Creo que ya fue suficiente.
Estoy rota, ni yo me reconozco.
¿Qué tan miserable tengo que ser para que me quieras?
¿Será que necesito un poco de tu lastima para poder sanar?
¿Qué tanto mal te hice para no merecer paz?
¿Cuánto tiempo me hace falta de castigo?
¿Cuánto?
Tal vez si te digo que ya aprendí la lección me liberes. Tal vez si te digo que jamás volveré a cometer el mismo error, me dejes partir. Tal vez si te digo que me arrepiento con el alma, ya no habrá más dolor.
Tal vez si te digo... Tal vez.
Porque quizá me he cansado de llorar. Porque quizá solo estoy esperando algo que sabemos, nunca llegara.
¿Qué tan humillada me quieres ver?
¿Qué tan hundida tengo que estar?
¿Acaso vale la pena todo esto?
Seguramente, no.