El resto del día estuve escapando de Dave. Me sentía como toda una espía encubierta. El iba a un lugar y yo iba al sentido contrario. En la tercera clase había una nota pegada en mi casillero. Era una hoja doblada en 4 y pegada con cinta en la puerta metálica. En la parte que se veía estaba escrito "Me siento estúpido. Léeme :("
Tomé la nota entre mis manos dispuesta a abrirla. Dave era tan jodidamente adorable cuando se lo proponía.
"Queridísima Lara Wall.
Lamento informarle que usted hace sentir a las personas como las peores en todo el mundo.
¿Estas molesta conmigo? Si es así, sigue ignorando mis notas y me alejaré de ti. Créeme cuando te digo que te has vuelto una persona realmente importante en mi vida en este poco tiempo que llevo conociéndote.
En fin. Se que has recibido muchísimas cartas este día de San Valentín. Así que le propongo un trato. Si usted se encuentra conmigo en el gimnasio cuando sea clase de Historia, le prometo ser el mejor amigo del mundo. Pero ya no me ignores, Lara. Me siento mal al ver como te alejas. Y me siento peor al pensar que estas enojada y no se el porque.
Te quiero mucho. ¡Feliz día de San Valentín!
+Dave :)
Les voy a decir algo. Si fui al gimnasio a esa hora. Dave si estaba ahí. Pero el no cumplió su promesa.
Estuve de clase en clase, el día de San Valentín es muy importante, pero en esta escuela no nos celebran. No hay baile, no hay cena, no hay intercambio de regalos, no hay convivio. No hay nada.
-Lara. Dime- dijo Dave. Minutos antes había entrado al gimnasio, Dave estaba ahí en una de las bancas de enfrente. Me vio se levantó, se cayó, le grite que no estaba enojada y que yo también lo quería y salí huyendo de ahí.
Dave me alcanzó, obviamente, el es un maldito correcaminos. Me tomó del brazo antes de que llegara mas lejos
-Por dios, Lara. ¿Que pasa?- Yo estaba viendo su mano en mi brazo agarrando firmemente pero con una delicadeza que no sabía que era posible. Despegué la vista de eso para verle la cara. Se le veía cansado. Lo había evitado todo el maldito día de San Valentín. Quedaban dos clases de las cuales solo compartíamos la última.
-Lo siento, Dave...- dije apartando la mirada de sus ojos nuevamente. -No quería preocuparte por algo tan ridículo.
-Solo dime lo que tengas que decir, por favor- Dijo tomándome de los hombros. Yo seguía con mi mirada fija en la pared de casilleros que había allí. Quizá si me concentraba en eso olvidaría que estaba pasando una vergüenza con el chico que me gusta, quien me estaba pidiendo que le dijera algo que se me escapó y no pensaba decirle.
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Contigo o Nada
RomanceAdiós, cuídate y recuerda que te quiero El hubiera no existe. Aprendí eso a la mala, pero lo hice