U.L.P.C. -IX-

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En menos nada tenía la ropa en el suelo dejando mi piel desnuda a la luz de la atardecer que se filtraba por la ventana de suelo a techo del baño.

Me di una ducha rápida para luego meterme en la bañera llena de espuma rosa que previamente habia preparado.

Alguien golpeo la puerta del baño.

-¿Qué?-dije sin molestarme a abrir los ojos ya que estaba en el séptimo cielo en ese bañera.

-¿Qué?-dije sin molestarme a abrir los ojos ya que estaba en el séptimo cielo en ese bañera

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-¿Puedo pasar?-dijo Adam con la voz un poco más grave de lo normal,

Abrir los ojos, y al ver que la espuma me tapaba entera sin dejar ver nada debajo de ella decidí dejarle pasar.

-Claro-dije mirando la puerta.

Al entrar Adam solo llevaba puesto una toalla en la cintura y otra en los hombros para que el agua de su pelo no fuese más allá de su torso.

Y sin poder evitarlo le escanea de arriba abajo primero rostro bien definido luego por sus anchos hombros bajando mi mirada hacia sus abdominales de acero junto a su bien marcada uve en el medio teniendo un dulce caminito feliz que subía hacia su ombligo y baja hacia la zona donde la toalla le tapada.

No me había dado cuenta de que tenía la boca abierta hasta que sentí el jabón de las burbujas en ella.

Tosí para sacar el sabor de este de la boca lo que hizo que Adam se riera. Oh, dios, esa risa.

-¿Qué quieres Adam?- dije un poco brusca por haber sido descubierta mirándole.

-¿Puedo meterme en ella? A la bañera, digo-dijo el acercándose poniéndose a menos de un metro de mí.

Y sin esperar mi respuesta dejo caer la toalla que le tapaba la entrepierna haciendo que mis ojos se disparen hacia su cuerpo desnudo.

Al mirarlo me dejo con la boca colgando y mis ojos como platos. ¿Este hombre no tiene sentido común?

-¡¿Qué haces?!- dije mientras me ponía roja como un tomate y me tapaba los ojos con la mano.

Él solo soltó una carcajada mientras se metía en ella.

-No he dicho que puedas.-dije aun como un tomate y poniendo mis piernas en mí pecho para que Adam tuviese más espacio. No, digo, para que no me tocase... no es que quiera que él se metiera en la bañera conmigo...

-Ya puedes apartar la mano de tus ojos.-dijo Adam poniendo un brazo a cada lado de la tina.

-Has hecho que el agua se desparrame.-dije mientras miraba el suelo del baño.

-¿Qué quieres que te diga? Soy enorme.-dijo Adam con doble sentido haciendo que me sonrojase aún más si eso fuese posible. Era más que obvio que por ahora todos los tomatitos del mundo me tenia envidia, mi cara la sentia ardiendo y seguramente este más que roja.

-Sí, casi tanto como tu ego.-dije mientras le sonreía.

Continuara...

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Una Luna poco común.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora