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Capítulo 3.

Seguías a la multitud hasta llegar a la salida mientras arrastrabas tu pequeña maleta detrás de ti.

- Vale... ¿y ahora a dónde? – Pensabas en alto mirando los carteles de alrededor. – Tengo que recoger mi equipaje... - Decías aún mirando a los alrededores.

Por fin viste el cartel donde debías dirigirte, pero te encontraste con dos filas donde debías dar primero el pasaporte y tus documentos para poder salir del aeropuerto.

Te pusiste en la cola y esperaste hasta poder salir por fin.

- Vale... - Suspiraste. – Mi equipaje.

Te dirigiste a la multitud que estaban esperando igual que tú sus cosas, pero el problema es que todos estaban delante y tú no podías ver tu maleta.

Te quedaste detrás de la multitud en puntillas mirando de lejos las maletas que pasaban, hasta que encontraste una familiar.

- ¡Ah! ¡Mi maleta! – Gritaste corriendo hacia ella, pero la gente te bloqueaba el camino, por lo que la maleta seguía rodando. - ¡Permiso! ¡Por favor! – Seguías intentando pasar pero la gente de delante intentaba coger también sus maletas.

De alguna forma conseguiste abrirte el camino, pero de lejos viste a alguien cogiendo tu maleta.

- ¡Yah! ¡Es mi maleta! – Dijiste un poco molesta.

Esa persona era alta y llevaba una máscara que le tapaba la mitad de la cara y unas gafas de sol. Te miró sin decir nada pero no pudiste adivinar su expresión ya que le tapaba la cara entera.

- P-perdona... pero... esa es mi maleta. – Dijiste un poco intimidada.

Pudiste escuchar una leve risa de aquella persona, pero en vez de devolverte la maleta, se dio la vuelta y siguió caminando.

- ¡Yah! – Gritaste con la intención de detenerle, pero ni se dio la vuelta.

Te quedaste unos segundos plantada ahí sin saber qué hacer ni qué pensar, así que le seguiste.

Fuiste corriendo detrás de él y le agarraste del brazo.

- No sé si te han enseñado lo que es la educación, pero repito, esa es mi maleta. – Estabas molesta por su comportamiento.

El chico se soltó de tu mano y te agarró él del brazo.

- No hay tiempo. – Dijo casi susurrando.

Le miraste confusa y éste te agarró más fuerte del brazo y te arrastró rápidamente hasta la salida del aeropuerto.

- Y-yah... ¿dónde vamos? ¿Quién eres? – Dijiste un poco asustada.

Te llevó hasta delante de una furgoneta negra y abrió la puerta por ti.

- Sube.

Le miraste confusa pero obedeciste.

- Hyung, guárdalo, por favor. – Dijo señalando tu maleta y después se subió a la furgoneta sentándose en el asiento de tu lado.

Un hombre guardó tu maleta en el maletero.

Te quedaste un rato callada, no sabías qué estaba pasando hasta que escuchaste un suspiro proveniente del chico de tu lado.

- Ha pasado mucho tiempo.

Seguías confusa, su voz te resultaba familiar pero por culpa de la máscara te confundía un poco.

El chico finalmente se quitó lentamente la máscara y las gafas de sol mientras que tú te quedabas atónita mirándole.