Prólogo

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El gen salvaje:
Ren.

Prólogo

Prólogo

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¿Qué puede salir mal en un laboratorio clandestino subsidiado por un grupo de empresarios corruptos y sin escrúpulos?

¡Todo!

Contemplaba al enorme perro rabioso que gruñía y se acercaba a mí lentamente...

- Pit... Quedate dónde estas... - le ordeno, el temor se podía escuchar en mi voz claramente, con todo y el espantoso sonido producido por las alarmas en todo el recinto...

"Cerrando compuertas".

Una voz robótica femenina,anunciaba por los altavoces que el complejo se sellaría por completo y sino me daba prisa quedaría atrapada dentro de aquel infierno. Tenía que salir de allí pero el enorme perro bloqueaba la única salida...

"Cinco minutos para cierre área canina".

La cuenta regresiva en sí,ya era lo suficientemente inquietante como para todavía tener que soportar el tono inorgánico y andrógino además.

Me advirtieron que no regresara, pero hice caso omiso y ahora estaba a punto de quedar atrapada dentro de este maldito lugar...

El gruñido del perro reclamó mí atención de nuevo, por la sangre inyectada en sus ojos, supe que algo iba mal,se había contaminado con algo, moriría en unos cuantos minutos como los demás,pero aún le daba tiempo de atacarme...

Miré al canino que alimente meses atrás cuando era un cachorro, había sido un buen chico,pero ahora,se había convertido en un completo animal dispuesto a matar...

Dispuesto a matarme.

«No sabe lo que hace» - pensé «La toxina lo controla.» - o eso fue lo último que dijo la doctora López antes de abrirse la garganta ella misma.

"Tres minutos para cierre área canina".

- Pit... - volví a hablarle, apelando al buen chico que fue antes de que se convirtiera en ese horrible experimento, tratando de apaciguar al animal en el que lo convirtió aquella toxina...

No tuve éxito, se abalanzó sobre mí...

Lancé un grito al mismo tiempo que me escudaba con mis brazos y cerraba los ojos como si de esa forma lograra esconderme del peligro,esperando el momento en que su cuerpo chocara contra el mío...

Pero no pasó. Queriendo y no, abrí los ojos para ver porque se detuvo. De la nada, otro experimento, más grande y fuerte surgió clavando garras y colmillos en el cuerpo del perro que anteriormente me amenazaba...

"Dos minutos para cierre total área canina".

Anunció aquella espantosa voz computarizada de mujer que no logró acallar los espantosos sonidos que producían las dos bestias que luchaban frente a mí...

Me quedé petrificada...

Hace tres meses trabajo de incógnito en una de las cuatro bases de operaciones de los laboratorios New edge, recopilando información que fuera de utilidad para el líder del grupo sufragista los Renegados de Verdonia. Un hombre al que sólo conocía como Parker,un sujeto con el que únicamente había tenido contacto en sólo dos ocasiones,cuando me buscó para reclutarme, y cuando le dije que sí...

La contienda no duró mucho. Pit no tuvo oportunidad. Su adversario era mucho más grande y más fuerte que él, en cuestión de segundos le abrió la garganta hasta el pecho para arrojar su cuerpo inherte lejos...

Por más que le ordenaba a mi cuerpo que se moviera, este no daba ninguna señal de querer reaccionar...

«¡Voy a morir!» - pensé con la vista clavada en aquellos dos puntos luminosos de color dorado que se acercaban lentamente hacia mí...

"Un minuto para cierre total área canina".

La sangre negra de Pit se escurría de su boca y manos revolviendome el estómago. Y yo,no pude moverme ni un centímetro cuándo se detuvo frente a mí...

Comenzó a olfatearme y sus plumas entremezcladas con su cabello oscuro  rozaron mi mejilla haciéndome estremecer...

Y antes de que pudiera decir nada, me cargó en vilo y me acomodó sobre su hombro y se echó a correr, llamando la atención de otros dos canes rabiosos que nos comenzaron a perseguir por el corredor...

"Cerrando compuertas".

El sonido de dos placas de metal haciendo fricción al cerrarce aceleró mis pulsaciones, mucho más que los perros rabiosos que estaban acercándose...

Si no logramos cruzar esa puerta antes de que se cierre, esos perros iban a hacernos pedazos...

Lancé un grito cuando uno de ellos saltó dispuesto a morder mi cara. Mi grito rebotó contra las placas metálicas que acababan de cerrarse justo frente a mí, atrapando el hocico del animal, produciendo un sonido espantoso al quebrarle la quijada. Un hilo de sangre negra comenzó a escurrir hacia el piso.

Sentí muchas ganas de vomitar... Pero también sentí mucho alivio...

Cuando mi estómago se calmó, unos cuantos minutos después, fui consciente de la situación tan precaria en la que me encontraba. No sólo estaba atrapada en un laboratorio de experimentación genética con un montón de Animorphes contaminados por una toxina que los volvió rabiosos, sino que estaba siendo cargada como un costal de papas, por uno de los experimentos que creó mi padre...

Mi nombre es Dove Slade,y sí. Yo soy la hija del monstruo que creó el gen salvaje.

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El gen salvaje: RenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora