Capítulo 12

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Me levanté y salí de la ducha, me puse la ropa interior y me envolví en la toalla, abrí la puerta y lo encontré allí sentado esperándome, al verme se levantó y le mandé entrar, una vez allí tiré la toalla, pero él no quitaba su mirada de mis ojos

-¿De verdad lo quieres hacer?- asentí sin decir nada- No te veo segura Tess, mejor me voy- se dió la vuelta pero lo cogí de la mano y tiré de él
-Ésta, la de el brazo- la señalé es de cuando era pequeña, mi madre me había echado la bronca y me acuerdo que salí corriendo de casa, me caí por las escaleras y me rompí el brazo, me tuvieron que operar
-¿Y esta?- preguntó con cautela, había una en el pecho, casi en el cuello
- Esa es de cuando mi padre me amenazaba si no le hacía caso, me rajó con un cuchillo- se mordió el labio, insinuando que igual se había equivocado al escogerla, pero yo quería contarle toda la verdad a alguien de una vez
-¿Esta?- señaló una en el hombro
- Mi padre me tiró por el suelo cuando estaba borracho y me dió patadas, me lo abrí contra una mesa, y como no se preocuparon por mí tuve que curarmelo yo sola, fue la primera que me curé
-¿La de la cadera?- dijo mirándome a los ojos y yo a él, le respondí
-Fue de cuando...- la saliva se me amontonó en la garganta del nerviosismo- cuando mi padre...- no podía hablar, él me abrazó y yo a él, alguna lágrima se me escapó, yo no quería deshacer el abrazo, pero no podía estar así eternamente
-No tienes por qué seguir enserio
-Pero quiero hacerlo- le miré segura aún con algún resto de lágrimas- un día mi padre llegó borracho y yo estaba cenando, le dio por cogerme y llevarme a su habitación y... Bueno... Ya sabes lo que pasó- se quedó mudo, pero a ese hombre era imposible dejarle sin palabras
-Pues menudo gilipollas, si llego a estar allí, yo también le hubiera matado
-Tranquilo fiera...- dije y me reí
-¿Porque te hacia tu madre esas quemaduras?- me miró las piernas
-Cuando maté a mi padre con 6 años, ella se vengó torturandome cada día, me pegaba, me explotaba y si no hacía algo bien, apagaba sus cigarros en mis piernas, el resto son casi todo marcas y heridas de palizas que me daba
-Date la vuelta- le hice caso, me cogió el pelo y me lo apartó de la espalda rozando mi piel y después la gran cicatriz a la altura del corazón- ¿Esta?
- De una misión, en esa misión perdí a mi compañera, y a una amiga, la única persona que me ha conocido tal y como era, con casi todos mis prejuicios y casi todos mis problemas, fue un gran apoyo, desde que ella murió no he vuelto a hablar con nadie de la agencia, hasta que vine aquí, Lea se convirtió en mi mejor amiga y tú en un pesao que a veces resultaba caerme bien- se rió y yo me contagié
-¿Cómo era ella?- miré al suelo sonriendo
-Ella era preciosa, y una gran persona, los días de castigo me daba la mitad de su comida y cuando me ponía mala me cuidaba, me hacía de psicóloga- noté los ojos húmedos, pero ahora tenía una verdadera causa para llorar, así que no me importaba, lo solté todo
-Ven aquí, tranquila- me dió un beso en la frente y me abrazó, yo a él con todas mis fuerzas y llorando muy fuerte, me separó y pasó sus pulgares por debajo de mis ojos para quitar la lágrimas, pero salían más, me sonrió- ¿Y la del abdomen?- sonrió y yo también
- Fue por un disparo y un idiota no supo curarla bien
- Si y luego una niña tonta no quiso quedarse en casa para que la curara bien- me reí y él conmigo- así mejor, estás más guapa- le volví a abrazar todo lo fuerte que pude, sin poder evitar sonreír como una tonta
-Creo que debería de ir a vestirme, y tú deberías llenar una mochila con ropa y cosas que vayas a necesitar- le miré por última vez y me sonrió

Yo fui a la habitación y cogí un top, una camiseta ancha y unos pantalones cortos que encontré, así es como dormía yo siempre, eran las 12 y mañana teníamos que levantarnos muy pronto, fuí hasta la sala y allí estaba Tay en el sofá tumbado con el móvil, me acerqué y el apagó el móvil para hacerme caso, se acomodó en el sofá y yo me senté en el suelo, en frente

-Deberiamos irnos a dormir, mañana a las 6 tenemos que estar ya fuera de aquí
-¿Tan pronto?
-Si, ellos hasta sobre las 9 supongo no estarán activos y debemos llegar a un lugar seguro o nos matarán- me miró, examinándome
-¿Te puedo preguntar algo?
-Si, claro- le miré y él a mí
- Si has estado encerrada todos estos años, ¿Cómo te puedes comportar como una adolescente normal?
- La verdad es que nos preparan para ello, nos enseñan a atraer a un hombre cuando lo necesitamos, a persuadir, a pelear, a hakear, a muchas cosas, algunas las cuales solo he utilizado en pocas ocasiones
- ¿A cuántos hombres te has ganado?
- Más de los que me gustaría
-¿Y alguno te ha gustado de verdad?- ¿a qué venían esas preguntas?
- No, todo eran terroristas, asesinos y otras cosas peores
- ¿Eres virgen?- esa pregunta ya me descolocó por completo
-¿A qué viene esa pregunta?- dije algo molesta
- A nada- se levantó y se fué a la habitación, me sorprendí, no sabía que había pasado y después de intentar buscar la respuesta, no la encontré y fui a la habitación, estaba en la cama tirado sin camiseta, con el móvil de nuevo
-No deberías estar con el móvil, nos pueden localizar
- No estoy con datos, sólo miro fotos o juego, sé lo que puede pasar
- Es tarde, vamos a dormir
-Si- me tumbé al otro lado y él se me quedó mirando
-¿Eres virgen?
-¿¡Por que coño quieres saber eso!? ¡Sabes que no!- se quedó un poco sorprendido, pero luego recapacitó
-Me refería a parte de eso que te hizo tu padre
-Si, desde entonces me da miedo que alguien quiera hacerme lo mismo que él, es que sólo de pensarlo me dan escalofríos, se me seca la boca y quiero morirme- le di la espalda- desde aquel mismo instante- no puedo mirar a los hombres de la misma manera
- ¿Ni a mi?- me giré un poco, le miré a los ojos y me quedé callada
- Tu no eres como los demás, aún que eso me haya costado un disparo conseguir averiguarlo- sonrió y se me acercó para abrazarme, yo apoyé la cabeza sobre su brazo y nos dormimos así
Al sonar el despertador ambos estábamos abrazados, yo me separé y le dejé en la cama, fui a ducharme, tardé un poco más de lo normal y me vestí con unos vaqueros y una sudadera, me alisé el pelo un poco para cambiar mi aspecto y fuí hasta la habitación

-Hey... Tay...- gruñó y metió la cabeza debajo de su almohada, yo reí- Tay, vístete, tenemos que irnos en media hora
-Dejame, quiero dormir- le seguí moviendo
-¡Taylor!¡Levántate ya!- abrió un ojo y me sonrió
-¿O si no que?- rodé los ojos y le empujé para que se cayera de la cama, pero me cogió de las manos y me rodó por encima suyo para dejarme en el borde y yo no podía moverme porque me caería, y sería muy doloroso
-¡Súbeme, ya!- hizo el amago de tirarme- ¡Tay!
-Se pide por favor- negué con la cabeza-¿No?- hizo lo mismo otra vez y yo grité
-¡Por favor, súbeme!¡Ya!- me subió y me dejó encima de él, yo me incorporé y me senté en su barriga- me voy a vengar, soy muy rencorosa
-¡Huy, si! Mira cómo tiemblo- me levanté de encima suyo y de la cama- Vístete, nos vamos en un cuarto de hora, date prisa

Se levantó risueño y fué al armario, yo busqué una mochila y también cogí cosas como armas, provisiones y alguna sudadera y un pantalón

-Tay- me miró y se acercó-toma- le di una pequeña pistola- por si acaso no estoy yo,¿Sabes utilizarla verdad?
-Si, tranquila- su gesto era serio ahora, tanto que era raro en él
-Escuchame, cuando salgamos por la puerta hay que tener ojos hasta en la espalda, así que estate atento y no te distraigas, ¿Me has oído? Y no te separes de mí, sé quiénes son ellos- asintió y salimos del piso
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CONTINUARÁ...

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