La semana paso con una rapidez extraordinaria, de a poco me adaptaba a la rutina y a mis ajustados horarios. Marine estaba poco en casa y eso realmente era un alivio, lo último que necesitaba era que mi tía este pidiendo perdón todo el día. Prefieró estar sola pero pacifica, que acompanada y alterada.
Mi nueo móil comenzó a sonar, el pitido ensordecedor me sobresalto:
- Diga.
- ¡Hola, ____(Tn)! Soy Caroline - hablo la muchacacha con su tono ingles.
- Oh, Caroline, ¿Cómo estás?
- Muy bie, de hecho. Pero te llamo para invitarte a salir esta noche con Julio y yo, iremos a una discoteca bailable .. Ya sabes, música, amigos y alcohol. Lo típico. Estará su-per, ¿Vienes?
- No lo sé, yo ... no bailo, Caroline, nunca se me ha dado bien - me excuse
- ¡Vamos, ____(Tn)! ¡Sera genial! - animo del otro lado de la línea.
- Es que...
- Por favor, no quiero ir sola con Julio, a veces es raro.
No se me apetecía desperdiciar mi ida en música y alcohol pero ya no estaba en mi pueblo y esto era mi nueva realidad. Yo era una típica chica de dieciséis años que lo único que quería era diertirse. Por más que no me sienta así, eso era.
- Está bien... - acepte finalmente - Pero no hasta muy tarde.
- ¡Súper! - chillo alegre - Te recogeremos a eso de las diez de la noche, ¿Vale?.
- Vale.
Apoye el móvil sobre la mesa de la cocina y me quede en silencio, mirando mi ensalada aun sin comer. Había perdido el apetito en cuestión de segundos, ya no quería cenar la "Deliciosa" ensalada. Mire mi reloj de manos; 20.23 . En dos horas me recogerían, por lo que debía estar lista. ¿ Pero cómo me vestiría ? ¿ O me maquillaría ? ¿ Debería bailar y beber alcohol ? ¿ O simplemente sentarme y mecerme al compas de la música ? ... Primero me di una placentera ducha con agua caliente, me enjabone cada parte de mi cuerpo y limpie mi cabello con Shampoo con olor a jazmines. Era lo único que había conservado de mi vida anterior, el bello aroma a jazmines. Me cubrí con la toalla el pelo y con otra el cuerpo, corrí en puntitas hasta mi habitación.
Mire por segunda vez el reloj, 21.00
"Una hora exacta", pensé.
Recordé que mi prima hace unos años tuvo una fiesta bailable muy elegante y recordé que se había vestido con un vestido negro. Había pintado sus uñas con barniz azul y recogió su cabello en un rodete. Por lo que si me ve vestia como ella, no desentonaría. Lo último que quería era parecer un bicho raro ante grandes mujeres con tacones y ajustados vestidos.
Abrí los cajones donde Marine guardo todo los maquillajes y barnices que me había comprado. Encontré un azul brillante y lo saque, se parecía bastante al de mi prima. Luego revise mis vestidos hasta que di con uno negro, corto, ajustado y brillante. Me puse unas medias largas negras y me calce unos altos tacones. Desenrede mi cabello y lo recogí, me maquille muy poco.
Camine por todo el departamente acostumbrando mis pies a los tacones. Luego de media hora de práctica, era toda una experta. Me mire por última vez al espejo, decidida a intentar disfrutar esta nueva noche que se aproximaba, intentaría disfrutar y principalmente dejar al rizado de lado. Era abrumador no poder sacarlo de mi cabeza.