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Abrí los ojos demasiado grandes

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Abrí los ojos demasiado grandes.

James no podía haber hecho eso.

Volteé a ver a Dave, quien estaba igual o peor de impactado que yo. Nos volteamos a ver y el bullicio alrededor no se hizo de esperar.

-¡Reto es reto!- gritaban -¿Que esperas? ¡Bésala!

Eso hubiese sido algo verdaderamente incómodo. 

Dave no despegó su vista de mi en ningún momento. En su mirada yo leía un "Lo haremos?"

No era lo que me quería decir, pero yo eso creí. 

Asentí. El tragó. Se acercó un poco a mi. 

Ese hubiera sido un primer beso muy raro. Yo quería dar mi primer beso de una manera especial.

Si, Lara Wall no ha dado su primer beso.

Estábamos a un poco de distancia. Lo tenía cerca de nuevo. 

Ya estaba cerrando los ojos cuando la voz de James interrumpió.

-¡Es broma! Solo abrázala, David.

El resto de los chicos renegaba. Desde hacía un par de semanas el trabajo de todos los que me conocían era emparejarme con todo y con todos.

Dave y yo dejamos salir un suspiro de alivio.

El se levantó del suelo y me extendió una mano. 

-¿Señorita Wall?

Sonreí y tomé su mano. Aún no lo perdía. El me atrajo hacia su pecho y me rodeaba con sus brazos. No lo abracé de vuelta. Estaba concentrada en aspirar su aroma. 

Mierda, el olía tan bien... y creo que esa afirmación suena un tanto rara.

Me soltó y se sentó nuevamente en su lugar.

Dave le preguntó a Sophie una verdad y Sophie me dio la vuelta a mi.

-Lara, ¿verdad o reto?

Sophie es una chica linda, animada y agradable. El reto que me puso en verdad no me lo esperaba.

-Abofetea a Dave.

Por segunda vez en el día mis ojos casi se salen de órbita. Dave se hecho a reír y se volteó hacia mi acercando su rostro.

-Hazlo. Pegas como niña- dijo con una sonrisa arrogante. Abrí la boca en signo de indignación, pero luego reí 

-Quizá porque soy una niña.

Acto seguido le estampé mi mano contra su mejilla.

Auch. Lo recuerdo ahora y hasta a mi me duele. Mi mano me dio un pequeño cosquilleo y cuando volteé a ver de nuevo a Dave estaba maldiciéndome en voz baja. Tomé su rostro entre mis manos y lo vi. Mi mano le quedo marcada con un tono un poco rojo. No era consiente de mi propia fuerza. Pero ese episodio de mi vida me dio mucha ventaja para salirme con la mía.

Contigo o NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora