo cuestión de tiempo antes de que tuviera que buscar a alguien más- Castiel gruñó y arrojó a Uriel al otro lado de la barra y hacia la pared. El cuerpo rebotó en el yeso, dejando una hendidura en forma de Uriel detrás.

Castiel se acercó y arrastró al hombre que se encogía para ponerse de pie, golpeándolo contra la pared y apretando sus manos contra el cuello del hombre. Castiel podía sentir su deseo de herir terriblemente a Uriel aumentar, pero lo obligo a disminuir. Quería que cada persona en ese bar, que pensaba que Dean acababa de escapar de su familia, se diera cuenta de que tendrían que responderle a Castiel si transmitían sus puntos de vista.

Uriel gimió y forcejeó, pero las manos de Castiel se mantuvieron firmes, golpeando la cara del otro tipo; no solo le dolería a Uriel por un buen tiempo sino también tendría un recordatorio de lo que le sucedería si volvia a hablar de Dean, cada vez que se mirara al espejo. Era más humillante para Uriel ya que Castiel lo obligaría a admitir su derrota en público.

Castiel sintió una mano en su hombro -Vamos, hombre, déjalo ir. No queremos que nadie consiga a Jody- Castiel negó con la cabeza ligeramente, eufórico por el dolorido grito que provenía del hombre cada vez que se encontraba con los puños de Castiel -Cas, sabes que Dean no querría que te metieras en problemas, no por él y ciertamente no por este imbécil, vamos- Sam tenía razón. Castiel detuvo los golpes y bajó sus manos, dejando que el maldito imbécil cayera al suelo. Nadie fue a ayudarlo, ya sea por lealtad a Dean o por temor a Castiel, y, en ese momento, a Castiel no le importaba cuál era.

***

Uriel se había mantenido alejado de Castiel después de eso, pero Castiel estaba seguro de que el hombre todavía estaba extendiendo sus venenosas mentiras a cualquiera que quisiera escuchar.

Afortunadamente, solo fueron unos pocos y se mantuvieron fuera del camino de Castiel, así que lo peor que escuchó fueron rumores crueles. Suponía que podría vivir con eso; Dejaría que Dean demostrará a todos lo equivocados que estaban, cuando regresará a casa.

No me olvides... | DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora