Capítulo 8

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-¿De que te ríes?- dijo confundido, saqué el móvil y le saqué una foto y se la enseñe, él se sorprendió y cogió una servilleta e intento limpiarse, pero el pintalabios rojo no es tan fácil de quitar, cosa que el descubrió a los dos segundos
-¿Sabes que lo estás dejando peor?
-Ayudame no te quedes ahí, si Thalía me ve con esto me mata- giré los ojos
-Tienes suerte de que soy buena persona, un baño- fué rápido hasta uno y cuando yo entré cerró la puerta con pestillo
-Rápido
-Voy hombre, tranquilo- saqué una toallita desmaquillante del bolso y se la di- frota fuerte, el rojo se quita muy mal, te lo digo por experiencia

Me miré al espejo y resoplé

-¿Que te pasa?- le miré, se estaba quitando todavía el pintalabios y me hizo gracia así que se me escapó una risa involuntaria
-Que yo odio todo esto- me señalé la cara para indicar el maquillaje- yo no soy así
-¿Y por qué lo llevas?
-Lea, así ella es feliz y si ella lo es yo también- me miro con una sonrisa de lado y yo le miré mal y me revolví- ¡¿Por qué coño te digo yo esto a ti?!
-Porque quizás te caigo un poco mejor
-Sigue soñando, me largo de aquí

Le dejé allí con cara de tonto, di un portazo mientras todos los allí presentes me miraban y bajé las escaleras enfadada, pero esta vez conmigo misma, salí por la puerta de la casa pero me paré a mandarle un mensaje a Lea de que me iba de la fiesta, aún que seguramente estaba tan borracha que ni siquiera le importa, al salir lo que vi me sorprendió muchísimo, era Lea y... Bueno, en fin otra chica, ambas estaban besándose, a ver, que no es nada malo, sólo chocante, en fin, Lea se liaba con unos 10 chicos diferentes en una noche, pero... Nunca la había visto con una chica, no sé, era impactante
Ella de repente giró la cabeza y me miró, abrió los ojos como platos y se acercó corriendo hacia mi asustada

-Tess, lo puedo explicar- la miré, estaba muy asustada, pero en ese momento volví en mí
-Tranquila, no me tienes que explicar nada, pero no sé es, impactante, sobre todo viniendo de ti, no sé, te liabas con tantos en una noche que perdía la cuenta y ahora resulta que eres lesbiana
-No soy lesbiana
-¿Bisexual?- ella asintió orgullosa y yo reí, hace un segundo histérica y ahora como si estuviera en el sofá de casa tan tranquila- mas bien te llamaría tonta sin remedio- dije para picarla y ambas nos reímos
-Bueno, seríamos dos entonces- seguimos riendo
-Te mandé un mensaje no creo que lo hayas visto- dije con doble sentido y reí, ella también lo hizo después
-No, no lo vi, ¿que pasa?
-Me voy a casa
-¿¡Cómo!? Pero si es la una, aguafiestas
-Pero mañana tengo que madrugar
-¡Oh, venga Tess, mañana es sábado!
-Lo sé, me marcho, te quiero
-Y yo, ¡ten cuidado al volver!
-Lo tendré- me giré y me fui hacia mi casa, cada poco me giraba, notaba una mirada encima mío hasta que llegué a casa, después ya no la volví a tener esa sensación, pero me dejó pensativa

Me fuí a quitar todo aquel maquillaje, odiaba eso, es que no podía con ello, una vez que lo quité todo bien, me puse el pijama y me tumbé en la cama, pero no podía dormir, aquella extraña sensación todavía me rondaba, pero sobre las cuatro o así caí dormida












Ya era lunes, lista para ir a clase, salí de casa y a medio camino sentí moverse unos arbustos, me giré, pero nada, la sensación había vuelto, alguien me vigilaba, llegué al instituto, esa sensación no se iba, pero yo seguía mi vida normal, clase de E.F. o gimnasia para otros, entré al vestuario sin separarme de Lea, nos cambiamos y todo y nos pusimos ropa de deporte, ella llevaba unas mayas negras y una sudadera gris junto a una coleta alta y yo un pantalón de chándal ajustado a los tobillos y a la cintura y una sedadera verde oscuro ancha, me hice dos trenzas de raíz en un segundo y me puse unas zapatillas negras, salimos y allí estaban los chicos, genial, Tay con todos y cada uno de sus amigos, la panda de los imbéciles, el profesor nos mando ponernos en parejas y yo me puse con Lea, hicimos calentamiento y después pruebas de elasticidad, velocidad, fuerza y nos dijo que descarsaramos 5 minutos y empezariamos con la siguiente actividad, que eran acrobacias, a mi eso se me daba genial, siempre me han gustado, y en la agencia era un concepto básico desde pequeñas
El profesor pidió voluntarios y yo me ofrecí

-Muy bien Rians, ¿que sabes hacer?
-Bueno, algo
-Si, pero dentro de ese algo, ¿que entra?
-Pues lo básico y algunas cosas más
-¿Era gimnasta?- no exactamente, pero no era mala idea para encubrirme
-Si, algo así
-Vale, una gimnasta, haz lo mas difícil que sepas, encima de las colchonetas por favor- todos estaban expectantes y a mi eso me ponía incómoda

Me concentré era como estar de vuelta a hace años, mientras nosotras entrenabamos, la niñas nuevas de 5 a 7 años nos miraban, como si eso fuese lo mas difícil del mundo y las hacia mucha ilusión que hiciéramos una voltereta, sin darme cuenta estaba sonriendo
Cogí carrerilla y salté, hice dos mortales en el aire y una media vuelta, todos se quedaron con la boca abierta, miré por si acaso tenía la sudadera subida o algo, pero no, me fui a mi sitio con Lea

-Bien señorita Rians, hoy a demostrado ser la mejor de la clase, señor Ortiz le quitan el puesto- me reí y él me miró mal, pero fingiendo, luego se río y tocó el timbre de cambio de clase

-No te creas que será así por mas tiempo- pasó a mi lado y me susurró eso, yo sonreí y me fuí a cambiar












Al salir de clase me encontré con Tay

-¿Te llevo? Paso por tu casa hoy
-No, no hace falta
-¿Segura?
-Si, me sé el camino no soy tonta
-¡Uoh! Vaya dejavú, sólo que estábamos en papeles cambiados- me reí ante la tontería que acababa de decir, pero era cierto, eso ya había pasado, solo que de al revés, el sonrió y yo me fuí

La sensación volvía a mí, miré hacia todas partes cuando un coche me paró, yo miré pero no lo conocía, de repente uno sacó una pistola por la ventanilla y me disparó, no tuve tiempo de reaccionar, la bala me impactó en el abdomen, el coche se fué rápido y yo me quedé encogida de dolor y apretando la herida

-¿Qué haces ahí agachada?- reconocía esa voz, era Tay
-Ayudame...- salió del coche extrañado, pero en cuanto vio la sangre se alarmó-¡Tess! ¡Vamos al hospital!
-No- dije con pocas fuerzas- yo no puedo ir al hospital, no puedo...
-¿¡Y a donde quieres que te lleve!?
-A mi casa, rápido- me mareaba, aquello ardía
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CONTINUARÁ...
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A VER, ES QUE HE VISTO QUE LOS DOS ULTIMOS CAPÍTULOS NO LOS A LEÍDO NADIE Y PUES NO , SI NO OS GUSTA DECIDLO Y PUES LA DEJO DE ESCRIBIR Y YA

Terrores del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora