Capítulo 19

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Cuando llegamos a mi casa cogí una camisa de tirantes y un sujetador, Tay me miró algo decepcionado

-Con lo bien que te quedaba esa camiseta...
-¿Quieres que otros me vean desnuda por la calle o que?
-No te van a ver desnuda boba
-¿Porque?
-Porque les arranco los ojos, eres solo mía- se acercó y me atrapó entre sus brazos yo le miré sonriente y me puse de puntillas para darle un corto beso y después empujarle lejos de mí y poder terminar de coger una cazadora de cuero y salir por la puerta, seguida de él

Llevábamos varias horas en el coche, de las cuales, la mayoría las pasé dormida, al llegar me enseñó un gran descampado y una casa, al borde de un acantilado, era todo precioso, sacó unas llaves y entramos en la casa, yo no podía cerrar la boca de la impresión

-¿Te gusta?
-¿Es tuya?
-Si, bueno, ahora sí, ya que mi padre está en la cárcel
-Si, nunca te pregunté por tu madre- sus ojos se pusieron como platos y yo me sobresalté un poco al ver su cara
-¿No?- negué
-¿Qué pasó? Solo si quieres
-Quiero, pero es que me has pillado muy de imprevisto, no sé
-Perdón- me puse roja, evitando que me viera, pero no funcionó y oí una risilla burlona
-Tranquila, ven- me cogió una mano y me condujo al jardín, a una pequeña amaca que había, él se tumbó y yo me tumbé encima de él
-¿Quieres hacerlo?- el asintió y yo le miré con admiración, yo lo quiero, pero si me hubiera dado la más mínima opción de escaparme de esa pregunta, le habría cambiado de tema
-Hubo una vez que mi padre casi lo arruina todo y casi le pillan con drogas, podrían haber perdido la custodia nuestra, el dinero y todas sus propiedades, yo tenía 13, Lena sólo 3, un día que estuvieron a punto, mi madre dijo que se iba a hacer la compra, pero en realidad cuando nos quisimos dar cuenta, no había nada en su armario y no quedaba nada de ella en esa casa, se largó en un momento difícil, aún que yo sabía que la importábamos mucho, ya que la perseguían por sus deudas, prefirió morir lejos de nosotros para que nos dejaran en paz, si, ella fue prostituta, pero era mi madre ante todo, dejó de serlo cuando conoció a mi padre, y cuando me tuvo a mí decidió dejar ese mundo por completo, tanto el trafico de drogas como sus relaciones con cualquier mafioso, es una de las pocas personas que de verdad me ha querido en mi vida- después de eso se encogió de hombros como intentando quitar importancia a esas últimas palabras, yo sonreí como una tonta enamorada y le abracé
-Yo soy una de ellas, te lo aseguro- le di un beso en la mejilla y me fui a la casa, de repente apareció mucha gente, Lea, Meri y un chico, y los amigos de Tay, uno de ellos me habló
-¿Osea que tu eres la que nos ha enamorado al cabeza hueca?
-Eh, sin faltar- apareció Tay detrás mío- pero si, es ella- mi guiñó un ojo y todos rieron
-Vamos a la piscina- gritó uno de ellos, yo me fui de la habitación y sentí unos pasos
-Si no quieres ponerte un bañador lo entiendo
-En realidad... Tay... No se nadar, si no hago pie, me ahogo- se le escapó una risilla
-Me estas diciendo que tu, Tessandra Rogers, la gimnasta/ hacker/ mentalista/ cinturón negro en no se cuantas artes marciales... ¿No sabe nadar?
-¡Ay!, largate, no se para que digo nada- me hice la enfadada
-No es eso, pero no se, es raro que alguien que sabe hacer de todo no sepa nadar, algo que se aprende desde los dos años
-Nunca me llevaron a la playa o a la piscina y en la agencia no me quería poner el bañador por culpa de las cicatrices
-Eso lo podemos solucionar hoy mismo
-No, no quiero que todos me vean haciendo el ridículo
-Vale, y... ¿que te parece si hacemos un baño nocturno?
- Me parece perfecto
-Bien, mañana será un día largo
-¿Que? ¿A donde iremos?
- ¡Sorpresa!
-¡Taylor!- este se fue y cuando bajé estaban todos en la piscina, saltando y salpicando, me senté en la orilla y alguien me empujó, pero rápidamente un cuerpo me devolvió a la orilla, solo que toda mojada, tosi un par de veces y vi a Tay con el pelo mojado, metido en el agua y mirándome
-¿Estas bien?- todos me miraban asustados, no entendían nada
-¡NO, NO SE NADAR! No me miréis así, que parecéis gilipollas- todos se rieron





















Llegó la noche, estábamos en la habitación, ambos tirados en la cama

-¿Aún me quieres dar esa clase nocturna de natación?- sonrió y se levantó, se puso el bañador
-Te espero en la piscina- negué divertida y riendome a la vez

Me puse un bikini verde oscuro entero y bajé con una toalla, Tay ya estaba dentro y la piscina tenía luces incorporadas, era impresionante, dejé la toalla y me acerqué a la orilla, me senté y Tay sacó la cabeza del agua y me agarró de la mano, me tiró, pero sin soltarme y me ayudo a subir a la superficie

-Lo primero es aprender a mantenerse, mueve los pies así- hizo una demostración- y ayudate de las manos, moviéndolas hacia abajo, ahora intentalo
-No me sueltes
-Si te hundes te cojo, lo prometo- me soltó y le hice caso, me hundí como 6 veces, pero después me mantuve un rato sin hundirme
-Lo conseguí- dije emocionada
-Vale ahora para moverte tienes que hacer lo mismo con las piernas y los brazos así- hizo un largo y yo pasé un rato intentándolo hasta que lo conseguí

Cuando nos dimos cuenta era la 1 de la mañana, estabamos ambos mojados, pero nos dio igual, hacia calor, nos metimos en la cama tal y como estábamos

















*NARRA TAY*

Tocó el despertador, aquel sonido infernal que tanto odio, eran las 8 de la mañana, me di la vuelta y vi que Tess no estaba en la cama, bajé y entré en la cocina, allí tampoco estaba, fui al salón y nada, ¿donde se había metido?, busqué por toda la casa, pero nada, salí al jardín, nada, no estaba en ningún sitio, desperté a todos y volvimos a revisar toda la casa, pero nada, al subir al piso de arriba, oí un piano, venía de el almacén de arriba, fuí, las escaleras estaban bajadas y una luz encendida, subí despacio y allí estaba, sentada de espaldas, tocando el piano, me quedé mirándola, estaba tan ensimismada que no había oído el crujido de la escalera, tocaba una melodía a veces triste a veces feliz, subí y me puse detrás de ella, puse mis manos en sus hombros y paró en seco de tocar, giró la cabeza y suspiró, después sonrió

-Antes en verano cuando veníamos aquí mi madre lo tocaba para nosotros
-Perdón
-¿Perdón?,¿Por qué?
-Debí preguntar
-No, todo lo contrario, llevaba 13 años sin tocarse y saber que la última que lo tocó fue ella y ahora tú, me gusta, dos de las tres mujeres que más quiero- suspiré casi sin darme ni cuenta
-¿Quien es la otra?- pregunto rápidamente, parecía celosa, me reí
-Lena, tonta- se rió- vamos, nos tenemos que ir- los dos bajamos- ¡ya esta!- grité
-¿El que está?
-Que habías desaparecido mujer- ambos nos reímos
















Una rato después ya todos estabamos, menos Lea y Tess, se oían gritos y pasos en la habitación, por fin bajaron pero discutiendo

-¡No quiero maquillaje!- gritó Tess
-¡María Tessandra Leonor Rogers!-  ¿como la había llamado? Me empecé a reír sin control y Tess me miró
-¡¿Tu de que te ríes imbecil?!
-De nada- levanté los brazos declarándose inocente, pero me volví a reír
-¡Meri, ayudame a convencerla!- gritó Lea desesperada
-Lo siento, pero yo ahí si que no me meto, es muy agresiva cuando se pone, y sobre todo con el tema del maquillaje- dijo Meri zafándose

Ya me fije un poco en Tess que estaba a mi lado, llevaba unos pantalones largos vaqueros negros y una camiseta de tirantes granate ajustada metida por dentro de los pantalones y unas zapatillas a juego, también llevaba un moño y un pañuelo negro en el pelo a forma de diadema y sin una gota de maquillaje, pero para mi era preciosa como fuera, estaba roja del enfado que tenía
Los que quedábamos en la casa, que eramos Meri, Lea, se había unido Lena y yo, montamos en un coche y nos marchamos
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CONTINUARÁ...

Terrores del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora