IV

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Cuando Castiel miró a Amber, ella lo miraba con impaciencia; claramente se había distraído pensando en Dean, otra vez. Sucedía muy a menudo, pero esta chica, como no lo conocía, no estaba acostumbrada a ello, no como sus amigos y familiares.

Ella lucía totalmente irritada, ya que había estado ignorando su charla sobre las cuentas que tenía que hacer como gerente de un Minimarket -¿En serio? Dean hubiera hablado de algo más divertido- pensó.

Castiel sonrió con cariño cuando pensó en su primera cita juntos y en cómo Dean había divagado acerca de su amor por su auto, su bebé. Había sido tan adorable que Castiel supo en ese mismo instante que estaban destinados a pasar el resto de sus vidas juntos.

Hace 13 años...

***

Castiel golpeó la puerta blanca de la casa de los Winchester; eran nuevos en el vecindario, así que realmente no conocía a ninguno de ellos, bueno, excepto a su hijo. Dean se había unido a su escuela secundaria hace un par de meses cuando su familia se mudó al vecindario y Castiel casi se había estrangulado con su lengua la primera vez que lo había visto.

Estaba bastante seguro de que tampoco había sido el único con esa reacción, Dean era uno de los hombres más hermosos que existían y toda la escuela lo sabía, excepto el propio Dean.

No solo el chico era el  absolutamente hermoso, sino que también era muy amable y tenía esta adorable tendencia a sonrojarse y morderse el labio inferior cuando lo elogiaban por su comportamiento, Castiel estaba muy cerca de enamorarse para el final de la primera semana.

Castiel sabía que tenía un buen aspecto, las personas siempre hablaban de lo impresionante que eran sus ojos y su cabello, ​​lo que lo convertía en uno de los tipos más populares de la escuela. Pero Castiel sentía que no era nada comparado con Dean, sus ojos esmeraldas eran perfectos y sus pecas eran lo más hermoso que haya visto.

A pesar de todas sus dudas, había confiado en su popularidad y se había acercado a Dean en la tercera semana de su llegada a la escuela.

Castiel lo había esperado en su casillero una mañana, planeando preguntarle al chico y tal vez, probablemente, obtener una cita dónde podría saborear por primera vez esos tiernos labios y de aspecto suave. Es demás decir que no había ido según lo planeado; cuando Dean lo vio apoyado al costado de su casillero, rodó los ojos y camino en la dirección contraria, ignorándolo completamente. Eso nunca le había sucedido a Castiel antes, la gente a menudo estaba alegre de verlo, pero al parecer no Dean. Fue desconcertante y un poco doloroso para su ego.

Castiel había acudido a sus mejores amigos, Meg y Balthazar, en busca de consejo e incluso a su hermano Miguel, pero los siguientes encuentros dieron resultados terriblemente similares.

Para el final de la semana su hermano Gabriel se apiado de él y le dijo que mostrarse arrogante no funcionaría con Dean, siguiendo su consejo Castiel había hecho algo que le resultaba terriblemente vergonzoso; no era muy bueno con las palabras, pero Castiel estaba desesperado y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para que Dean, por lo menos, hablara con él.

Castiel había deslizado una nota en el casillero de Dean el viernes por la mañana, con su nombre y las palabras "¿Te gusto, sí o no?" escritas en ella. Garabateado en el reverso, había escrito: "¿Te gustaría salir conmigo? ¿Mañana por la noche, sí o no?" Ambas partes tenían pequeñas cajas para que Dean marcara su respuesta, y Castiel podría haber hecho las cajas "no" realmente muy pequeñas, pero oye, era sólo porque su lápiz se deslizó ... dos veces.

Cuando Castiel abrió la puerta de su casillero más tarde ese día, una pequeña nota se deslizo. Castiel la había agarrado con entusiasmo, y miró el primer lado. Una sonrisa se extendió por el rostro de Castiel cuando la caja del "sí" había sido marcada con una carita feliz y su sonrisa se había multiplicado por diez cuando vio que al otro lado era lo mismo.

No me olvides... | DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora