Por fin Solos.

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- Quedarme en tu casa? - se sorprendio Ariana.
 
- Si, por favor... Debia cuidarte, y tu primer día de escuela resulto ser desastroso... no puedo evitar sentirme culpable. - bajo la vista con tristeza, despues te acariciar suavemente la enrojecida mejilla que le habia dejado Gina.
Ariana sonrió, lo tomo del rostro con delicadeza y lo beso.
 
- Gracias por preocuparte por mi... pero no creo sea buena idea quedarme a dormir. Estaria bien solo por la tarde. - propuso con dulzura.
 
- Si! Esta bien... Despues yo te llevo en mi moto, con tal que te quedes conmigo - la miro con gratitud.
 
- Me parece bien! - acepto alegre.
 
Tomados de la mano caminaron hasta la casa de Eiji. A esas horas toda su familia estaba en casa, así que seria perfecto para presentarla.
 
Ya en la puerta, entraron aun tomados de la mano. 
 
- Hola a todos!! - saludo Eiji a su numerosa familia que ya estaba sentada en la mesa. 
 
- Hola hijo, sientate, llegaste justo... - le indico su abuela. 
 
- Es ella?! - se apresuró con emocion su hermana mayor, avergonzandolo un poco. 
 
- Si... Bueno, presentarles a Ariana Mori, mi novia. - formalizo.
 
- Mucho gusto... - Saludo ella con educacion. 
 
Todos se quedaron de piedra, pues no tenian idea, aunque si habia rumores. Pero inmediatamente fueron muy cálidos con ella. Se sabían que Eiji tenia a una muchacha que le robaba el sueño, pero no sabian cuando la presentaria, esto habia sido completamente inesperado.
 
- Por favor querida, sientate, quieres te? - la atendió muy amorosa la madre de Eiji. 
 
- Si gracias - se sentó al lado de el.
 
Uno de los mas pequeños ayudo a traerle una tasa, otra le ofreció pan, la abuela le sirvió el te. La hermana mayor no tardo en ponerse a conversa con ella, ya le caia bien y quería saber todo sobre su nueva cuñada. 
Absolutamente todos fueron muy atentos, Eiji no podía estar mas feliz. 
 
Terminada la merienda, pidieron permiso para retirase.
 
- Vayan tranquilos, nosotros levantamos la mesa - les dijo la madre. - Te quedaras a cenar? - le pregunto a Ariana.
 
- No lo creo Señora Kikumaru. Seria mucha molestia, además solo me quedare un par de horas, debo volver a mi casa. - rechazo la invitacion con modestia.
 
- Y si mejor te quedas? - insistió la madre. Todos apoyaron la idea.
 
- Son muy amables, pero no creo sea correcto... Mi padre no lo permitiría. - informo con preocupacion.
 
La madre se quedo pensativa, luego le guiño un ojo a Eiji y les indicó que subieran tranquilos. Eiji sonrio tranquilo, seguramente algo tramaba, lo dejaría en sus manos. 
 
Ya en la habitación, la invito a pasar y cerro la puerta con seguro para estar tranquilos.
 
- Es la segunda vez que vengo a tu habitación... Y me parece la primera... - dijo pensativa y algo divertida.
 
- Sera porque la primera vez casi hicimos otra cosa... - bromeo. Ariana tomo colores en su rostro al recordarlo. - Te molesta si me cambio de ropa?. Ya no soporto el uniforme - le consulto. 
 
- Esta bien... Pero te vas a cambiar aquí? - se pregunto extrañada.
 
- Claro que si... Eres mi novia, no creo haya problema... O te molesta? - no veia problema, se sentia en absoluta confianza con ella. 
 
- Bueno... Pero solo si me emprestas algo para yo tambien cambiarme. - acepto divertida. Era una molestia estar todo el dia con el uniforme escolar.
 
Eiji sonrio, le gusto la idea. Le paso una remera y unos pantaloncillos deportivos para que se cambie. Entonces se dieron la espalda para respetar la privacidad del otro mientras se cambiaban. Pero ambos no pudieron evitar hacer trampa, de reojo espiaban el cuerpo del otro. Ariana no pudo evitar espiarlo cuando se quito la camisa, ese físico perfectamente trabajado le provocaba mil y un fantasias. Por otra parte, Eiji de reojo la vio como se quitaba la blusa, quedando solo en sostén, color natural, para luego ser cubiertos por su remera deportiva, asentuando aun mas su generoso pecho. Luego al quitarse la falda, agachándose para tomar del suelo los pantaloncillos, su voluminoso trasero y perfectas caderas pedían ser acariciadas por el. Y no aguanto mas.
 
- No... espera - la sorprendió por detrás, ella se tenso por su repentino acercamiento, largando suspiros por el solo hecho de tenerlo cerca. - No te lo pongas aun... quiero acaricierta... - le susurro al oído. 
 
Ariana dejo caer al suelo los taloncillo, obedeciendo todo lo que el le pedía. 
La abrazo por la cintura, mientras besaba su cuello, bajando lentamente sus manos por su abdomen para acariciarla en movimientos circulares que la hacían estremecer. Los besos en el cuello no cesaban, eran lentos y pausados que la enloquecían. 
 
- Te extrañe tanto... - susurro Eiji.
 
- Yo tambien... - respondio ella con un hilo de voz.
 
Entonces, ella llevo sus manos a uno de sus pechos y con la otra le acaricio el rostro, luego se giro, para tenerlo de frente, y así rodear sus brazos en su cuello para ser ella quien inicie el beso. Como estaba agarrada de su cuello y el ser mas alto, se vio obligada a ponerse en puntitas, lo que le favoreció a Eiji para tomarla del trasero sin pudor alguno, acariciándolos igual que hizo con sus caderas, de manera delicada y lenta. 
 
Los besos fueron interrumpidos por la madre de Eiji. Que desde afuera le decía a su hijo que saldría un momento con sus demás hermanos y que se quedarian con la hermana mayor. 
 
- Perfecto... - fue lo único que dijo Eiji. Sabiendo que su hermana estaria abajo estudiando, no habría problema de que alguien los interrumpiera. 
Ariana sonrió cómplice. 
 
La interrupción de la madre no fue obstáculo alguno para continuar donde habían quedado. Ahora si, mayor seguridad. Ariana comenzo a sacarle lentamente la remera, seguido de un camino de besos que empezaron en su pecho para llegar a su boca. Eiji hizo lo mismo, desprendiendola de lo bien que le quedaba su remera, para dejar al descubierto ese sostén color natural que le había fascinado.
 
La guió hasta la cama, se sentó primero y le indico que se sentara encima de el, ella obedecío. Con timidez beso sus pechos con total libertad, privilegiado por la posicion en la que se encontraba. Dicho placer hacia que ella estirara su cabeza hacia atras, dendole mas acceso. 
Enseguida le pareció molesta ya la presencia de ese sostén, necesitaba quitárselo, la miro buscando su aprobacion, y lo quitó, dejando su torso desnudo solo cubierto por un poco de su larga cabellera.  
 
- Eres perfecta... - se hizo hacia atrás para admirarla. Ella le sonrió complacida, a esta altura la timidez no contaba. - No seguiré mas allá si no lo quieres... Pero te advierto que no hay vuelta atrás... - dijo con deseo. 
 
- Quiero hacerlo... - le susurro ella, muy decidida.
 
La tomo por las caderas y la voltio en la cama. Besandola con aun mas rudeza, sus palabras lo habían excitado, ella rodeo sus piernas en su cadera, quería volver a sentir sus intimidades cercas como la ultima vez y recordar lo bien que se sentía. Besandose con lujuria, sus cuerpos se entrelazaban retomando la friccion de sus intimidades, produciendo multiples sensaciones que los llevaban a la excitacion. 
 
Dejando los besos de lado, Eiji deslizo una de sus manos a la intimidad de ella, quería sentir su humedad, dándole masajes que fueron muy estimulantes para ella, mientras succionaba uno de sus pezones hasta dejarlo duro. Aferrada a la almohada gemia de placer. Al escucharla se excito aun mas, poniendo su intimidad muy dura. Ariana lo noto, y acerco su mano para sentirlo, acariciandolo pantalón de por medio, provocando que el gruñiera de placer.
 
- Eiji, no puedo mas... Tienes protección verdad? - sus palabras fueron música para sus oídos, extendió la mano, del cajón del velador saco un preservativo para ponerselo.
 
Mientras se lo colocaba, Ariana sumida en éxtasis guiada por el placer, llevo una mano a uno de sus senos y la otra en su intimidad. Eiji sintio su miembro mas grande ante tal espectáculo. 
 
- No mi amor, yo te dare placer... - la detubo, pues lo torturaba no ser el quien la estimule, aunque si le gusto verla asi.
 
Volvió a ubicarse, Ariana instintivamente abrió sus piernas para darle paso a lo que para ella seria una de las experiencias mas inolvidables de su vida. Era virgen e inesperta, pero con Eiji estaba dispuesta a todo. 
 
- Yo también soy inesperto en esto... te prometo cuidarte, para que los dos los disfrutemos. - prometio mirandola a los ojos.
 
- Confió en ti... Te amo mi gatito - exclamo sonrojada.
 
- También re amo mi more... - la beso con pasion.
 
Una vez listos para lo que se vendria, su hermana mayor llamo detras de la puerta.
 
- Hermanito!!... estas ahi??... - ambos se detubieron en seco. Esto no podia estar pasando!.

Un Amor para EijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora