Capítulo 04

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- Gotas de sangre que marcan un destino -

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Soltó un grito de sorpresa.

Después recibió un golpe en su cabeza. Exclamó, ─ ¡Ji! Eso dolió...

El nombrado lo ignoró y dijo, ─Debemos llevar esto a madre, así que apúrate.

Cada uno comenzó a recoger un costal de arroz mientras comenzaban a caminar hacia donde se había instalado su madre, a lo largo del camino un cierto rubio no dejó de hablar sobre cualquier cosa y su compañero a veces le seguía la corriente, y en otras le decía simplemente que guardara silencio.

Habían conseguido los dos costales de arroz lejos de donde vivían por lo que, a medio camino, el sol se estaba empezando a ocultar.

El compañero del rubio dijo, ─Debemos escondernos.

El rubio asintió.

Ji comenzó a caminar hacia lo que parecía ser una cabaña, el rubio tomó su mano deteniéndolo a medio camino. Susurró, ─No. Es demasiado sospechoso que la cabaña esté en medio del bosque, ¿qué tal si...?

La pregunta era obvia.

Debian esconderse ya que se estaba haciendo de noche y a esas criaturas que les encantaba alimentarse en ese tiempo podían salir en cualquier momento por lo que, sin deseos de morir, necesitaban esconderse. El rubio no quería entrar a esa cabaña que estaba en medio de la nada, pero tampoco podían salir del bosque sin que el oscuro manto de la noche los cubriera antes de lograr entrar a un pueblo.

Ji se tensó visiblemente ante eso, pero no es como si tuvieran otra opción. Tomó la mano del rubio y le dijo, ─Bien, iré primero a revisar. Quédate aquí.

─ ¡Eso es peor! Mejor vamos juntos ─le susurró.

El otro negó, ─He dicho, quédate aquí. Iré a revisar.

El rubio volvió a negarse, ─Pero...

─ ¡DaeHyung! ─susurró molesto Ji, ─No irás, fin de la discusión.

Dejó el costal de arroz a los pies del nombrado, después se fue hacia la casa, caminando cauteloso entre la casi oscuridad del lugar, al acercarse tocó la puerta, pero no se escuchó nada por lo que abrió y se asomó inspeccionando la cabaña.

Al verla vacía, no pudo evitar soltar un suspiro de alivio.

Se acercó de nuevo a DaeHyung, levantó el costal y le dijo que fueran a ese lugar. Después de ingresar al lugar, dejaron los costales en el suelo y cerraron la puerta, miraron a su alrededor, pero la poca visibilidad que tenían les dificultaba las cosas.

DaeHyung susurró, ─ ¿No hay una vela?

─No debemos encender nada, ─susurró Ji ─es mejor si no alertamos a nadie sobre nuestra visita.

El rubio asintió, ─Bien...

Después, ambos se sentaron en el suelo sin hablar, esperando entre la oscura noche a que llegue el día siguiente. Parecía que ya habían pasado horas desde que estaban ahí y nadie llegó a reclamar la casa por lo que pensaron, con gran alivio, que era de un humano entonces.

Miraron la cabaña. No era tan grande, pero era espaciosa; entre la luz de la luna lograron ver que había pocas cosas dentro de esta misma. Había una cama de paja, aunque parecía mas un tapete en estos casos, una sabana delgada y sucia tirada sobre el intento de cama, a lado estaba un balde que estaba medio lleno de algo líquido.

Rainy Days || GgukTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora