Con una simple mirada di a entender a los presentes que nos dejasen a solas.
Una vez que cerraron la puerta volví a abracar le, como si esa fuese la última vez, levante la cabeza y nos miramos por unos segundos hasta que nuestros labios se chocaron.
Quería sentirme viva, segura, protegida y me sentía así cada vez que estaba entre sus brazos.
El beso se intensifico, y esa era mi intención, lo quería, y lo quería ahora.
-Espera Anna, estas herida.-dijo Adam mientras se separaba un poco de mí.
-Me da igual.-dije uniendo nuestros labios de nuevo.
Poniendo una rodilla a cada lado de su cadera me senté encima suyo para tener una posición más cómoda al mismo tiempo que le quitaba la camiseta.
-Anna...-dijo el en un intento de convencerme para que parase.
-Solo disfruta Adam.-dije mientras le abría el cinturón y el botón del pantalón.
No necesitaba de más tiempo de preparación, él estaba como una roca y yo como las cataratas del Niagara.
Lo cogí entre mis manos apretándolo un poco subiendo y bajando para darle un poco de frustración, lo pase por mis labios mojados haciéndole sisear y a mi gemir.
Lo quería dentro pero a la de ya. Empecé a guiarle a mi entrada haciendo que entre poco a poco hasta que estaba todo dentro mio.
Subía y baja lentamente, dándonos un placer casi inaguantable, hasta que empecé a hacer círculos con mis caderas chochando con mi punto g cada vez que terminaba de hacer el moviendo circular.
Aumente el ritmo haciendo los dos movimientos anteriores al mismo tiempo haciendo que los dos gimiésemos tan alto que me extrañaría que no nos escucharan. En ese momento daba gracias a Adam por poner la habitación insonorizada.
Con sus gruñidos y sus manos en mis caderas guiándome hacían que me excitase mas, pero de aquí poco iba a llegar a la liberación que tanto ansiaba solo me falta algo, un puntito.
Y como si Adam me hubiese leído el pensamiento me hizo chupar sus dedos para luego llevarlos a mi rosada perla haciendo movimientos rápidos de lado a lado.
Y sin previo aviso me corrí encima de Adam dejando su zona de la cadera mojada por mis jugos y mientras que tenía unas peñas pero fuertes convulsiones me estiro en la cama empujando dentro de mí un par de veces más terminando el dentro mio mientras gruñía y su cadera tenia pequeños espasmos haciendo que el placer no parase ya que él seguía dentro mio.
Sin salir de mí y intentando no poner todo su peso se estiro encima mio acariciándome el cuello donde estaba la marca del mordisco que me dio.
-No me quejo, pero ¿Por qué el calentón?-preguntó Adam besando me la frente.
-Solo quería sentirte-dije en un susurro, estaba cansada, quería dormir. –Necesitamos hablar Adam.-termine por decir mientras lo apartaba, él lo hizo sin rechistar haciendo que sisee ya que seguía dentro mio.
-Eso mismo te iba a decir.-dijo el mientras se ponía un par de calzoncillos.
-Soñé, bueno, más bien en mi pesadilla había un bosque, estaba casi todo muerto, creo que debemos ir ahí. A lo mejor hay respuestas.-dije poniéndome una de sus camisetas.
-Es exactamente donde vamos, el bosque escuro del norte, ahí viven las tres hermanas hechiceras Ataraxia, ellas nos pueden ayudar, saber quién va tras de ti, pero es un viaje muy peligros.-dijo el estirándose de nuevo en la cama.
-Que ni se te pase por la cabeza decirme que es demasiado peligroso como para que vaya, porque iré aunque no te guste la idea.-dije cruzándome los de brazos.
Hablamos un poco más sobre mis pesadillas y lo que pasó en la última, gracias a la luna que esta vez no se descontrolo cuando le explique lo que pasó, aun a lo mejor, y solo digo que a lo mejor le haya dado una versión mucho más light de lo que paso en la pesadilla.
Bajamos abajo ya que mi estómago empezó a gruñirme, en el comedor dos encontramos con el padre de Adam, Alex, John, Kendrick por lo que me dijo Adam el chico de la derecha era James y el de la izquierda era Max, su guerrero y rastreador.
-Eh, Anna, me alegra que estés bien.-dijo Kendrick. Mientras me revisaba los brazos.
-No fue nada.-dije restándole importancia lo que hizo que me ganara una mirada desaprobadora de parte del Dr. y de Alex.
Continuara...
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Una Luna poco común.
Lobisomem(en edición) Una muchacha de 22 años, que goza de una hermosa tez blanca como porcelana, ojos verde esmeralda y el pelo negro ceniza, tiene que entender el nuevo mundo en el que se encuentra, para así poder ser la Luna que todos desean seguir y ad...