Izuku sentía que era un cobarde al no decirle nunca a su madre donde iría, el día que volvió con el dinero se limitó a ocultar su uniforme, entregarle el dinero con el argumento de que era su pago y le informó de la muerte de Kaminari, aunque vió a su madre soltar un par de lágrimas, pudo notar como la peliverde se contuvo y apretó el dije que llevaba en su muñeca.
Sin embargo, mientras cabalgaba junto con el resto del ejército hacia las afueras del pueblo solo podía sentir una presión en su pecho al pensar que solo le había dejado una carta a su madre y un viejo retrato que hizo la hermana de Shouto cuando ambos jóvenes tenían 17.
"Me he unido al ejército por dinero, madre. Perdóname si no vuelvo" dejó escrito en la carta, mientras que detrás de la hoja se asomaba el dibujo de ambos jóvenes sonriendo levemente, lo suficiente para ser cortés.
- avistamiento del enemigo! -se escuchó un grito del frente e hizo frenar a su caballo con fuerza, guiando su mirada al gran grupo de gente que tenía al frente. El pecoso se maldijo un poco al no llevar consigo esa libreta donde anotaba diferentes curiosidades del día a día, ya que era la primera vez que tenía a licántropos de verdad tan cerca.
Gente alta, fornida, la mayoría tenía la piel ligeramente bronceada y llevaban sus pieles pintadas, a la cabecera iba una mujer rubia con una enorme capa blanca, el pecoso lo pudo notar por sus curvas y por el color del brillo de su cabello, pero lo único que realmente le inquietó fue que en ese grupo no debía haber más de 20 hombres, incluyéndola. Midoriya inhaló bruscamente al ver como la mujer alzaba su brazo y luego abrió su mano, viendo como ls 20 comenzaban a correr. Izuku sonrió un poco ante eso y ladeó su cabeza, tenía en consideración que ellos tenían un estilo de vida más salvaje, ¿pero cómo 100 de ellos no iban a poder contra 20?
El pecoso sonrió un poco, llevando su mano a su cadera con el fin de desenvainar su espada, pero derrepente una fuerte ráfaga de viento lo botó de su caballo al igual que la mayoría.
- ¡un dragón! ¡tienen un dragón! -escuchó gritos desgarradores, Izuku alzó su mirada al cielo y justo en ese momento vió como un enorme dragón rojo volaba sobre ellos en lo que de su lomo caía una persona con una gran capa de cuero rojo carmín, incluso combinando con el dragón.
- un domador de dragones -susurró el oji esmeralda un poco asombrado mientras lo veía caer hasta perderlo por en medio de la gente, sin embargo se hizo notar con una enorme explosión, lo que hizo volar por los aires caballos, gente y trozos de estos.
Y antes de que se diera cuenta, los humanos estaban siendo masacrados por los licántropos nuevamente, al ver la explosión y escuchar gritos de ayuda de las primeras filas, se levantó con rapidez y miró al frente, justo en el momento en que algún licántropo atravesaba la cabeza de su caballo con una lanza y luego esta impactaba su hombro, atravesando este con tal fuerza que lo botó y la punta se enterró con firmeza en el piso, en el momento en que Izuku pensó en moverse para tratar de sacar la lanza de su cuerpo, el cuerpo innerte y ahora descerebrado de su caballo le cayó encima, apresando sus piernas y buena parte de su tronco, solo se dignó a mirar al cielo, viendo como derrepente el dragón se fue encogiendo hasta esfumarse, cayendo igual como cayó la persona que lo montó momentos antes.
Fue cuestión de minutos para ver como el campo de batalla se volvía a quedar en calma, sintiendo el fuerte olor a sangre por el aire y algún que otro quejido de sus moribundos compañeros, Midoriya tragó saliva al notar que estaba cubierto de pies a cabeza en sangre, y muy poca de esa era suya.
- creo que ya está, esta vez no han puesto tanta resistencia -escuchó una voz joven pero gruesa, un poco rasposa- no veo a nadie más vivo, Bakugou -volvió a decir esa voz, se comenzaron a escuchar pasos cerca de él, los cuales chapoteaban debido a la sangre e intestinos regados por el piso.
- entonces vámonos, cabellos de mierda, se supone que esta noche hay venado -dijo una voz mucho más áspera y grave, pero que no daba la sensación de ser alguien mayor, los pasos se fueron acercando lo suficiente hasta que derrepente vió que el hombre de la capa roja y el dragón caminaban en su dirección. Izuku apretó con fuerza sus ojos, tratando de no llamar la atención de los sanguinarios hombres.
- espero que esta vez no quede muy seco -dijo la primera voz antes de reírse y que fuese interrumpida por un chasquillo de lengua.
- mejor cállate, idiota -dijo la voz más áspera, dando una firme pisada sobre el estómago de Izuku. El peliverde saltó un poco, soltando un gritito al sentir como la lanza le dió un fuerte tirón y aquel pie le quitaba el aire. En cuanto gritó, el pie fue quitado con rapidez, abrió sus ojos y frente a él pudo ver a dos jóvenes, debían de tener su misma edad.
- Bakugou, está vivo -dijo la primera voz, reconociendo que salía del chico que no portaba la capa, por lo que el pecoso dedujo que era el dragón, ¿un dragón mitad humano?- Bakugou, está vivo ese tipo!
- ya me di cuenta! -gritó el hombre de la capa, clavando su vista en la vista esmeralda de Izuku.
El rubio observó con atención como el diminuto cuerpo estaba tendido, bañado en sangre que comenzaba a coagularse y como una lanza de su pueblo estaba clavada en su hombro, siendo un impedimento para huir junto con el caballo muerto que tenía encima. Clavó sus ojos de manera amenazante en la vista del chico y pudo notar como esos grandes ojos verdes transmitían pánico.
- no se va a rebelar -dijo finalmente, sonriendo de lado al ver como de los ojos del chico que estaba en el piso comenzaban a brotar lágrimas, caminó a él y apoyó su pie en el pecho del que parecía un niño, llevó su mano a la lanza y jaló de ella, sacando esta y arrancándole un fuerte grito, tan doloroso que hizo eco en el lugar- cabellos de mierda, lame su herida y amordázalo, nos lo llevamos
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Domador de Dragones
FanficIzuku Midoriya es un chico que desde su niñez había sido sirviente personal del príncipe Shouto Todoroki, cumpliendo su rol como defensor y mejor amigo del heterocromático a cambio de que se le pagara a su madre, una mujer viuda que no tenía suficie...