The Red Queen- Finnick Odair| The Hunger Games|

Capítulo 6| Los Vencedores del Distrito 3.

Una vez pasé por toda la crisis emocional que conllevaba la noticia de tener que volver a la Arena, acepté mi terrible suerte. He estado toda mi vida condenada, mi única esperanza es que no regresaré a casa.

El Distrito 3 sólo ha tenido siete vencedores a lo largo de la historia de Los Juegos del Hambre, sólo han habido dos mujeres y yo soy la única que sigue con vida, así que es obvio que seré yo quién regrese a la Arena para el Vasallaje de los Veinticinco.

La única pregunta que existe, es quién irá junto a mí, aún quedan tres tributos masculinos vivos, aunque sólo dos de ellos están en condiciones físicas para pelear.

Es por eso que nos hemos reunido hoy en el Centro de Entrenamiento, Enzo y Zachary quieren asegurarse de quién será mi acompañante, para que así el otro vaya preparándose para conseguir patrocinadores en el Capitolio una vez inicien los Juegos. 

—El anuncio del Vasallaje no debe tomarnos por sorpresa—comenta el viejo Lief, ganó hace más de cincuenta años. Es uno de los Vencedores más viejos que aún permanecen con vida en todo Panem por lo que sé. No me relaciono demasiado con él, tiene demencia y toma muchas drogas para tranquilizarse. Antes de la Cosecha tenía miedo de él, y luego de mis Juegos, comencé a entender porque perdió la cabeza y se llenó el estomago de píldoras.

—Eventualmente pasaría—se lamenta Lief, soltando un suspiro pesado. Sus ojos color aceituna se dirigen hasta mí al otro lado del enorme comedor—. Es una lastima que tengas que volver, niña—me dice, y sé que lo siente en serio por la forma en la que su rostro se contrae de tristeza.

Puede que esté loco, pero parte de su corazón sigue siendo puro y noble.

—Si queremos ganar, no podemos dejarnos llevar por pesares y tristezas—interviene frívolamente Zachary. Él en verdad perdió su humanidad en la Arena, es por eso que no veo brillo alguno en sus ojos grises que buscan los míos.

—Eres el único que quiere ganar—digo, y mi voz me suena tan extraña por todas esas horas que pasé gritando muerta del miedo que no logro reconocerla como mía—. No quiero volver a la Arena—confieso ante ellos sin temor alguno.

Estoy cansada de pretender que soy inquebrantable cuando por dentro todo está roto. Estoy hecha añicos.

—Ya yo peleé, vi morir gente que quería, y asesiné otra que no merecía morir...No puedo volver a esa infierno una vez más.

Los tres hombres ante mí han perdido todo el color del rostro, me miran despavorecidos, incluso Zachary muestra algo de terror en su expresión.

Lo que he dicho es muy peligroso. Si alguien llega a oírme hablando así, estaré muerta antes de tan solo tocar la Arena, pero que importa, yo llevo muerta desde que puse un pie en ese campo de nieve cuatro años atrás. Ya yo morí.

—Debes tener cuidado con esa boca, niña. Son tiempos peligrosos—comenta Lief, llevándose el dedo indice a los labios para indicarme que debo hacer silencio—. Sé lo que has pasado, todo lo que Snow te ha hecho, y has soportado más que yo para cuidar de tu familia, no lo arruines ahora.

—Lief tiene razón, Alyssa—apoya Enzo.

—Snow tendrá a su Reina Roja de vuelta al campo de batalla—comenta Zachary—. Asegúrate de hacer un buen espectáculo antes de morir, Alyssa.

Zachary tiene una sonrisa radiante, la noticia del Vasallaje le ha sentando como bendición del más allá. Está ansioso por volver.

—Sí iré a la Arena con alguien, que tortura que sea contigo—escupo venenosamente.

Zachary está tan encantado por volver, qué se ofrecerá voluntario sí no lo llaman. Enzo aceptó.

Me gusta la idea, Enzo estará a salvo, y sí las cosas resultan bien, tanto Zachary cómo yo moriremos.