Y que nos invada la paciencia.

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*POV Brandon.

Mi madre entró a mi cuarto de repente, interrumpiendo mi estudio, pero daba igual. Pronto tendríamos los finales, y yo aún no había sido capaz de concentrarme con una sola asignatura. Solo podía pensar en... en nada. Mi mente estaba en blanco.

-¿Qué tal se adapta Callie al instituto, cariño?

Así, de sopetón. No sabía ni por qué me extrañaba. Sabía que mi madre estaba algo preocupada.

-La verdad es que bastante bien, mamá. No la he visto tener problemas con nadie.

Eso no era del todo verdad, aunque me avergonzaba decirlo. Debería contarle lo de Talya, pero me parecía como si pudiese dolerle si lo hacía. Si su comportamiento se debía a mí... No sabía qué hacer con ella.

-Eso no es todo lo que me interesa... ¿Ha hecho algún amigo?

Me giré con mi silla hacia ella, y la miré lentamente. La verdad es que tener idea, no tenía mucha. No me había estado fijando en eso precisamente.

-Bueno, la verdad es que no tengo mucha idea. Creo que la he visto hablando con una chica en la clase de biología. Se la veía contenta, mamá.

Ella afirmó, y sonrió de lado.

-¿Sabes? Tengo mucho miedo de que nunca llegue a adaptarse. Dime la verdad, ¿qué te parece?

Ahora tocaba la hora de la verdad, ¿eh? Tampoco sabía completamente qué quería que le dijese.

-Pues... es algo distinto a cuando trajiste a Mariana y a Jesús, pero supongo que es lo normal. Apenas tenía cuatro o cinco años cuando ellos vinieron. Callie no es tan... abierta como lo fueron ellos, pero parece simpática...- Me rasqué la frente- al menos conmigo. Hoy la he enseñado la canción que estoy componiendo.

Ellas ni siquiera sabían que estaba componiendo una canción, realmente. Se la dediqué exclusivamente a Talya Ella siempre decía que con ella, sería capaz de ganar el concurso de Jóvenes Talentos de San Diego. Yo no estaba tan seguro de eso; había gente mejor que yo incluso en Mission Bay.

-¡Genial! Cielo, muchísimas gracias por todo lo que estás haciendo.

Me abrazó, y no me preguntó nada de la canción. Sí que debía estar preocupada por ella. Luego se dirigió hacía la puerta, y se quedó sosteniendo el pomo unos instantes.

-Antes de irme...

Paró en seco.

-Sí, ¿mamá?

Ella arrugó la frente, y cerró fuertemente los ojos. Eso era signo de que lo que iba a decir era algo avergonzante.... Más o menos como cuando me pregunto si Talya y yo sabíamos lo qué era la protección, y la usábamos. Madre mía; esa situación fue verdaderamente incómoda.

-¿Sabes como va esto, no? -Habló rápidamente- Quiero decir... los hermanos de acogida no pueden...

¡Dios mío! ¡No! ¡Eso no! ¿Por qué todo el Mundo salía con eso ahora? ¡Sabía como eran las cosas! ¡Y no me interesaba Callie! ¡Y yo a ella tampoco!

Cogí un cojín y se lo tiré a la cara. Ella se tapó la cara con él.

-¡Agh mamá! ¡Ya lo sé!

Después sonrió, y se marchó. Yo empecé a preparar mis cosas para irme con Talya. La verdad es que no venía nada mal algo de privacidad al final del todo. Esta mañana, apenas había podido ducharme con agua caliente... Entre Mariana y Jude la habían gastado entera.

Por mucho que me molestara con ella, seguía siendo eso. Mi Talya. Podía ser encantadora, o una bruja casi al mismo tiempo, lo que era un tanto desconcertante. Pero después de tanto tiempo juntos, simplemente no me veía preparado para no estar con ella. Me importaba muchísimo. Y esa era la misma causa por la que me cabreaba con ella; porque era capaz de tener celos. Y eso solo podía significar que no confiaba lo suficiente en mí.

*POV Callie.

Estaba sentada en el sofá de los Fosters, leyendo el temario de matemáticas. Apenas me enteraba de nada. Ni siquiera había comenzado el año escolar, y ya estaban a la mitad del curso.

-¿Quieres que te pinté las uñas?

Miré a Mariana, y me di cuenta de un gran error. ¡Estaba hablando con mi hermano! ¿Quería pintarle las uñas a Jude?

-Mmmm... Vale.

Me levanté, y me dirigí hacía ellos.

-¡Jude! ¡No!- Le arrastré hasta tenerlo a mi lado. Mariana se quedó mirándome- ¡No puedes hacer eso!

Él se miró las uñas, triste.

-Nunca me dejas hacer nada, Callie.

Mariana salió en su defensa.

-Callie, no es nada malo.

Apreté los puños, ella no tenía ningún derecho a decir nada. Jude era aún muy joven para saberlo. Para llegar a saber que la realidad que habría ahí fuera era muy diferente a la que había dentro de esta casa de acogida, en la que por supuesto que no nos ibamos a quedar indefinidamente. Y no quería eso para mi hermano; que le pegaran y le agredieran como lo habían hecho conmigo. Que se pintara las uñas sería ponérselo demasiado fácil.

-Tú... tú no lo entiendes.- Me dirigí hacía Jude- Los chicos no hacen eso, mi amor.

Los niños eran crueles, y yo lo había comprobado mil veces.

-Pero yo...

When the stars fall. (Brallie The Fosters FanFiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora