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Luego de que el ambiente se relajara, comieron en paz y armonía, tocando distintos temas como lo que había sido de la mujer que era como su madre y sus mentor en esos casi tres años, así mismo lo que había pasado con Izuku en todo ese tiempo, o el bebé que esperaba Tsuyu. Después de eso, limpiaron todo y Omega seleccionó todo lo que quería llevar, desde ciertos libros para su hijo como los retratos que había en casa, los cuales eran los de sus padres y el suyo con Shouto.

Horas después, iban todos caminando hacia el castillo, Katsuki caminaba al fondo junto con Deku, quien llevaba contra su pecho todo lo que había seleccionado, al frente suyo, Kirishima caminaba de la mano con Tsuyu mientras hablaban con Aizawa y la señora Uraraka. De a momentos, Omega alzaba su vista y observaba a su marido, quien suspiraba mientras caminaba.

- ¿algún día me dirás que te pasó dentro? -le dijo bajo el rubio, mientras seguía mirando al frente, viendo como a solo metros se alzaba el castillo de piedra- estás lleno de cicatrices, luces perdido y cojeas, no puedes decir que nada pasó -le dijo bajo el hombre, viendo como su esposo se detenía un poco, negando con su cabeza.

- tal vez algún día, Kacchan -susurró bajo, alzando su mirada para ver al jefe de clan, quien estaba parado mirándole- todo está hecho ya, yo estoy bien, tú estás bien, todos estamos bien, Katsuki -susurró, antes de tomar unos libros y estirárselos. En silencio, el ojirubí los tomó y luego tomó la mano del menor, entrelazando sus dedos.

- te amo, ¿sí? -le dijo bajo, mientras comenzaban a caminar denuevo- te amo, Deku -le dijo bajito, apretando el agarre que llevaban. Comenzaron a caminar nuevamente, Midoriya tenía su vista clavada en el piso, dejándose arrastrar por el licántropo. Mientras caminaban, ambos pensaban en lo mismo, en como sería volver a su vida normal después de lo sucedido. 

Por la mente de Izuku muchas cosas corrían, la muerte de su madre, lo que había ocurrido hace unas horas en el castillos, las náuseas que tenía, todo le estaba pasando la cuenta y lo único que quería en ese momento era llegar a su tienda con su hijo, para poder alimentarlo y mimarlo como había hecho en esos escasos meses. 

- mira, el mitad y mitad ya se va -murmuró su esposo, apretando un poco la mano del rizado antes de que este alzara su vista. Desde la ensangrentada puerta del palacio, Todoroki caminaba firme hacia un carruaje, acompañado de Momo. El heterocromático la llevaba del brazo, a pesar de llevar sobre si una capa de terciopelo, sobre su cabeza iba la corona de oro revestida en joyas ya limpia, posada sobre su cabello el cual llevaba el color blanco peinado sobre el rojo- ¿te quieres ir a despedir? -le dijo bajo el ojirubí, viendo como el rizado se quedaba mirando fijamente al hombre, quien caminaba con la típica mirada de hielo que siempre llevaba encima. 

- solo si viene -dijo en un susurro, apretando con firmeza la mano del mestizo- es raro, yo lo crié, pero nunca lo crié para ser un rey, nunca debió tocar una corona, no tiene sentido -refunfuñó, suspirando mientras parpadeaba un poco, tragando saliva.

- ¿cómo eso? -le preguntó su esposo, viendo como el ahora rey los miraba con el rabillo del ojo y se disculpaba, para soltar a la princesa y caminar donde ellos, sacándose la corona mientras caminaba.

- Shouto siempre fue la última opción -dijo en un susurro bajo, sintiendo sus piernas temblar mientras se acercaba a él- siempre fue Touya el heredero, luego lo fue Natsuo, Shouto era un as bajo la manga y Fuyumi solo era estrategia para conseguirle un marido, trataron de casarla con tu madre -susurró cómico, retrocediendo un paso cuando faltaban unos cien metros para que llegara- Shouto no iba a ser el marido de la princesa, lo iba a ser Natsuo, cuando Shouto fuese adulto lo casarían con una princesa extranjera, fue pactado así hace años, teníamos diez -dijo Izuku antes de que tragara saliva, por cada paso que se le acercaba su amigo de años, podía ver reflejado al monstruo de Touya en el lado heredado de su padre. El que llevara la capa encima y caminara a ellos con tal rapidez y decisión no le ayudaba a borrar dicha impresión.

- Izuku -le dijo con alegría, sacando totalmente la corona de su cabeza cuando llegó donde ellos, bajando esta- ven con nosotros, por favor -rogó sonriente, estirándose a sacar la mano que tenía entrelazada con la de Katsuki, para tomar esta entre sus manos- me falta mi consejero y mi vasallo, no será lo mismo sin ti -le dijo bajito, mientras se acercaba a él- por favor -le rogó, haciendo un leve puchero y esos típicos ojos de perrito que lo hacían ceder en todo, dejando así que todo se quedara en silencio por casi 5 minutos, dejando a ambos mestizos paralizados. En el momento en que Alfa levantó su brazo para tomar el de Midoriya y pedirle que no se fuera, el peliverde negó con su cabeza mientras retrocedía unos pasos, lo suficiente como para que el heterocromático lo soltara. 

- no, no iré -le dijo con decisión, negando con su cabeza mientras buscaba a tientas la mano de su esposo, tratando de no apartar la vista de los ojos heterocromáticos- no puedo, Shouto -dijo en un murmuro, apretando con fuerza la mano de su esposo cuando la sintió, provocando que la piel del rubio se erizara al sentir como el más bajo temblaba de forma violenta- ve con Aizawa, ya -le ordenó con voz dura, viendo como el rey solo asentía con su cabeza- puedes buscarme más adelante, pero debes partir, no puedo seguir cuidándote -le dijo en un murmuro bajo, sonriendo de forma simple- cuidaba de Shouto y ya no hay Shouto -dijo bajo, imitando lo que en un momento le dijo el rey Enji- ahora eres el rey Todoroki y eso le corresponde a Aizawa, ve -dijo antes de dejar caer los libros sin más y estirarse a dejar unas suaves caricias en el cabello del chico, viendo como el rey inflaba sus mejillas y dejaba de respirar, comenzando a colocarse rojo. 

A Bakugou le faltaron pies para alcanzar a Midoriya, quien luego de ver como el hombre comenzó a hacer una rabieta, tomó sus cosas y se fue a un paso rápido, tratando de calmarse a si mismo y convencerse de que ahora estaba bien.

Domador de DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora