Después de estar absorta en mis pensamientos, todo empezó a armarse como un rompecabezas en mi mente.
Mierda. Grabaciones. ¿Jamerson no había dicho algo sobre grabaciones?
Mi atención se centró en la computadora portátil y crucé la habitación, agarrando la elegante computadora e instalándome sobre las nuevas sábanas.
Al abrir la pantalla, dudé en la pantalla de la contraseña. ¿Qué usaría?
Mis dedos picotearon sobre las letras y pulse entrar. La página de inicio apareció. Touchdown era su contraseña, idiota.
No hice caso de los íconos de software y miré las carpetas de archivos en hilera en la parte inferior de la pantalla.
Las cuatro primeras no dieron nada, pero la etiquetada como Propuestas de trabajo tenía dos subcarpetas etiquetadas 1001 y 1002. Después de hacer clic en la primera, miniaturas de archivos de video se alinearon en la pantalla, cada una meticulosamente etiquetada por fechas. Abrí la más reciente, vi un culo —mi culo desnudo— pasar por la pantalla. La cámara estaba dirigida a los dos tercios inferiores de nuestra cama. La cama en la que yo estaba sentada.
Conmocionada, me deslicé hasta el suelo, lejos de lo que aparecía en la pantalla. Fue a principios de verano. Me di cuenta por mis líneas de bronceado. Observé, aturdida, mientras me arrastraba al otro lado de la cama sobre el cuerpo desnudo de Asher.
No podías ver nuestros rostros. Tenía el cabello recogido en una coleta desordenada, y Asher permanecía con el rostro girado hacia la ventana, lejos de la cámara. Entrecerré los ojos en la pantalla. Había notado aquel vago cambio en su comportamiento.
Cuán a menudo se ponía así durante el sexo en los últimos meses.
Jodido bastardo. Y no lo decía como un cumplido Mientras en pantalla descendía sobre la erección de Asher, cerré el video.
Hice clic en la otra carpeta, la etiquetada como 1002. Una vez más, las miniaturas de vídeo perfectamente organizadas por fecha aparecieron en un área. Escogiendo una al azar, hice doble clic. Mi habitación, misma vista que antes. Solo que no era yo rebotando entre las piernas abiertas de Asher. Esa chica desnuda y de piel pálida era Rebecca, a quien había considerado una amiga.
Salí del vídeo de inmediato, bilis subiendo por mi garganta. La parte inferior de la carpeta de archivos me informó alegremente que la carpeta contenía cuarenta y un archivos, remontándose a poco más de cinco meses atrás, el cuatro de julio.
Hice arcadas, dejé caer la computadora y corrí al baño.
Cuando salí treinta minutos después, la garganta en carne viva por el ácido y las lágrimas quemando mis ojos, volví hacia la computadora portátil y la acuné cuidadosamente en mis brazos, el metal todavía caliente, antes de regresar al baño.
Tomando una respiración profunda, tiré la computadora en la bañera. Sin que mis pasos titubearan, recuperé todos los dispositivos de tecnología de Asher que pude encontrar, llenando la bañera con tonos de plata, gris, cromo y negro. Caminando por el pasillo hasta el armario que contenía nuestra lavadora y secadora, agarré una botella de detergente y una botella de lejía y regresé a nuestro baño. Rocié los aparatos electrónicos con ambos líquidos hasta que las botellas estuvieron vacías y luego encendí la ducha de alta presión, dejando la cortina abierta de par en par.
Empacando mis cosas al azar en cualquier maleta y bolsa de lona que pude encontrar, junte todas mis pertenencias en ellas y las fui dejando a un lado de la puerta de entrada de su loft. Haciendo un último viaje a nuestra habitación, saqué aquel pedazo brillante de carbón de debajo de los calcetines del idiota y lo arrojé en el medio de la cama. Solo para que supiera que sabía exactamente de qué me estaba alejando.
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Solamente Kya
Genç Kız EdebiyatıHay tres cosas que tienes que saber sobre Kya Anderson: 1.- Cuando está nerviosa, es incapaz de entablar una conversación sin ofrecer demasiada información trivial. 2.- Se acaba de mudar al otro lado del mundo. 3.- Adora el chocolate y las donas. L...