Su voz era tan grave y seductora como en mis sueños, sus ojos verdes ahora brillaban más que cuando lo vi entrar. Tenía una gran sonrisa de oreja a oreja, sus dientes blancps relucientes y su tierno hoyuelo marcado. Era sexy y tenía una belleza ... casi indescriptible. Ahora, frente a mí, podía notar lo alto que era. Yo le llegaba a sus hombros, me llevaba una gran cabeza de diferencia.
- Me encantaría poder conversar contigo en un lugar privado... - me susurro al oído - ¿Aceptarías?
Asentí levente, aun inmóvil. Me tomo de la mano con fuerza y comenzamos a caminar entre las personas. Un gran hombre nos seguía por detrás, mirando fijamente al rizado. Su gran ano estaba entrelazada con mi pequeña mano blanca, el tacto me producía escalofríos. Subimos por una larga escalera que subía por encima de la discoteca y llegaba a la zona V.I.P segun lo que Caroline había comentado, solo los famosos accedían.
- Ella está conmigo - le dijo al gran guardia de la entrada, que era doblemente grande al guardia de la entrada principal.
El hombre asintió y nos dejo pasar. Dentro del sector V.I.P era una discoteca completamente distintas, largos sofás rodeaban la pequeña pista de baile donde los cuatros chicos que habían entrado junto al rizado bailaban con lo que parecían ser sus novias y sus amigos/as. Una pequeña barra donde al parecer, preparaban tragos exóticos.
El rizado me guio hasta un sofá privado en uno de los rincones del sector V.I.P. Tomamos asiento en silencio, aunque nuestras manos seguían entrelazadas. Ahora, a la tenua luz de las velas podía ver sus tatuajes, debía tener como mínimo diez en sus brazos. El gran hombre que nos seguía ahora se hizo a un lado y se quedo mirando a los otros amigos del rizado que bailaban divertidos.
- No puedo creer que seas tú ... - me dijo mirándome fijo a los ojos - He pensado en ti toda la semana, no sabes lo mucho que deseaba volver a verte.
Su mano rozo mi mejilla y yo la retire, estaba yendo demasiado rápido.
- Lo lamento - se disculpo - Es que me cuesta creer que no es un sueño.
- No es un sueño - le afirme y por primera vez se oyó mi melódica voz. El sonrio al escucharla - O eso creo.
- No, no es un sueño - concluyo sonriendo.
Nos quedamos mirando por varios segundos en silencio. Yo perdida en sus ojos verdes, parecía desconectarme del mundo cada vez que lo veía. Y su sonrisa, ¿Como es posible ver su perfecta sonrisa y contenerte a las ganas de enamorarte de el?
- ¡Harry! - chillo una voz detrás de mí. El rizado se removió, quitando su vista de mis ojos azules. El miro al amigo que se acercaba, el que había visto entrar junto a él hace unos pocos minutos atrás. Al verme, se sorprendió, luego abrió los ojos grandes - Dime que no es ella.
- Si, Niall, es ella - le contesto sonriendo.
- Hola - lo salude, sonriendo levemente.
- Empezare a creer en esa mierda del destino - bromeo. Nos quedamos los tres en silencio, hasta que el rizado le dio una fulminante mirada para que saque la mirada de mi espalda descubierta, El rubio rio, como si eso quería que suceda, que el rizado se enojara. Luego me vio, sonrío y se marcho.
- Lo lamento ...- volvió a disculparse - A veces Niall es demasiado bromista.
- No te disculpes...- Nos volvimos a mirar y eso me incomodo un poco, decidí seguir con la conversación - ¿Esos cuatros chicos son tus amigos? - Le pregunte mirando como bailaban.