Malas noticias

36 6 0
                                    

Los hombres casi se amanecieron jugando cartas. Horas antes de que saliera el sol decidieron reunir un poco de leña para empezar el día, después cada uno se dirigió a su carpa a descansar un poco, el sueño por fin los habia vencido.
 
Eiji se vio muy tentado de ingresar en la carpa donde dormia Ariana y sus hermanas, pero no... No era correcto. Resignado se metió en la carpa que con partía con los gemes y se hecho a dormir. 
 
Las mujeres poco después despertaron y enseguida se dispusieron a hacer labores hogareñas. Se asearon, fueron en busca de agua y empezaron a cocinar el desayuno, que solo ellas comerían, entendiendo que los hombres hace pocas horas que se habían ido a dormir. 
 
Ya con tiempo libre, decidieron ir a dar un paseo al lago junto con el pequeño Max. Aun era muy temprano como para empezar con el almuerzo, así que seria una linda forma de pasar el rato. 
 
Llegaron al lago guiadas por Ariana , quien ya conocía muy bien la zona. Jugaron en la orilla, cuatro mujeres pendiente de un pequeño revoltoso. Las madres y la abuela Miyu aprovechaban de recolectar un poco mas de ramas y troncos para hacer el fuego al regreso. 
 
Pasaron buen tiempo ahí, jugando y divirtiéndose, hasta que la abuela Miyu indico que debían volver pues ya era medio día y debían hacer el almuerzo. Todas la siguieron menos Ariana, quien pidió quedarse un poco mas a explorar. No muy convencida, su madre la dejo. 

Sola, aprovechó de adentrarse un poco mas en el bosque. Como buena exploradora, siguiendo los consejos de su padre, dejo rastros de marcas en los arboles por si se perdía, así podía encontrar el camino de regreso. Varios metros camino en la profundidad del bosque, cuando encontro algo que le llamo mucho la atención ... Una pequeña cabaña, que al parecer estaba abandonada. La curiosidad pudo mas con ella y se acerco a inspeccionar el lugar. Cuando estubo a punto de poner una mano en la puerta para abrila, por detrás sintio que alguien la asusto con un fuerte grito. Dandose un susto de muerte. 
 
Se giro para ver quien había sido el gracioso, y se encontro con Eiji retorciéndose de la risa por la broma tan bien lograda. 
 
- Eiji!.Estas loco!!. Casi me matas del infarto!! - le recrimino aun hiperventilando.
 
- Perdoname... No me pude resistir... me la dejaste muy facil preciosa - dijo limpiandose una lágrima de risa.
 
- Como me encontraste? - pregunto mas tranquila.
 
- Le pregunte a tu mama donde estabas, y me dijo que en el lago... Pero ahi no estabas. Luego vi marcas en los arboles. Las seguí.. Y aquí estamos!! - explico con simpleza. Era un hecho que la vista de Eiji eran privilegiada. Ariana sonreia por lo fascinante que podría llegar a ser su novio.
 
- Eres increible.... Y llegas justo a tiempo!. Mira lo que encontré... - dijo con voz misteriosa.
 
- Piensas entrar? - pregunto extrañado, no muy seguro de la idea.
 
- Quieres venir... o te da miedo?! - sugirió muy retadora.
 
- No te dejaría ir sola... Vamos - por esta vez complacería sus coprichos, aunque se estubiese de acuerdo.
 
La cabaña era toda de madera, polvorienta y con olor a viejo. Pero aun así era muy bonita, y estaba en buenas condiciones.
 
Ambos caminaban muy sigilosos, por las dudas. El interior estaba vacío, una mesa y una par de sillas, pero sin ningún tipo de mueble. Parecia ser una especie de refugio temporal. Mientras Eiji seguía hechando un vistazo, Ariana no aguanto más el olor a guardado y abrió las amplias ventanas. Al hacerlo, el aire fresco y los rayos de luz del hermoso día invadieron el interior, dandole al lugar un aspecto muy acojedor. Había un pequeña cocina casi vacia. Un baño modesto, fuera de servicio y una habitación completamente vacía. 
 
- Para ser tan pequeño y abandonado... Me gusta... - Dijo Eiji.
 
- Pienso igual... creo que en algun momento de mi vida me gustaria tener algo asi... una pequeña casita, rodeado de la naturaleza, lejos de todo... - decia con aires soñadores.
 
- Y... sola? - Ariana miro a Eiji sorprendida por su comentario.
 
- No... con alguien especial... - dijo ruborizandose. Eiji se acerco lentamente, con la mirada fija en ella. La abrazo por la cintura y la apego a su pecho. 
 
- Y... ya encontraste a esa persona especial - su voz era ronca y suave. Su mirada azulina fija en ella la ponian bastante nerviosa. ~ "Este es el mismo chico timido que conoci?" ~ penso ella.
 
- Si... - respondio, sosteniendole la mirada, con las mejillas rosadas y los ojos brillantes. Completamente enamorada. Eiji se sentia igual que ella, acorco la distancia y la beso.
 
El beso se intesifico, acariciando sus cuerpos. Besos por el cuello, gemidos de placer, suspiros profundos se oian en esas cuatro paredes. Lo bueno de todo, es que podrian hacer lo que quisieran ahi y nadie los escucharia... que tentador. 
 
- Me gustaria tener una manta, o algo parecido... - dijo Eiji con el aire entrecortado.
 
- Para que quieres una manta? - pregunto sin entender Ariana.
 
- Para ponerla en el suelo... y ... aprovechar un poco mas esta soledad en el bosque... contigo... - volvio a usar esa voz ronca y suave. Ariana volvio a sonrojarse ante la idea.
 
- Pues... tal vez... mas tarde... podriamos... "escaparnos"... no? - sugirio con un hilo de voz. Eiji sonrio de lado al entender que ella lo deseaba tanto con el. 
 
Se percataron en la hora. Ya debian volver para no preocupar a sus familias. 
 
De regreso al campamento, ya todos estaban de pie. El almuerzo estaba listo, solo los esperaban a ellos para comer. Se disculparon por el retraso y se sentaron a almorzar.  Un vez mas, buena mano la de la Abuela Miyu.
 
Aprovechando que todos estaban reunidos, Souta pidio su atencion. Tenia algo muy importante que comunicar. Su semblante era mas serio que el habitual, no parecian ser precisamente buenas noticias.
 
- Antes que nada, quiero agradecer la presencia de la Familia Kikumaru, con quienes hemos formado una muy hermosa amistad. Muchas gracias por acompañarnos. - saludo a los jefe de familia muy afectuosamente. Recibidos y devueltos de igual manera - Por eso... creo es importante que de a conocer una noticia importante, ante todos ustedes... - hizo una pausa y la expectativa fue grande. - Mi trabajo siempre a sido muy cambiante. Y soy agradecido que me vaya bien en lo que hago... y mi familia ha sabido entenderlo y acompañarme en esto. Los amo y les estare agradecido siempre... Por eso, quiero contarles que he recibido una nueva propuesta laboral... en EE.UU. - El silencio fue sepulcral. Sobre todo para Eiji y Ariana... eso significaba, que los iban a separar.
 
- Cuando... cuando sera? - se animo a preguntar Ariana, bastante dolida. Su padre la miro preocupado, notando su tristeza.
 
- Podras terminar el año escolar aqui... en el verano, deberemos partir. - fue sincero - Los muchachos, al ser mayores de edad, pueden decirdir que quieren hacer... si irse con nosotros o quedarse... Pero tu hija, aun eres menor de edad... - explico lo mas claro que pudo, tratando de no herirla mas. Era comprensivo.
 
- Entiendo... - fue lo unico que dijo.
 
- Hija... - Maria la llamo con voz suave y dulce - Entiendo que estes triste... sobre todo por Eiji... pero, es solo un año mas... a los 18 tu podras decidir... -  quizo animarla, pero fue en vano. 
 
- No hay otra alternativa... como quedarse con sus abuelos? - propuso el padre de Eiji, al notar la tristeza de su hijo. 
 
- No lo creo conveniente... Ademas, fue lo que como familia, habiamos acordado desde un inicio... y creo debemos cumplirlo hasta el final. - explico Souta. Los padres de Eiji lo miraron sin comprender, entonces Maria les explico. 
 
- Cuando mis hijos tuvieron edad, les explicamos que el trabajo de su padre los llevaria a viajar por todo el mundo. Algo que no era muy estable para ellos... pero era la unica manera de mantenernos juntos.... todo, hasta que cumplieran la mayoria de edad. Ahi serian libres de elegir su camino, despues de haber cumplido con este pequeño sacrificio... - explico con voz calma.
 
- Entiendo... un sacrificio para mantener la familia unida lo mas posible... - concluyo el padre de Eiji.
 
- Si - asintio Maria.
 
- Por respeto a ustedes... a su relacion... es que preferi contarlo ahora, arriesgandome a "arruinar" un poco este viaje... - les dijo Souta a Ariana y Eiji. Ambos en respetuoso silencio asintieron con la cabeza.
 
Una vez dada la noticia, cada uno hizo durante el dia lo que quizo. Pero esa tristeza en el ambiente nunca desaparecio del todo. 
 
Los jovenes decidieron reunirse y pasar gran parte del dia alrededor del lago, conversando y tratando de subir los animos.
Los "Gemes" ya habian decidido quedarse en Japon. La vida era mas tranquila y ya habian hecho grande amistades. Ademas, tenian a los abuelos. Ariana no corria la misma suerte, tenia 16 muy proximo a cumplir 17... estaban tan cerca y a la vez tan lejos. 
 
- Me parece injusta la vida a veces... - dijo Ariana, estando a solas con Eiji para conversar de lo sucedido, sentados a la orilla del lago. 
 
- Pienso igual... y no hay nada que podamos hacer... solo... esperar - respondio Eiji, muy pensativo.
 
- Esperar.... tu... esperarias por mi?... - pregunto timida. Eiji la tomo de las manos.
 
- Si, por supuesto que si... yo esperare por ti. Te encontre y no te quiero fuera de mi vida. - dijo mirandola a los ojos. Ariana sintio sus ojos humedecerse de la emocion.
 
- Va a ser el año mas largo de mi vida, te lo juro... - comento con tristeza Ariana.
 
- Pasara rapido, ya veras... pero ahora, no hay que estar tristes... debemos aprovechar el tiempo que nos queda... juntos. - quizo ser optimists Eiji.
 
Al parecer a ambos se les cruzo la misma idea por la cabeza. Recordaron aquella pequeña cabaña escondida.
 
Las horas pasaron, a pesar de la amargura del momento, todos entendieron que no debian de mal gastar el tiempo en tristeza, aunque fuese muy dificil aceptarlo. Por lo que pasaron su ultima tarde reunidos conversando, tocando la guitarra, cantando y jugando. Olvidando por un momento que quizas seria la ultima vez que estarian todos reunidos. 
 
Caida la noche y despues de cenar. Eiji y Ariana pidieron a sus hermanos que por esta vez fueran sus complices. Ellos los entendieron, solo debian guardar el secreto de que en la noche andubieran por ahi en vez de estar durmiendo en sus respectivas carpas. Aunque no sabian exactamente a donde irian o que iban a hacer. Pero siempre con la promesa de que se cuidarian, en todo sentido.
 
Cuando vieron oportunidad, se escabulleron y salieron del campamento. Fueron muy sigilosos de no levantar sospechas. 
 
Tomados de las manos  y sientiendo la adrenalina correr por sus venas, se adentraron en el bosque en busca de la pequeña casita de madera. Al encontrarla, sola rodeada de naturaleza iluminada solo por luz de luna, se vaia un mas hermosa que en la mañana.
 
Eiji habia llevado una mochila, preparada con algunas cosas que seria importantes. En la habitacion, prendio unas velas, que coloco en una esquina dentro de una recipiente de vidrio, para evitar cualquier accidente. Una gran frasada y algunas sabanas, improviso una modesta cama. Ariana lo observaba de lejos, verlo trabajar con tanto amor hizo darse cuenta que el no le mentia. Este amor era para toda la vida. 
 
Cuando termino, Eiji se paro y le extendio la mano a Ariana, invitandola a pasar. Ella sonriente y enternecida, tomo su mano con fuerza, dejandose guiar por el. Ambos se sentaron sobre la improvisada cama, mirandose con amor, se besaron lenta y tiernamente. 
 
- A partir de ahora, este sera nuestra "pequeño lugar en el mundo" - declaro Eiji, Ariana sonrio complacida, la idea le parecia fantastica. Ya no habia mas que decir, ya estaban entregados. 
 
Besos lentos y suaves, se transformaron en apasionados y salvajes, sus ropas empezaban a ser obstaculos indeseables. Cada prenda sacada era un deleite para sus ojos. 
 
Ambos con torsos desnudos, Eiji tumbo a Ariana sobre la manta. Le encantaba la sensacion que le daba tenerla debajo de el. Esa imagen de ella, su cabellos sueltos, sus pechos libres, sus pezones endurecidos por la exitacion y el frio, su respiracion agitada, iluminada por la luz de la vela. Era lo mas sexy que habia visto en su vida, y era toda para el. 
 
Los pantalones de ambos eran ya molestos, Eiji se encargo de quitarse el propio y el de su amada. Al quitarselo a ella, beso cada centimetro de piel expuesta y eso a Ariana le producia un sin fin de sensaciones placenteras. Cumplida con la tarea, Eiji recorrio el camino de regreso lentamente besando cada parte hasta encontrarse con su boca, donde inicio una seguidilla de besos ardientes. 
 
Entre estos estimulantes besos, sus caderas chocaban con movimientos lentos pero intensos, provocando humedad en ella y dureza en el, que al sentirlo en el otro incrementaba aun mas la exitacion. Eiji empezo a trabajar con sus pechos, besandolos, mordiendolos, lamiendolos. Mientras ella recorria su espalda, sus muslos, y nalgas, todo lo que podia con delicados tactos con las yemas de sus dedos. Sensacion que le producia un excitante cosquilleo a Eiji, sonriendo y erizandole la piel. 
 
Todo era cada vez mas intenso, Eiji se aventuro entre las piernas de ella hasta llegar a su intimidad, por debajo de la unica prenda que le quedaba. Recorriendo cada parte con lentitud disfrutando de la textura de sus pliegues, hasta introducir un dedo en su interior. Acto que hizo tensarla mucho de placer, mientrad no debaja de lado su labor en los pechos. Ariana no queria ser menos, entonces metio una mano debajo de la ropa interior de Eiji y tomo su hombria endurecida para acariciarla. Ante esto Eiji ronroneo de gusto, instintivamente meneo sus caderas ante el tacto.
 
Al borde de no poder mas, las paricias sexuales ya eran poca cosa. Entonces Eiji tomo de su mochila un preservativo que ella misma se ofrecio a poner. No era para nada una experta en esto, pero con el ahi, lo iba a descubrir, como si fuera un juego. Tuvieron la precaucion de estar seguros que estuviera bien puesto y entonces, ahora si, se hunirian una vez mas.
 
Eiji volvio a ponerse sobre ella. Ariana abrio las piernas para darle entrada y entre besos Eiji se fue introduciendo, lento, suave y con cuidado. Los gemidos de Ariana indicaba que estaba lista y que todo iba por muy buen camino. Era entonces el momento para aumentar el ritmo y disfrutar los dos. 
 
Las embestidas eran fuertes y ritmicas. Eiji escondio su cabeza en el angulo entre el cuello y el hombro de ella, para tener una apoyo. Ariana lo abrazaba fuertemente por la espalda, entre tanto clavaba sus uñas cuando le veian orgasnos fuertes, mientras oia con claridad la respiracion cansada de Eiji y sus gemidos de placer. 
 
Todo era perfecto, podian darse el lujo de gemir y gritar fuerte si querian, total, estaban en la mitad de la nada bastante apartados del campamento a una hora donde todo el mundo dormia. 
 
Ambos llegaron al punto culmine del climax, gritando con el ultimo y fuerte orgasmo que daba por finalizado el acto sexual concluido. 
 
Se dejaron caer por el cansancio, uno al lado del otro. Sus respiraciones cansadas se mezclaban. Eiji la abrazo fuerte, luego la tapo con otra frazada, debido al frio. Ella se acurruco aun mas, el la beso en la frente. 
 
- Te Amo... siempre esperare por ti... - dijo Eiji.
 
- Yo tambien Te Amo... volvere por ti... no lo dudes. - respondio ella.
 
Ambos se quedaron placidamente dormidos. 
 
A la mañana siguiente, volvieron temprano, finjiendo que nada habia ocurrido, pues nadie sospecho nada. 
 
Pronto el resto estaba en pie, listos para levantar campamento, ordenar todo y volver a casa. 
 

Un Amor para EijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora