Capítulo 8

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*Poché*

Apoyo la cabeza en las piernas de mi hermana, estamos viendo un reality de competencia física que a las dos nos encanta.

—¿Hoy no vas a ver a tu novia?.

—Aún no es mi novia.

—Pues eso no parecía cuando...—no dejo que termine la oración.

—Porque siempre que puedes me recuerdas ese momento.

Ella se ríe y yo ruedo los ojos recordando como mi hermana conoció a Calle.

*Inicio de flashback*

No quiero despedirme—hago un puchero y Calle sostiene mi rostro entre sus manos, pasamos toda la tarde juntas y ella se ofreció para traerme a mi casa.

—No quisiste quedarte conmigo—se encoge de hombros.

—Ahora me arrepiento de esa terrible decisión que tome.

Sonríe y acaricia mis mejillas.

—Mañana nos vemos de nuevo. Ahora dame un beso para que puedas entrar a tu casa.

Me acerco a ella y en un inicio nos besamos despacio, después el beso se vuelve más intenso más pasional, su lengua entra en mi boca y apreta mi cintura, muerdo su labio y me siento sobre ella en el asiento del conductor, beso su cuello y muerdo en esa misma zona, me muevo sobre ella rozandonos por encima de la ropa, Calle acaricia mi trasero haciéndome gemir.

—¡Eh, pervertidos!—las dos saltamos del susto al escuchar esa voz y los golpes en la ventana, yo me golpeo la espalda con el volante—¡Busquen un hotel!.

Y ahora que ya no estoy tan ocupada puedo reconocer esa voz.

—¿Vale?—pregunto sin pensar y Calle pone una mano sobre mi boca con los ojos muy abiertos.

—¿Poché?—no respondo—ya te escuche maldita pervertida y sé que eres tú, abre.

Calle niega con la cabeza pero ella no conoce a mi hermana, Valentina no se va a ir hasta que yo me baje de este carro.

—Poché—golpea la ventana—abre ya sino quieres que llame a papá para que salga y te encuentre en estas.

Miro a Calle quien niega con la cabeza y yo le susurro un "lo siento" antes de bajar la ventana.

—Espera aún sigues en mis...—Calle no termina su oración porque la ventana ya está completamente abierta y Vale nos mira con los ojos muy abiertos.

—¿Qué haces en sus piernas?.

—Que no es obvio.

—Ahg—hace una mueca de asco—lo último que quiero en mi cabeza es una imagen tuya teniendo sexo frente a nuestra casa en un carro con una desconocida.

—No estabas teniendo sexo—se apresura a decir Calle con la cara roja.

—Y no es una desconocida, ella es Calle.

Mi hermana abre un poco más los ojos.

—Podrían bajarse para continuar con la presentación, quiero ver bien a quién te llevo al maravilloso mundo del lesbianismo.

Yo me rio y Calle parece un tomate. Me bajo yo primero para que después ella pueda hacerlo, Vale nos reprocha con la mirada.

—Lamento que nos hayas encontrado así—Calle se disculpa con una timidez que la hacer ver muy tierna y le extiende la mano a Vale—Daniela Calle, mucho gusto.

—Antes de tomar tu mano dime en qué parte del cuerpo de mi hermana estuvo.

Calle parece querer salir corriendo y Valentina contiene una risa al ver su cara de vergüenza.

—Yo... eh... no—se pasa una mano por el pelo—nosotras... no.

Valentina no puede contener más su risa y suelta una carcajada, yo la acompaño porque ver a Calle tan nerviosa es muy gracioso.

—Solo bromeaba—la jala y le da un corto abrazo—soy Valentina la encantadora hermana de ese bicho.

—Solo dejémoslo en hermana porque de encantadora no tienes nada

Me saca la lengua y centra su atención en Calle.

—He escuchado bastante sobre ti, Calle.

—Espero que solo cosas buenas—sonríe.

—Una que otra no tan buena.

Calle me mira alarmada y yo acaricio su brazo.

—Solo bromea, no tengo ninguna queja sobre ti hasta el momento.

Su rostro se relaja y me sonríe con ternura, yo también le sonrío.

—Paula tenía razón—ambas miramos a Vale—ustedes son tan...—niega con una sonrisa—su conexión es tan intensa.

Ambas nos sonrojamos.

—Bueno... las dejo para de se despidan, eso sí, no vuelvan a entrar a ese carro porque no creo que salgan pronto de ahí—la miro mal y ella sonríe como si fuera un dulce angelito—Un gusto conocerte, Calle.

Se aleja de nosotras y oigo a Calle suspirar.

—Parece que se nos está haciendo costumbre conocer a los familiares de la otra en situaciones no adecuadas.

Me rio, recordando como conocí a su papá.

—Espero que eso cambie, no quiero conocer a tu papá así.

—Espero lo mismo porque con mi papá me daría mucha pena.

Calle asiente con la cabeza dándome la razón, me paro frente a ella y acaricio sus mejillas.

—Prepárate porque Valentina nos va a molestar durante mucho tiempo con lo que acaba de pasar.

Calle baja los hombros resignada y yo la abrazo.

*Fin de flashback*

—Siempre supe que no eras tan hetero como parecías.

—Eres una idiota—la golpeo con uno de los cojines.

—Solo digo la verdad—se encoge de hombros.

Estoy por lanzarle otro cojín cuando tocan la puerta, me levanto a regañadientes y cuando veo de quien se trata me quedo de piedra.

—Hola, hermosa—Johan me saluda con un enorme sonrisa que no puedo devolverle.

—Johan... ¿qué... que haces aquí?.

—Que no es obvio—sonríe—vine a verte, llegué en la mañana y como siempre tú eres la primera persona a la que quiero ver cuando estoy aquí.

Yo lo miro sin saber que decir, hace varios meses que no lo veo y... mierda.

—¿Poché?—se acerca y me mira preocupado—¿está todo bien?.

—Sí, si pero hay algo que debe decirte.

—¿De qué...—es interrumpido por los gritos de mi hermana.

—¡Poché, tu novia te está llamando!.

Cierro los ojos maldiciendo a Valentina y el rostro de Johan se desencajada.

—¿Novia?.







Mi segundo amor [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora