Diario adolescente

Estoy aquí por ti.

Aquí estoy, escribiendo por ti, como tantas otras veces.

He vuelto a tener la tentación de decirte de nuevo lo mucho que te echo de menos, pero no es necesario, tú lo sabes incluso mejor que yo.

Intento no remover el pasado, no volver sobre lo pisado, pero es que me has marcado como nadie lo había hecho anteriormente. Y quizás eso es precisamente lo que más miedo me da, por todo lo que significa esto para mi.

¿Por qué tú? No había tíos en el mundo... Tenías que ser precisamente tú.

Pusiste mi mundo patas arriba, creaste una nueva idea de mi a la que solo he dejado entrar a unos pocos desde entonces. Fuiste un torbellino de alegría para mí y es que esperaba toda la puta semana para que al fin llegase el viernes y recorrerme medio Badajoz para estar entre tus brazos. No te imaginas cuantas cuentas atrás he hecho.

Seguramente acabes leyendo esto, que sí, que me refiero a ti y me gustaría decirte que te, que te fuerte, y que aún quedan muchos abrigos de por medio, ocho para ser más exactos, que nunca acabarán a los pies de una de nuestras camas. Pero que se le va a hacer, tú decidiste irte y eres la única persona que puede decidir volver, no puedo obligarte a volver a hacerme sonreír, a coger con tantas ganas los fines de semana.

Que queda un año y dieciocho días para aquello que me prometiste. Pasase lo que pasase y estuviésemos como estuviésemos, ¿lo recuerdas?

Recuerdos, de recordar va la cosa, y es que tus recuerdos me matan poco a poco.

En fin... Espero verte pronto, tu pelirroja.