8.

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Please Marry Me

La decisión.

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—____, despierta —Abrí los ojos con lentitud, como si la poca luz que había en mi habitación me hiciera daño

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—____, despierta —Abrí los ojos con lentitud, como si la poca luz que había en mi habitación me hiciera daño.

Bella estaba a mi lado apartando algunos mechones de cabello de mi rostro, se veía preocupada. Recordé la emoción con la que me despertó ayer de inmediato sentí una punzada en mi pecho.

Ahora estaba comprometida.

Aún no me colocaba el anillo de compromiso, pero podía sentir un peso más en el dedo en el que estaría. Me senté y le dediqué una mirada tranquilizadora a Isabella, ella no debía saber sobre esto, tenía que creer que me casaría con Finn por amor.

—¿Qué pasa, enana? —le pregunte sonriendo. Esto me estaba destrozando.

—Son las dos de la tarde... —me dijo, mordiéndose el labio..

Había olvidado que hoy saldría con los demás al parque de diversiones. Me puse de pie y me di cuenta de que Isabella ya estaba vestida. Me dejó a solas para que pudiera cambiarme, aunque su presencia no me molestaba ni me avergonzaba.

Cuando acabé de abrocharme el último botón de mi abrigo, miré con temor la cajita donde dormía el anillo. Estaba sobre mi escritorio y parecía iluminado por el cielo. Lo abrí y sin pensarlo dos veces para no arrepentirme, me coloqué el anillo. Lo contemplé unos minutos hasta que Isabella tocó la puerta para avisarme que mis amigos me esperaban abajo listos para irse.

Mis amigos. ¿Cómo reaccionarían antes la noticia? ¿Qué pensarían de Finn si conocieran la verdad?

Comencé a sentir lástima de mi misma, me había rendido ante el matrimonio incluso antes de luchar. ¿Tan débil me consideraba Finn?

Una nueva oleada de ira me arrancó un gruñido de la garganta.

No. No le haría las cosas tan fáciles. Si quería casarse conmigo no opondría resistencia, pero no por eso me convertiría en la esposa perfecta.

—Ya voy —le grité a Isabella. Yo no acostumbraba a llevar maquillaje, aunque tenía algunas cosas que me regalaban. Me arreglé lo más que pude y peiné mi cabello hasta que quedó completamente liso. Era desagradable ver mi reflejo en el espejo y no recordarme, pero si Finn deseaba guerra, eso obtendría.

—¡Ya estoy aquí! —exclamé con falsa alegría cuando bajé las escaleras. Sophia y Sadie me abrazaron al mismo tiempo para saludarme y me regañaron por quedarme dormida.

—Eres una holgazana —me dijo Sophia. Las tres reímos y entonces, los vi.

Salían de la cocina, cada uno con un trozo del pastel de cumpleaños de anoche en las manos. Jack tenía la mitad del rostro cubierto de chocolate e intentaba manchar a Caleb, quien se alejaba lo más que podía de las manos sucias de Jack.

Please, Marry Me. | F.W. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora