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Okay os diré como va la maldita cena de cojones.

Papá habla con Edgar.
Lana habla con Edwin.
Edward con nadie.
Yo con nadie.

Lo único bueno es que lo he visto comer durante toda la cena, acabamos de terminar el delicioso postre eso sí independientemente de mi falta de conversación la comida era estupenda.

-Vuestro padre y yo iremos al despacho a hablar de algunas cosas- dice el señor Edgar levantándose de la mesa junto a papá.

Les vemos irse por la puerta.

-Edward, ¿y si nos vamos al salón?- pregunta el pelirrojo.
No le diré paliducho porque todos son pálidos.

Edward asiente.

-Vamos Lana- dice el niñato.

...

Bueno espectadores invisibles os aclarare en la situación que me encuentro.

Diría qué mi hermana no le está haciendo ojitos al niñato y que yo me encuentro tranquilamente en uno de los sofases grises.

Pero no, no es así.

Lana no para de mirar al niñato, no lo soporto. Cada vez que habla la hace sonrojar y yo aquí como tarado sentado esperando a que Edward se siente a mi lado, pero lo único que hace es dar vueltas por todo el magnífico salón.

¿Por qué estoy nervioso? ¿Por qué no puedo de parar de observar cada detalle que hace, cada movimiento que hace?

Sencillo tu mismo sabes la respuesta.

No, no y menos tan rápido.

Claro que si te gusta, bueno yo diría que es más que te guste.

El amor a primera vista no existe ¿no?

Depende de las personas, no soy el que mejor sepa de este tema recuerda que sólo soy tu subconsciente.

-¡Eh chico! ¿Estas bien?- pregunta mientras hace gestos raros con la mano para que yo regrese de mi ensoñación ¿tal vez?.

-Si, dime- digo despistado.

Se sienta al lado mía, muy pero muy cerca. Empiezo a hiperventilar, que calor siento de repente.

-¿Tienes calor?- pregunta cauto.

-No- miento- estoy bien- finalizó.

-Entonces si estas bien, háblame de ti.- dice tranquilo.

-¿Que te hablé de mi? ¿Por qué?- interrogó. Frunzo mis cejas mientras muerdo suavemente mi labio, veo que me observa detalladamente.

-Si, y el porque es que estoy aburrido- menciona.- Sabes una cosa creo que serás mi nueva diversión- dice con un brillo particular sonriendo. Es la primera vez que lo veo sonreír en toda la noche.

Debería de estar enfadado y mandarlo a la mierda, pero no lo hago. Idiota.

-No hay nada de mi que resulte interesante o emocionante para ti- le digo intentando controlar el temblor de mis piernas.

Esto ya es raro ¿porqué me mira de aquella manera tan intensa?
Que dejé de hacerlo.

-Bueno, chico para nada interesante acompañame- dice chistoso.

-¿Sabes? Tengo nombre y uno muy bonito por cierto- digo molesto, ¿tan difícil es acordarse de mi nombre?

-Lo se chico- sonríe y bueno me pierdo en ella- vamos.

No espera a mi respuesta  se levanta rápidamente y me coge de la mano tira de ella levantándome, me arrastra con él.  No lo entiendo echó n vistazo rápidamente a los chicos y veo que siguen distraídos charlando no se han dado cuenta de nada.

Nada.

Cruzamos por el mismo pasillo de antes hasta encontrarnos con la entrada, pienso que vamos a salir, pero me da la vuelta y subimos por unas enormes escaleras color caoba.

Llegamos hasta el final de una puerta grisáceo. La abre y veo que es una habitación. Entramos, se nota que le gusta el gris por las distintas tonalidades del gris que decora todo.

Eres tú, nadie más que tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora