CAPITULO 8: La caja de musica.

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Cada día, cuando amanecía tenía que vivir con aquel rencor dentro. Nací en una familia equivocada, me he criado con personas malas, o eso pensaba cuando era pequeño. Tan solo tenía 4 años cuando vi a mi padre matar un persona, me asuste pero él era tan idéntico a mí, el pelo blanco y unos ojos grises increíbles, al igual que mi madre, siempre me pregunte si eran hermanos, pero jamás hice la pregunta, con miedo a que el me pegara. Como hacia siempre que hacia algo que no le gustaba.

- El había sido malo- me dijo cuando vi el cadáver de aquel joven que acababa de asesinar.

Pero realmente ¿ Eso estaba bien ? El era mi padre, tenía que estar bien, pero yo no lo veía bien.

Me habían criado a base de palizas, de lujos, de canciones tristes, de maldad, tristeza y soledad. Esa es la vida de un hibrido demonio como yo. Esa es la vida para todos, tan triste, oscura, solitaria ...

Recordaba a  Nayla Aeryn, le habían puesto un nombre muy bonito, su segundo nombre hacía referencia al nombre de un demonio, cuando en realidad tiene parte de ambos, ahora me tengo que ocupar de aquello que más odio, mi vida siempre ha estado rodeada de eso, odio. Me han enseñado a odiar a las personas. ¿ Qué pasa cuando estás en la calle, todo el día con la brillante luz del sol y luego entras a un lugar oscuro ? No ves nada más que oscuridad y hasta que tus ojos no se acostumbran a esa oscuridad no logran ver nada e luz en ella. La vida es igual, yo he vivido constantemente en la oscuridad y ya estoy acostumbrada a ella por eso valoro la poca luz que en ella encuentro, por eso no quiero matarla ni entregarla ...

No entiendo el amor, ni sé lo que siento, pero su cálida sonrisa y sus oscuros otoñales, me hacen creer un poco más en la luz que ella desprende.

Tan solo hay un recuerdo feliz en mi vida. Aquella vez que mi hermano Sebastián, antes de que muriera, cuando yo era muy pequeño y yo cumplí los siete años el me dijo que tenía un regalo para mí. Jamás me habían regalado realmente, jamás había sentido ese amor por parte de mis padres y Sebastián un día, me regalo con siete años una pequeña caja, al principio me desilusione porque pensé que era una simple caja de madera, así que subí a mi cuarto entristecido, al poco tiempo mi hermano subió y me vio llorando como niño mimado que era.

- ¿ Que es lo que pasa Jefferson ?- me pregunto.

- Me has regalado una caja - le dije

- No Jefferson, no es una caja, el exterior no es lo que importa, es lo que hay dentro - me dijo y se acerco a mi lado.

Yo ni siquiera me había dado cuenta que esta se podía abrir, cuando lo hizo de ella salió un piano que daba vueltas y de esta caja pequeña y fea una música hermosa salió, una nana, la más hermosa que había escuchado antes.

Mi hermano siempre ha sido una persona maravillosa, creo que por eso lo mataron, tenía sangre de demonio, pero en su interior un ángel vivía.

Desde entonces empecé a tocar el piano y a ser una persona más fría, supongo que el dolor se lo llevo todo.

A lo largo de mi vida he conocido a mujeres por las cuales cualquier hombre se convertiría en esclavo por tan solo estar cerca de ellas, mujeres que eran consideradas diosas o ángeles, por tener una belleza sobrenatural, pero ella, es todo lo contrario a eso, tiene una belleza distinta a todas las demás, es tan pequeña como un pequeño y frio copo de nieve en invierno y a la vez tan fuerte como las tormentas de verano, no es perfecta ni ideal, y cualquier tipo de amor con ella está totalmente prohibido, pero en ella hay algo que me hace volver a creer en las canciones alegres, en el sol de verano y en el intenso olor del mar. Como si para mi, todavía hubiera esperanza, como si mis sueños todavía tuvieran vida.

El resumen de mi infancia es: libros, castigos y soledad. Me miro las cicatrices de las muñecas y recuerdo que cuando hacia algo que a mi padre no le gustaba nada, me ataba a las muñecas unas pulseras de puntiagudos pinchos metidos hacia dentro, cuando se enfadaba me las ponía y me las apretaba tan solo un poquito, entonces me hacía cinco preguntas, una de ellas muy fácil y las demás preguntas que ni los científicos saben contestar, cuando fallaba la pregunta, me apretaba mas las pulseras, hasta que contestaba a las cinco preguntas, luego cuando terminaba, me hacia escribir las preguntas y cien veces, con las muñecas sangrando. Esa es una de las razones por las que odio a mi padre, las otras son cuando no me dejaba tener amigos. Siempre he sido un niño un poco raro, pero no me costaba nada hacer amigos, pero mis padres no me lo permitían, porque siempre estaba leyendo o estudiando, después de tantos libros tendría que haberlos aborrecido, pero aun así, leer un libro es meterme en un mundo nuevo y sin preocupaciones.

Alas rotasWhere stories live. Discover now