Capítulo 2: Algo para recordar

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Sabaku No Gaara Pov


Dicen que la vida sigue, que si algo pasa que llores, te desahogues y después te laves el rostro para seguir adelante. Justamente eso hice, le llore lo que tenía que llorar, no por él, por mí, porque lo necesitaba para no volverme loco.

—Gaara…

—Sakura —levante el rostro y la vi parada frente a mi pupitre mientras jugueteaba con sus pulseras.

—¿Quieres ir a comer pastel saliendo de la escuela? Escuche que hay una nueva pastelería aquí cerca.

—Claro —acepte con una diminuta sonrisa.

No me sentía muy bien pero hablar con Sakura siempre me tranquilizaba. Al salir de clases fuimos a la pastelería, no soy de comer mucho dulce pero estaban deliciosos; al final entre platicas termine contándole como acabo todo el asunto de Sai, y algo que agradecí silenciosamente fue que no me dijera absolutamente nada, solo me abrazo por un rato, diciéndome que si necesitaba algo no dudara en ir con ella, que para eso estaban los amigos.

Me sentí mal por haberme alejado de ella para darle preferencia a Sai, después de todo y aunque no quería admitirlo, Sakura es mi única amiga, y sé que puedo confiar en ella, por lo que simplemente asentí dándole las gracias por todo. Me propuse olvidar a Sai, y vaya que lo estaba logrando, luego de casi mes y medio creí haberme librado de su recuerdo por completo.

Estábamos en exámenes, así que estaba bastante tenso, y a eso hay que agregar que era fin de curso, solo dos semanas más y saldría de la preparatoria para ingresar a la universidad. Lo mío siempre fueron los números así que me inscribiría  al área de contabilidad, mientras que Sakura pretendía estudiar enfermería, por lo que empezaría a verla con menos frecuencia.

—Te veo muy pálido —me dijo ella colocando una mano en mi frente para comprobar si tenía temperatura—. ¿Seguro que te sientes bien?

—Sí, no es nada… ya se me pasara.

—Has estado así toda la semana Gaara, debes ir al doctor —reprendió con aquel tono autoritario que tanto la caracterizaba.

Nunca le prestaba mucha atención a mi salud, después de todo no era de enfermarme, y son contadas las veces que tome medicamento. Se podría decir que era una persona completamente sana, así que el enfermarme ahora me extraño un poco, aunque lo asocie a lo estresado que había estado últimamente, con tantos trabajos por entregar y exámenes que presentar, era natural. Pero Sakura no dejaba de insistir, así que más que nada por no pelear con ella —ya que era muy terca cuando se trataba de temas de salud— decidí ir al médico.

Claro que solo lo haría cuando acabaran las clases, total, si ya había estado así dos semanas, no me mataría esperar una más. De hecho fue más conveniente ya que ella insistió en acompañarme para que no me diera a la fuga. Sería una consulta rápida, un chequeo general y lo más probable es que me dijeran que tenía parásitos o algo por el estilo y que a eso se debían mis nauseas, el cansancio a mis desveladas y asunto resuelto. Nada del otro mundo, aun así, estar en esa sala de espera me era aún más estresante que todos los exámenes juntos que tuve que hacer.

Pero no me quejo por eso, ya que me gradué con honores, siendo el alumno con la calificación más alta en salir de la preparatoria. Incluso le llame a Temari contándole que me había graduado y me felicito, lamentándose por no poder estar conmigo, ya que ella vive actualmente en Italia con su esposo, mientras que mi otro hermano Kankuro se fue a china a estudiar, al final decidió quedarse ahí ya que encontró al amor de su vida. En cuanto a padre, dijo que era lo mínimo que podría hacer.

Promesas de alcobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora