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Ya estaba harta de que me observaran como si fuera oro, la gente es extraña, decidí no tener que soportar más eso y cerré rápido mi libro

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Ya estaba harta de que me observaran como si fuera oro, la gente es extraña, decidí no tener que soportar más eso y cerré rápido mi libro. Solté un fuerte suspiro por no haber podido terminar mi lectura, me paré de allí sobre una amarga mezcla de incomodidad y enojo. Entré rápidamente a la casa para poder leer en paz.

Cayó la noche, mi tiempo favorito, es la única parte del día que realmente reconozco  que tiene gran importancia, la aprecio demasiado. Las pocas luces que se hallan en el cielo, en forma de estrellas, son muy lindas si se sabe ver en ellas la partr hermosa que las caracteriza.

Algunas veces en las que suelo ser más pesimista de lo normal me deprime el saber que algún día su luz se extinguirá y simplemente desaparecerán, sin dejar ningún rastro, sin importar nada. Sin embargo, nada durará para siempre, por mas que deseemos con todas nuestras fuerzas que así sea.

No pude evitar que mis lágrimas salieran solas. Si bien me encantaba la fría y oscura noche, a veces ese ambiente sombrío se introducía tanto en mí que me provocaba el recordar anécdotas profundamente hirientes y duras. Sin darle más vueltas a mis pensamientos me dirigí a mi cama, hundiéndome en mis sábanas que era como un refugio que utilizaba para apartarme de todo, del mundo.

Estuve un largo rato con las sábanas hasta la cabeza. La falta de oxígeno empezaba a hacerse presente, en esta clase de situaciones el pensamiento de que solo debería dejarme ser y no poner resistencia me invadía, solo dejar que poco a poco el aire se vaya acabando.

Sin embargo otro tipo de pensamientos aparecían en esos momentos desafortunadamente para mis malas tendencias. En aquellos se reflejaban recuerdos de personas que consideraba importantes de algún modo, no se iban de mi mente. Siempre terminaba por rendirme y sacaba rápidamente las sábanas permitiéndome el paso al aire nuevamente a mis pulmones, y esta vez no iba a ser la excepción.

Luego de que mi respiración se hiciera normal decidí ponerme a conciliar el sueño. Esto pasaba cada cierto tiempo pero digamos que nunca era capaz de lograr el deseado objetivo, me enojaba el no poder, me sentía inservible.

Desperté por el repentino llamado de mi mamá a mi puerta.

—¡______! —Escuché que gritaba por detrás de la puerta mientras yo iba recibiendo poco a poco los rayos de luz del sol en mis ojos. —¡Ya despierta! —Miré la hora y me molesté por el hecho de que era demasiado temprano aún. No podría seguir disfrutando el dormir plácidamente.

—¡Pero es muy temprano! —Grité con una voz áspera por la sequedad presente en mi garganta.

—¡_____! —Su voz se escuchaba algo furiosa y sin más abrió la puerta para dirigirse mejor a mí. —Solo levántate ¿Quieres? —Me miró con una pequeña sonrisa y un tono dulce que se notaba a distancia que era sumamente fingido. —¡Ah! —Dijo casi cerrando la puerta. — Vístete que irás a recorrer la ciudad.

Depresión 〄  J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora