Capítulo 4: Algo que olvidar

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Capítulo dedicado a ShirleyMontaez

💕💋💕

Sabaku No Gaara Pov

Siempre he creído que la suerte no existe, más bien todo pasa por algo en la vida y si eres feliz es porque te lo has ganado, sin embargo todo puede mejorar en cuanto te lo propongas, aunque hay veces que ya no sé ni que pensar, porque no importa cuánto desee ser feliz, siempre hay algo que me impide serlo y sinceramente llega el punto en que me arto de todo…

Lentamente abro los ojos y lo primero que veo son dos pozos verdes que me miran intensamente, aun así es fácil notar la preocupación en ellos. Me siento desorientado y aturdido, más bien diría que un poco perdido, no alcanzo a razonar donde es que me encuentro ya que todo es demasiado confuso, sin embargo el cuerpo me duele horrores, tanto que no quiero ni pretendo moverme por un buen rato.

—Estaba tan preocupada —exclama Sakura soltando un jadeo al momento de abrazarse delicadamente a mi comenzando a sollozar.

No hago nada por apartarla, simplemente le permito permanecer así, sintiendo los espasmos de su cuerpo ante su suave llanto, y es que no entiendo ¿Por qué llora? Venga que no ha pasado nada… al menos eso pienso en los siguientes treinta segundos antes de que los recuerdos asalten mi mente.

—Sakura… —le llamo asustado y ella lo nota por lo que se separa de mi observándome. Limpia sus lágrimas poniendo una expresión de completa seriedad por lo que automáticamente mi cuerpo se tensa, no sé si quiero preguntar, mejor dicho, temo a la respuesta—. Mi bebé… ¿cómo está mi bebé?

Balbuceo dubitativo, se nota, la voz me tiembla por unos segundos, al igual que mi labio inferior antes de verla dedicarme una sonrisa.

—Todo está bien —coloca su mano sobre la mía, la cual la he llevado inconscientemente a mi vientre, acariciando la leve curvatura que apenas se va formando—, le has protegido.

Siento mi vista nublarse a causa de las lágrimas, y no hago más que agradecer mentalmente a que mi amado bebé está bien. Rápidamente observo a mi alrededor viendo el pequeño cuarto de hospital en el que me encuentro, estoy seguro que Sakura me trajo, pero ¿cómo lo hizo, cuando?

—No entiendo, ¿qué paso?

Sakura suspira sentándose en el borde de la pequeña cama.

—Ayer en la tarde que me mandaste el mensaje, iba de salida a comprar algunas cosas, pero la curiosidad pudo más que mi despensa vacía —suelta una risilla por lo que hago lo mismo—. Termine yendo hacía tu casa, pero por el camino me detuve a comprarte un trozo del pastel que tanto querías, así que demore más de lo normal. Estaba a un par de casas cuando vi salir a tu padre hecho una fiera, pateando todo lo que se le pusiera enfrente, e iba tan enojado que ni siquiera cerró la puerta —su mandíbula se aprieta e incluso la escucho rechinar los dientes del enojo—. En fin, resulta que entre llamándote pero no me contestabas, lo cual se me hizo muy raro, corrí a tu habitación y te encontré tirado en el suelo hecho bolita sujetando tu vientre y a un lado los papeles que confirman tu embarazo… no fue muy difícil hacerme una idea de lo que ese bastardo te hizo.

—Gracias.

—No agradezcas, ahora todo lo que importa es que estas bien.

Le miro agradecido y ella vuelve a abrazarme con mucha delicadeza.

—No quiero volver a casa —murmuro contra su cuello.

—No tienes por qué hacerlo —se separa viéndome a los ojos—. No te enojes… pero en cuanto me dijeron que estabas fuera de peligro regrese a tu casa y saque tus cosas y… las lleve a mi casa. ¡No iba a permitir que algo como esto se repita!

Promesas de alcobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora