Hablamos más. El domingo siguiente estuvimos hablando todo el día... ¿como era eso posible si ya no tenía celular? Es muy simple.
Mi papá todavía tenía y todavía me debía algo muy grande por el susto que me había hecho pasar. Estábamos haciendo una llamada, cuando la conversación tomo un rumbo distinto.
Era algo raro para mi hablar de eso. Raro pero interesante.
Hay algo en mi que aún no les digo. Si me lo propongo, llego a ser una persona aterradoramente curiosa.
Y eso no convenía... Para mi o para él, al final, el resultado fue el mismo.
El final es el mismo...
Pero no me adelanto.
-A un amigo mío le gusta la misma chica que a mi...
Del otro lado de la linea, Dave Smith había invocado un tema que yo quería saber...
La chica que le gusta.
Me había confesado en febrero, ¿recuerdan? Pues estoy contándoles lo que pasó en mayo...
Oh, dulce, dulce, dulce y largo mayo...
-¿Ah, si?- intenté sonar desinteresada. Eso no me era posible.
La conversación empezó a guarda alrededor de esa chica. Y para colmo, yo no sabía quien era.
-Y... ¿Se puede saber quién es?- pregunté. La intriga me estaba matando...
Y si. La intriga puede tomar muchos nombres.
Celos, por ejemplo.
-Tan siquiera... ¿la conozco?
-Si, la conoces.
-Ummm- pensé un poco.
"Laila"
-Ella... ¿cómo es?
Escuché un suspiro del otro lado de la linea.
-Ella es muy linda. Es lista, divertida... hablamos a menudo, pero ella no debe tener ni idea. Es decidida. Le entra a todo, podemos decir que no se rinde... Ella es...
-Perfecta...- susurré tapando el micrófono.
-Perfecta- acabó con un suspiro
-Oh, que bien- fingí emoción y golpeé mi cabeza contra la pared repetidas veces.
-Lo se. Y pensar que ella estuvo allí desde hace tanto tiempo. No puedo creer que no me fijé en ella antes.
Abrí los ojos y me detuve de mi tortura contra la pared.
"¿Quién? Sophie... ¿Sophie?"
Corrí a mi escritorio y empecé a mover todo lo que había allí. Sostenía el celular entre mi oreja y mi hombro. El seguía diciendo cosas de ella.
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Contigo o Nada
RomanceAdiós, cuídate y recuerda que te quiero El hubiera no existe. Aprendí eso a la mala, pero lo hice