-Soy yo.-dijo la llama.
-¿Te conozco?-pregunte confundida haciendo que se ría.
-Claro que me conoces cariño.-decía mientras se movía haciendo círculos a mi alrededor.
-Me duele.-dije.-me duele todo el cuerpo.- me queje, el cuerpo me dolía cuando la llama no estaba cerca.
-¿Quieres que te cure?-pregunto inocentemente.
-Si...-dije sin pensarlo dos veces.
-Pero me tienes que dar a cambio algo.- Dijo cambiando el color de su llama por una más oscura.
-¿El qué? no llevo nada encima-dije mientras revisaba mis bolsillos.
-Lo que quiero que me des, no está aquí.-dijo mientras que la llama se volvía negra.
-¿Qué es lo que quieres?-pregunte a centímetros de ella.
-Tu corazón, eso quiero.
-¿Mi corazón?-pregunte confundida.
-Si, por que eres mía, ¿A que si? -dijo la llama mientras se ensanchaba y cogía una forma homogénea.
-Soy ¿tuya? -pregunte confundida.
-Sí, mía, solo mía cariño.-repitió mientras que la llama se volvía líquido, y el líquido se volvía en alquitrán.
-Pero...-empecé a decir.
-Sin peros.-dijo lo que estaba delante mio.
-¿Mi corazón?-repetí.
-¡SÍ! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!- repitió seguidamente mientras que sus brazos me enroscaban.
-Yo no lo tengo.-dije mientras que el me hundía dentro suyo.
-¿Qué?-pregunto confundido. -¿Cómo que no lo tienes?- Sonaba cabreado, y por un segundo paro de succionarme dentro suyo.
-Sí, eso, que no lo tengo.-repetí cerrando los ojos.-no siento dolor ahora, ¿me estas curando?-pregunte mientras miraba la criatura.
-Si no me das tu corazón no te curare.-dijo apretándome haciendo que el dolor aparezca de nuevo.
-Pero no lo tengo.-le repetí.-no lo tengo.
-No mientas, escucho como late, y debería latir para mí, porque eres mía.-dijo con ira en su voz.
-No lo tengo...porque...porque lo tiene Adam, Adam es el dueño de mi corazón.-dije en un susurro. -Adam...Adam... ¿dónde estará Adam?-pregunte.
Al separarme de él la criatura pego un grito ensordecedor mientras se lanzaba hacia mí.
-¡Tú eres mía!-gritó, y antes de que pudiese tocarme, me desperté.
-Ahhh...-cogí una bocanada de aire, eso sí que es una pesadilla. Al incorporarme vi que estaba en la habitación de Adam, nuestra habitación. Y tenía seis pares de ojos mirándome. -¿Qué?-pregunte sin darle importancia.
Seguramente me han escuchado gritar como una posesa. Les di una mirada rápida a todos hasta que mi vista posó al propietario de mi corazón.
Estire mis brazos y sin necesidad de decir nada, me agarro y me abrazo. Lo necesitaba, necesitaba ese abrazo. Lo necesitaba a él.
Continuara...
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Una Luna poco común.
Werewolf(en edición) Una muchacha de 22 años, que goza de una hermosa tez blanca como porcelana, ojos verde esmeralda y el pelo negro ceniza, tiene que entender el nuevo mundo en el que se encuentra, para así poder ser la Luna que todos desean seguir y ad...