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Llevarlo en taxi fue facil.
Cuando despertó pareció asustado, me golpeo con agresividad mientras se revolvía en las sabanas, tenia el labio abierto y la ceja herida.
"No te vas a mejorar pronto"
Le dije cuando comenzó a palparse la cara con desesperación.
Se quejo del dolor, quería consolarlo pero me estaba dando bastante gracia la situación, era la clase de cosas que conseguían hacerme reir.
Toco el desviado tabique de su nariz y chillo escandalozamente ante el dolor.
Me encogí en hombros y decidi admitirle mi pecado.
"Te rompí la nariz por veinte dolares"

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora