U.L.P.C. -XXV-

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-Soy yo.-dijo la llama.

-¿Te conozco?-pregunte confundida haciendo que se ría.

-Claro que me conoces cariño.-decía mientras se movía haciendo círculos a mi alrededor.

-Me duele.-dije.-me duele todo el cuerpo.- me queje, el cuerpo me dolía cuando la llama no estaba cerca.

-¿Quieres que te cure?-pregunto inocentemente.

-Si...-dije sin pensarlo dos veces.

-Pero me tienes que dar a cambio algo.- Dijo cambiando el color de su llama por una más oscura.

-¿El qué? no llevo nada encima-dije mientras revisaba mis bolsillos.

-Lo que quiero que me des, no está aquí.-dijo mientras que la llama se volvía negra.

-¿Qué es lo que quieres?-pregunte a centímetros de ella.

-Tu corazón, eso quiero.

-¿Mi corazón?-pregunte confundida.

-Si, por que eres mía, ¿A que si? -dijo la llama mientras se ensanchaba y cogía una forma homogénea.

-Soy ¿tuya? -pregunte confundida.

-Sí, mía, solo mía cariño.-repitió mientras que la llama se volvía líquido, y el líquido se volvía en alquitrán.

-Pero...-empecé a decir.

-Sin peros.-dijo lo que estaba delante mio.

-¿Mi corazón?-repetí.

-¡SÍ! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!- repitió seguidamente mientras que sus brazos me enroscaban.

-Yo no lo tengo.-dije mientras que el me hundía dentro suyo.

-¿Qué?-pregunto confundido. -¿Cómo que no lo tienes?- Sonaba cabreado, y por un segundo paro de succionarme dentro suyo.

-Sí, eso, que no lo tengo.-repetí cerrando los ojos.-no siento dolor ahora, ¿me estas curando?-pregunte mientras miraba la criatura.

-Si no me das tu corazón no te curare.-dijo apretándome haciendo que el dolor aparezca de nuevo.

-Pero no lo tengo.-le repetí.-no lo tengo.

-No mientas, escucho como late, y debería latir para mí, porque eres mía.-dijo con ira en su voz.

-No lo tengo...porque...porque lo tiene Adam, Adam es el dueño de mi corazón.-dije en un susurro. -Adam...Adam... ¿dónde estará Adam?-pregunte.

Al separarme de él la criatura pego un grito ensordecedor mientras se lanzaba hacia mí.

-¡Tú eres mía!-gritó, y antes de que pudiese tocarme, me desperté.

-Ahhh...-cogí una bocanada de aire, eso sí que es una pesadilla. Al incorporarme vi que estaba en la habitación de Adam, nuestra habitación. Y tenía seis pares de ojos mirándome. -¿Qué?-pregunte sin darle importancia.

Seguramente me han escuchado gritar como una posesa. Les di una mirada rápida a todos hasta que mi vista posó al propietario de mi corazón.

Estire mis brazos y sin necesidad de decir nada, me agarro y me abrazo. Lo necesitaba, necesitaba ese abrazo. Lo necesitaba a él.

Continuara...

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Una Luna poco común.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora