Cap 108:

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Narra Karol:

Aguanté mis ganas de llorar, en parte no sabía por qué lloraba, por qué esas punzadas en mi corazón que dolieron demasiado, como si fueran disparos.

Entré a mi salón y observo a mayoría de estudiantes teniendo una guerra de papel.

-¡Oye! -le grité a uno de los chicos que me lanzó una bola de papel en mi frente, solo río y tomé la bola de papel y se la lancé- ¡Ja ja ja!

-Señorita Sevilla. -se escucho la seria voz del profesor-

-Hola. -le sonrío al voltearme-

-¿Qué hace jugando... -miró al suelo- Con papeles?

-¿Qué? no he jugado, me lanzaron una bola de papel y la devolví. -digo seria-

-Sevilla y Ramírez, a detención.

-¿Qué? -grité furiosa- ¡No comencé esto!

-Vamos y punto. -dice el profesor, saliendo del salón. Bufé y fulminé con la mirada a Ramírez, quién solo reía en silencio-

Salimos del salón, llevándonos a detención.

-Adelante. -nos abre la puerta el profesor con una sonrisa, ruedo los ojos y me acerco a uno de los pupitres de atrás, sentandome- Adiós chicos, aquí tienen a alguien vigilandolos. -señala a la profesora Thomson, si podía intimidarte, pero adivinen qué, sé que soy una de sus alumnas favoritas, así que la tengo ganada-

Me levanto confiada y con una sonrisa.

-Profesora Thomson, ¿cómo está? -pregunto mirándola atentamente-

-Muy bien Karol, estás acá, que raro, tan bien que te portas. -me mira con curiosidad-

-Si, no fue mi culpa, solo fue por personas... -miro a Ramírez con cierta furia- ¿Podría dejarme salir?

-Oh Karol, no no. -la miro impresionada- Lo siento, es mi trabajo, y debo cumplir. Si estás aquí es por algo, por favor siéntate.

-¡No hice nada! -grité furiosa, me devolví a mi asiento-

Saco mi libro de mandalas, y no tenía algo más que hacer, y eso me ayudaba a liberar el estrés.

Siento un pequeño golpe en mi cabeza, veo caer una bola de papel.

-¡Basta! -exclamo furiosa volteandome- Oh, Rugge, Ruggero... -digo apenada, colocando un mechón de mi cabello detrás de mí oreja. Señala el papel, asiento y lo abro lentamente-

"¿Escapamos?"

Sentía un ardor en mis mejillas, mientras sonreía al leerla.

-Hey... -susurra Rugge-

-¿Si, si? -lo miro parpadeando varias veces-

-¿Alguna idea para distraerla? -sonríe-

-Emm, no sé, no sé... -miro alrededor- Hay una ventana.

Alza sus cejas.

-No es mala idea...

Me levanto lentamente, acercándome hacia la profesora.

-Profesora, ¿Me presta un lápiz? tengo tarea por hacer. -ella asiente, agachándose hacía una de los cajones-

Ruggero camina lentamente y con cuidado de no hacer ruido. Sin pensarlo más, se sube a la ventana, eran sólo unos 8 metros,  no exactos, pero se suponía, al menos no moriría. Caería en césped.

Hasta que ya no está.

-Ya no necesito el lápiz, gracias linda y preciosa profesora. -le sonrío, sentandome nuevamente en pupitre-

Pasaron unos minutos, y ni alguna señal de Ruggero... No me habrá dejado aquí, ¿Verdad..?

Suena el teléfono del escritorio.

-¿Aló? ¿Si? Pero... Bueno, ya voy, ya voy. -dice la profesora, cuelga y nos da una última mirada- Regresaré pronto, los quiero a todos como están. -asiento tratándo de ocultar mi sonrisa-

Fue él...

Apenas sale corro hacia la ventana y me asomo.

-¡Rápido! -susurra, y asiento. Lentamente sacó un pie y hago lo mismo con el otro, y sin pensarlo dos veces, me dejo caer cerrando mis ojos.

Los abrí, y me tenía en sus brazos, observandome con una hermosa sonrisa, lo miraba fijamente, hipnotizada con su mirada, y su sonrisa tan perfecta.

Acercó su rostro al mío, estando a centímetros de nuestros labios, casi se cruzaban la punta de nuestra narices. Se fue acercando lentamente...

...

Omg.

Amor y paz, preciosxs.

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