Un viaje al pasado (Rosstrange)

Capítulo 4

Narra Strange.

Everett se ha portado de lo más tranquilo los últimos días, casi como si nunca hubiera pasado nada entre nosotros. Sus heridas ya sanaron por completo así que me preguntó si tenía algunas máquinas de gimnasio para entrenar, no tenía ninguna, pero con algunos contactos le conseguí un saco de arena, una barra y una caminadora, cuando se las di sus ojos se iluminaron y según sus propias palabras ahogó sus ganas de abrazarme.

Hoy está entrenando en la barra, sube y baja haciendo fuerza en sus brazos, no tiene camisa y tiene puestos los pantalones del primer día que llegó, algo poco práctico diría yo, de nuevo despeinó su cabello de tanto agitar la cabeza y lo tenía mojado por el sudor al igual que todo su cuerpo. Yo... yo solo puedo admirarlo desde mi lado de la habitación, simulando que estoy meditando pero en realidad utilizo un conjuro el cual me permite ver a través de mis parpados.

-Strange... -me dijo bajándose de la barra-

-Dime... -abrí mis ojos y lo miré simulando estar serio- ¿pasa algo?

-No debes simular que estás meditando, de alguna manera me estás mirando.

-¿qué te hace pensar eso? Mis ojos están cerrados...

-Eres un mago, eso no es impedimento para ti...-tomo una toalla tirada en su cama y se la puso alrededor del cuello- siempre que empiezo a entrenar y simulas estar meditando tu cara se pone roja y tus manos tiemblan un poco.

-Mis manos...

- Sí, tus manos...-se sentó encorvado en la cama de frente a mí- ¿algo pasa con ellas?

-Un hecho de mi pasado... no quiero hablar de eso...

-Ay, no seas dramático... -hizo una mueca de burla con su cara- cuéntame, no me reiré.

-Yo... me masturbé tanto que quedé así... -sonreí colocándome una mano en mi nuca-

-No dudo que lo hagas –empezó a secar su cara con la toalla- pero no creo que sea la razón por la cual tus manos están así...

-Everett...

-Strange...

- oh... -suspiré un poco y luego le sonreí pícaramente- está bien, te contaré si hacemos un trato...

-Dime...

-Me dejarás besarte...

-¡Besa tu almohada! –Me lanzó su toalla sudada a la cara- ¿buscas cualquier excusa para aprovecharte de mi verdad? Sabes, ya no me interesa, intento hacer que nuestra interacción sea de lo menos incomoda ignorando completamente que me frotaste el pene y metiste dedos en mi trasero, pero tú no colaboras. ¡Pudrete! ¡ya te dije que no soy gay!

- Y yo dije que creo que si lo eres...Capi, haz lo tuyo

Chasqueé los dedos y capi dejó mis hombros para ir a enrollar a Everett, el cual se puso a luchar con ella.

-¡Ey! ¡oye! ...¡Sueltame estúpida capa! ¡agh!

Everett forcejeaba, pero Capi era más fuerte, se enredó en sus manos y pies impidiéndole moverse hasta que cubrió su cuerpo entero menos su cabeza.

-No sabes cuánto te odio... -me decía enojado mientras Capi lo traía flotando hasta a mí-

- Me dijiste que habías estado meses en abstinencia, eso quiere decir que has tenido sexo

-¡Por supuesto que he tenido sexo! Tengo necesidades como todos.

-Sí, pero tus necesidades se satisfacen un poco más difícil que las de otros hombres –agarré su mentón- tú eres gay