Alas rotas

CAPITULO 12 : Rosa negra.

Un recuerdo feliz viene a mi memoria, una que ni siquiera recordaba, uno sobre mi abuela, antes de que muriera.

Ella vivía en un pequeño pueblo al lado de donde nací, en navidad iba a su casa y estaba allí la mayor parte del tiempo, junto a ella.

Recuerdo estar en la nieve, jugando con los copos en su jardín, recuerdo que mi abuela tenia flores hasta en invierno y con esas edad me sorprendía muchísimo. Esa tarde salí al jardín nevado y entre los arbustos congelados y muertos por el frio divise una rosa, una de color negro, jamás había visto una rosa que en invierno florezca y menos que sea de color negro, la deje allí, no la arranque como hacia la mayoría de veces, quería ver como se abría y con la esperanza que lo iba a hacer al momento me quede allí sentada mirándola, estuve allí como dos horas sentada hasta que mi abuela entro al jardín.

- ¿ Qué haces ahí parada tanto tiempo, te vas a congelar - me dijo poniéndome una manta encima.

- Hay una rosa abuela, una de color negro ¿por qué hay una rosa negra en el jardín abuela ?

- No lo sé, creció ayer - me dijo riendo

- No, las rosas no crecen tan rápido- le dije yo señalándola.

- Eres una niña muy lista - me dijo sentándose en una silla junto a mí. - pero esta es especial - me dice cariñosa.

- ¿ Por que ? - le pregunto.

- Por que las rosas normales no aguantan el frio invierno y mueren antes de que este llegue, las rosas normales, soy de colores alegres y esta es muy triste, esta rosa es fuerte, aguanta y florece en invierno, es diferente - me dijo con la voz de miel.

Aquello me conmovió tanto aun teniendo tan solo cinco años, mi abuela la corto y la puso en un jarrón dentro de casa, recuerdo que la rosa estuvo allí durante todas las vacaciones de navidad, hasta que un día había sido sustituida por una blanca y le pregunte a mi abuela:

- ¿ Que paso con la rosa negra ?

- Ya se marchito, era especial pero solo duro dos semanas más que las demás, era fuerte pero no inmortal, tienes que saber que todo algún día se acaba, que nada permanece, solo es el recuerdo de aquello lo que los hace seguir presentes, tienes que ser fuerte Nayla, es más importante que otro casa, ser fuerte te hará grande, hermosa y única. Espero que tu florezcas hasta en las peores condiciones.

Desperté horas después en aquella habitación de nuevo, un crujido fuera de ella me hizo despertar, pero no me pude mover lo mas mínimo, por culpa de lo que llevaba clavado en la espalda, pero había dejado de sangrar.

Oí otro estallido, pero esta vez más cerca y más fuerte, entonces me intente poner de rodillas pero volví a caer al suelo, era imposible y la espalda me causaba el dolor más horrible de todos, entonces cuando mis esperanzas se volvieron a marchitar, alguien entro en la sala gris, no lo pude ver bien del todo ya que estaba boca abajo y no tenía ni fuerzas para levantarme, entonces unas manos fuertes y frías me agarraron de la cintura para elevarme y colocarme en sus hombros, entre la oscuridad y el dolor apenas pude reconocer quien era, tal vez me iban a llevar a aquel lugar o no sé, tal vez se habían apiadado de mi y ese era mi fin. Pero cuando salí al pasillo y mi cadáveres de personas tiradas en el suelo me asuste.

- ¿ Que ? - conseguí decir mientras movía las manos sin ningún sentido.

- Ahora estas a salvo - me dice una voz que no consigo reconocer.

- ¿ Kai ? - logro decir ¿ Es el ? ¿ Me está salvando ?

- Tranquila pronto pasara - me dice la voz, pero no estoy segura si es Kai.

Pasamos por unos cuantos pasillos mas, ¿ no hay nadie ?, aparte de los cadáveres que hay en el suelo, pero no consigo concentrarme en nada de lo que en realidad está pasando, tan solo noto el cuerpo caliente de mi salvador y las voces lejanas que se agravan cuando estamos en la calle, en el mismo callejón hasta donde me había arrastrado Cassie, entonces veo que es de noche, más bien de madrugada por el frio gélido que hace fuera en la calle al salir, entonces la persona que me ha salvado me mete en un coche negro enorme, un lugar caliente después de tanto frio. Entonces reconozco su rostro, tras la oscuridad y el dolor, reconozco su rostro mientras me viste y me quita el arnés que me está matando, reconozco su pelo blanco, su piel clara y sus ojos tristes y grises, reconozco todo aquello nada más verlo, entre tanto dolor.

Jeff, Jeff