Sabaku No Gaara Pov
Para mí, un beso representaba una muestra de amor puro, tal vez sea absurdo pero desde siempre he creído lo mismo. Porque el cuerpo no miente; las palabras te hieren pero las acciones que demuestras con tu cuerpo en un acto tan simple como lo es un beso, te transmite muchas cosas. Y pese a mi molestia con Sai fui perfectamente capaz de sentir su dolor y su arrepentimiento en un simple contacto labial: fugaz y efímero. Que me remonto a tantos recuerdos que pretendía enterrar desde hace mucho tiempo.
Dentro de mi sabía que sus palabras de arrepentimiento eran sinceras, y que él no me quiso dejar, pero mi cuerpo temblaba, aunque no sabía si de molestia o frustración. Era un manojo de nervios, porque no espere verlo después de tanto tiempo. Creí que todo con él había terminado, simplemente intente cambiar de página y olvidarlo, más que nada por mí, porque lo necesitaba, y porque a mi lado tengo a un hombre maravilloso al cual amo con locura.
En un principio quise mentalizarme para esta situación, pensé mil y un insultos que le gritaría, ensaye las palabras que tenía clavadas en lo más profundo de mi alma, mismas que me lastimaban y que quería exteriorizar. Sin embargo conforme pasaban los años todo eso quedo en el olvido. No podía seguir aferrándome al enojo con un fantasma del pasado. Claro que internamente rogaba para que no apareciera, pero después de varios años la posibilidad de volver a verlo se iba reduciendo a cero.
Pero hoy, luego de seis largos años aparece como si nada, intentando recuperar algo que nunca tuvo, y el que le haya dicho a Eita que él era su padre me hizo querer golpearlo. Me recordó la frustración que creía olvidada, aquel enojo, aquel miedo, aquel dolor… todo. Y realmente desee lastimarlo, herirlo como él lo hizo conmigo. Puede que no sea la mejor forma, pero era lo único que tenía en mente, porque él no tenía ningún derecho. Tal vez todo hubiera sido diferente si se quedaba con la boca cerrada… ¿por qué rayos no se mantuvo desaparecido, pero en esta ocasión definitivamente? ¿Acaso no entendía que no deseaba verlo?
¡Se largo durante seis malditos años!, me dejo embarazado y completamente solo sin nadie a quien recurrir, ¡él sabía de mi situación y aun así se fue! Estoy consciente de que parte de la culpa también es mía por creer en él, por dejar que sus malditas promesas de alcoba me llenaran la cabeza de falsas esperanzas y absurdas fantasías de un futuro a su lado, un futuro rosa y mágico donde ambos seriamos felices, cuando simplemente encontré la nada.
—Gaara… ¿te encuentras bien?
¡No! No estoy bien, ni siquiera sé que pensar o decir, estaba más desorientado y perdido que nunca. Inexplicablemente también tenía miedo, miedo de perder a mi familia y que la felicidad que con tanto trabajo he forjado en estos cinco años desaparezca de un momento a otro, como si nunca hubiese existido.
—Si… —murmure en un hilo de voz.
Levante la vista encontrándome con los ojos verdes de Sakura, los cuales lucían preocupados por mi persona. Y es que a pesar de que los años pasan nuestra amistad simplemente se fue haciendo más fuerte, actualmente ella está felizmente casada con Hidan y es una medico muy prometedora, tan entregada al trabajo como su esposo, por eso es que aun no tienen hijos… mientras yo, yo retome la universidad y estudie contaduría y administración, graduándome con honores.
Incluso fui considerado un genio pero, ¿de qué sirve eso ahora si mi vida es un caos? ¡Todo en cuestión de minutos! Podría parecer una nimiedad, sin embargo desde mi punto de vista era más que eso. No sabía si sentirme agobiado, confundido o qué, pero extrañamente me sentía un poco triste y en lo único que pensaba era en un abrazo de Itachi. Desde siempre es lo que me ha tranquilizado cuando me sentía nervioso o asustado.
—¡No puedo creer que después de seis años haya aparecido como si nada! —Farfulló Sakura, entrecerrando los ojos con enfado—. Pero donde se le ocurra querer reclamar algún derecho, ¡yo lo mato!
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Promesas de alcoba
FanfictionEmbriagados por el éxtasis y a punto de un orgasmo las personas son capaces de prometer cualquier cosa. -Prométeme que siempre estarás conmigo. -Sin importar que... Lástima que esa solo era una promesa de alcoba, de esas que olvidas cuando el placer...