Capítulo 9

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Narra Everett.

No quería ni mirar a Strange a la cara, siempre que lo hacía recordaba a como me borraba la memoria en el hospital y eso me destrozaba. Me hacía un nudo en la garganta que por más que tragara saliva no se quitaba. Le di la espalda para por lo menos evitar la vergüenza, sabía que si lo miraba caería nuevamente en el encanto de sus ojos y lo perdonaría, pero no, no le dejaría las cosas tan fáciles.

Aunque tal vez eso fue un error, Strange llevaba mucho tiempo callado, ni siquiera gemía de dolor por el golpe que le di en la cara, creo que le rompí la nariz pero no era mi intensión.

Me giré un poco a verlo con el rabillo de mi ojo, estaba quieto y con los ojos cerrados. Me senté en el suelo y luego gateé suavemente hasta él. La sangre salía de su nariz y también de su falda, no me había dado cuenta de que también recibió un disparo, joder, ha estado sufriendo todo este tiempo, me pidió ayuda y yo no acepté, soy una persona despreciable, él me protegió de las balas y así le pagué.

Afortunadamente (o eso supongo) estaba inconsciente, sentí su pulso y era algo lento ya que había perdido mucha sangre, claro, la hemorragia era controlada por el frío pero con tanto tiempo y teniendo 2 era imposible que siguiera despierto.

Debía ayudarlo, estaba enojado con él pero tampoco podía dejarlo así o moriría en cuestión de horas o tal vez minutos. Pero vaya suerte (nótese el sarcasmo) que su traje es sólo uno completo, no podía sólo levantar la camisa porque no tenía, debía quitarle la ropa entera, pero rápido porque podría tener hipotermia con la temperatura de la cueva.

Narra Strange.

No sé en qué momento quedé inconsciente, sólo sé que cerré mis ojos y al abrirlos estaba casi muriendo de frío, no tenía mi túnica, sólo mi pantalón y Everett estaba curando mi cintura.

-¿Everett?

-No te muevas, esto dolerá... -hizo una fuerte presión en mi herida, por supuesto, grité un poco-

-¡¡AAAGH!! ¡JODER!

- Ya saqué la bala y tu pulso está estable, será mejor que permanezcas quieto un tiempo.

-Pero debemos movernos o nos van a encontrar.

-Strange, no, estás herido, te cocí improvisando con un alfiler e hilos sueltos de mi camisa, tiene suerte si la herida no se vuelve a abrir incluso si estás acostado.

-¿cómo hiciste para desinfectarlo?

-¿A poco se desinfectan?

-¿qué? ¿no lo hiciste?

-Fue algo completamente improvisado Señor Doctor Profesor Strange, estarás bien, eres un mago y puedes curarte.

-Mis poderes tienen límites también.

-¿sabes qué? Planeaba curar tu nariz pero por lo que veo sólo criticas mi ayuda.

-Lo lamento, lo lamento... -puse mi mano en mi frente- Soy muy desconsiderado... gracias.

-...

-¿cómo sacaste la bala? Es algo difícil de hacer con las manos...

-Siempre cargo con una navaja en mi bolsillo...me ayudó a sacarla, suerte que estaba insconsciente o hubieras gritado a mas no poder.

Nos quedamos callados unos minutos, ambos sabíamos que debíamos hablar pero ninguno se atrevía a hacerlo, era un tema demasiado delicado que bien podría empeorar o mejorar, no había punto neutro.

Un viaje al pasado (Rosstrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora